White Flowers ||YoonMin||

F I F T E E N

Las risas se escuchaban en aquella mesa del comedor de la escuela, amigos cercanos ahora, Hoseok hacía reír a los presentes. Bueno a casi todos los presentes, Yoongi era quien se quedaba excluido de esas risas, no quería ser participe de esas hermosas risas que llenaban su pequeño espacio.

Los chicos habían parado de reírse, Taehyung aún secaba sus lagrimas, en verdad que Hoseok era muy divertido cuando se lo proponía, Jimin sonreía en cuanto vio como Taehyung y Hoseok habían comenzado a platicar, su mirada de inmediato paso a quien se encontraba a su lado, Min Yoongi tenía la cabeza gacha y apenas y probaba bocado de su almuerzo.

- Yoonie - el mencionado solo lo miro por un segundo, después volvió a poner su vista en su almuerzo, que ni siquiera sabía a nada para él-. ¿Ocurre algo?

- Ocurren muchas cosas Jimin, pero... creo que lo mejor será retirarme, no tengo apetito.

Antes de que el pelirosa le respondiera, Yoongi se levanto tomo su mochila y se retiro, Jimin pensaba que los otros dos mencionarían algo, pero al ver que no fue así, él decidió que lo mejor sería seguir a Yoongi.

- Nos vemos en clases -dijo Jimin y se dispuso a seguir al pelinegro.

Yoongi caminaba rápido, de eso estaba muy seguro Park Jimin, pues no lo había encontrado por el pasillo, se preguntaba sí acaso ese chico pálido tendría algún poder de tele transportarse, o era demasiado veloz como Flash.

Aunque claro Jimin sabía que eso era algo imposible, así que decidió ir a buscarlo, caminar por todos lados, no era una buena idea, pues cabía la posibilidad de que Yoongi pasará a su lado cuando el entrase a algún aula, pero solo esperaba que eso no fuera a suceder.

Sentía que sus esfuerzos estaban siendo en vano, miraba por todas partes, a veces entraba en algunas aulas, subía a los otros pisos de los edificios de los salones y nada. Ni un solo rastro de Min Yoongi.

- ¡Maldición! -dijo frustrado, tenía que encontrarlo.

Dio un largo suspiro, ¿dónde más podría estar? 

Fue como sí su mente le respondiera de inmediato, recordó cuando vio a Yoongi regar aquel jardín, ese jardín lleno de flores blancas, sin más corrió hacía aquel lugar.

Yoongi estaba tranquilo, había decidido que necesitaba un lugar tranquilo donde despejar su mente, la semana anterior había sido de lo más pesada para él, y más con todo lo que escuchaba.

La reciente mudanza de su padre, las pequeñas discusiones de sus padres, pues parecía que no se podían ni ver en pintura, los arreglos con el abogado, todo era una tortura mental, aunque Yoongi sabía que lo mejor era distanciarse de esos problemas, pues no eran de su incumbencia, sentía que su madre necesitaba apoyo, pero lograba deprimirse de cierta manera.

Sus padres siempre habían estado el uno para el otro y ahora que ya no iba a ser así... se preguntaba sí tenía que ser fuerte o mejor no, y luego estaban los problemas con esas malditas pastillas, se había estado sintiendo cansado y había acudido de nueva cuenta al medico donde le dijeron que tendrían que darle otro medicamento.

Sentía que sí tomaba más y más pastillas lograría hartarse y querría acabar con todo.

- ¿Yoongi? - una voz lo saco de todos sus pensamientos-, ¿Estás aquí Yoongi?

Miro hacía la entrada del jardín y allí lo vio, Park Jimin buscándolo con la mirada, se veía preocupado, tal vez demasiado.

- ¡Jimin! -no sabía porque en ese momento había gritado el nombre de aquel chico para llamar su atención, solo estaba consciente que en verdad necesitaba hablar con él. Necesitaba compañía.

El pelirosa al verlo le sonrío, sus ojos habían desaparecido, eso era algo que le agradaba a Yoongi, esa sonrisa, esos ojos sonrientes, le encantaban esos ojos.

- Yoongi, ¿qué ocurrió? ¿Por qué te fuiste así de repente?

- Solo... necesitaba unos momentos de tranquilidad, a veces esos dos son muy ruidosos, ¿no crees?

- Sí, lo son, pero... -Yoongi vio como Jimin se sentaba a su lado-, es bonito ver sonreír a los demás.

En eso estaba en total acuerdo Min Yoongi.

Hubo un silencio entre ellos, nada incomodo, los cantos de las aves eran leves, y el viento lograba revolver el cabello de ambos chicos, pero lo estaban disfrutando, Jimin sorprendía que esa calma era la que Yoongi recibía de parte de ese hermoso jardín.

- Mis padres se van a divorciar -dijo Yoongi sorprendiendo a Jimin.

Cuando el pelirosa creyó que vería a Yoongi cabizbajo, se equivoco, tenía la cabeza en lo alto y su mirada puesta en aquel cielo azul claro, y tenía una leve sonrisa.

- Lo siento Yoongi.

- No es nada por lo que debas disculparte, tal vez sea lo mejor, tanto mis padres como yo, estamos hartos de esto, de mí mismo.

- No deberías decir eso.

- Jimin, fui la causa de la repentina decisión de mí padre, y creo que le doy la razón, medicina tras medicina y solo para saber que no va a funcionar, ¿qué es lo que harías tú en mí caso?

- Sonreiría...

Yoongi miro al pelirosa que ahora de igual forma veía el cielo.

- ¿Sabes Yoonie? Aunque la situación sea de lo peor lo mejor es sonreír, cuando te veo sonreír con los demás y te veo hablar con ellos, sé que hemos hecho un buen trabajo, estás con nosotros y por unos momentos te hacemos olvidar que tienes algo terminal -Jimin miro a Yoongi-. Sí estuviera en tú lugar, haría lo que fuera con al de que me hicieran sonreír en los últimos días...

Y Jimin no se espero lo que vino, Yoongi con su mano izquierda tapo la boca de Jimin y después se acerco a él, el pelinegro acorto la distancia lo suficiente como para besar los labios del pelirosa, pero beso el dorso de su propia mano, la mano que cubría los labios de Jimin.

Era un beso, Jimin estaba seguro de eso, y a pesar de que no se lo había dado directamente en los labios, había sentido como su corazón se había vuelto loco, sus latidos eran fuertes, sintió sus mejillas calentarse, sabía que estaba sonrojado, sintió como era un manojo de emociones con solo una acción como esa.

Yoongi se separo de él y le sonrió, después quitando su mano de los labios de Jimin.

- Antes de que me preguntes porque no te di un beso en los labios te lo explicaré -Jimin se veía sorprendido, parecía como sí hubiera leído su mente.

- Adelante -dijo mientras miraba a Yoongi.

- No me quiero arriesgar contigo Jiminie. No me quiero arriesgar a contagiarte...

- Pero, no se puede transmitir por medio de la saliva.

- Lo sé, pero aún así no quiero arriesgarme a que sufras lo mismo que yo, espero aceptes eso, no quiero ver a alguien tan querido para mí que sufra lo mismo.

Jimin le dedico una sonrisa.

Jimin estaba seguro de algo, ese había sido el mejor beso de toda su vida.