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Tres meses después...

¡Maldita sea!

Ana gruñe frente al espejo mientras trata de recoger su cabello. Ya tiene puesto su uniforme. Nunca le queda el flequillo tal y como ella quiere.

Kate entra a su habitación y suspira al verla refunfuñando con la planchita en la mano.

-Mira, se hace así...- Kate le quita la planchita y le muestra como peinar su flequillo.

Kate es la mujer vanidosa y siempre moderna del departamento, Ana, por el contrario prefiere pasar inadvertida. Mientras menos llame la atención, mejor.

-¡Eres mi heroína!- le dice a su amiga y le estampa en la mejilla un beso al terminar de peinarla.
-Lo sé, hay pan francés en la mesa y tu termo ya está listo- le responde Kate con una sonrisa sarcástica.
-Gracias.

Sale corriendo de su habitación con la mochila y su abrigo en el brazo. Olvidó recoger su cabello, y del cuenco junto a la puerta toma una liga y la acomoda en su muñeca.

-¡Ana, apresúrate! Vamos tarde- Ethan le grita a Anastasia a que salga rápido del departamento.

Ella en ese instante mira su reloj y se regresa a la mesa por una pieza de pan francés, y le hace una mueca a Ethan en cuanto lo alcanza.

-Si no te digo eso te pasas la mañana frente al espejo- le dice Ethan a modo de disculpa.
-Mentiroso.

Él sonríe y continúan caminando, llegan a la parada del autobús y van a su trabajo, el centro médico Virginia Mason.

Ethan está en la unidad de psicología, y Anastasia trabaja como enfermera en consulta externa, a veces le asignan a urgencias, y en algunos casos, asiste al decano de medicina, el Psiquiatra John Flynn.

Cuando Anastasia Steele tenía dieciséis años, y sus padres se estaban divorciando, tuvo una pequeña crisis que cuando fue superada supo que quería dedicarse a algo en lo que pudiera ayudar a las personas a que se sientan mejor. Y cuando su padre fue diagnosticado con aterosclerosis decidió que quería ser una enfermera, y lo logró. Estudió mucho y continuamente se capacita para ser competente en cualquier rama de la medicina que se le requiera para lograr lo que quería.

Cuando murió su padre, ella recién había entrado a trabajar al hospital y centro médico Virginia Mason, y por no dejar que el dolor de perder a lo único que le quedaba en la vida, se refugió entre los brazos de su mejor amiga Katherine, y su hermano Ethan. Ellos y el trabajar fueron lo que motivan a Ana a continuar.

Al llegar al hospital y ver que la entrada de urgencias está a reventar, Ethan se ofrece a registrar el ingreso de ambos mientras ella con su mochila al hombro echa a correr para ayudar.

Tras una mañana movida, ella se decide a ir a comprar el almuerzo, Ethan, al estar en consulta, le pide que le lleve pizza de hongos con tomate y rúcula, y ella va pensando en una ensalada de lechuga y tomate frito acompañado de pechuga de pavo y aderezo.

Ya hasta la puede saborear. Está hambrienta.

• • •

Christian actualmente se encuentra a lado de sus padres en la mansión familiar. Sus hermanos Elliot, Mia y Jack son quienes lo cuidan y apoyan.

Cuando él llegó con la familia Grey, Elliot ya estaba ahí, tenía cuatro años, y cuando logró dejar atrás a los fantasmas de su pasado, -gracias a la llegada de Mia-, le pidió a sus padres que adoptarán a uno de los niños que vivió junto a él en el hogar de acogida en el que estuvo; y fue cuando Jack, con ocho años cumplidos, una madre alcohólica y un padre asesinado por deudas de juego, también tuvo una oportunidad para empezar de nuevo.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora