LVI

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Franklin, sabiendo que se equivocó, sale con pasó airado de la casa Grey y Anastasia abraza a Christian para darle sosiego.

Mía y Jack se miran y él por primera vez acaricia el vientre de su mujer y se promete en silencio no permitir que a su hijo no nacido y a su mujer les suceda algo malo.

Carrick toma de la mano a Grace que intrigados y preocupados miran a sus hijos que tratan de apoyarse unos a otros y temen por lo que suceda.

... El temor a lo que se tengan que enfrentar y que no sepan ni como o de dónde vendrá es el peor sentimiento que los embarga a todos y cada uno.

Pero lo van a enfrentar. Juntos.

***

Franklin acude a lo que antes era el hogar de su hija y ahora es el alojamiento de Carla.

Entra sin tocar la puerta y Carla lo mira entrar como una exhalación atravesando la sala para subir las escaleras.

Tras un azotón Franklin entra a lo que fue la habitación de Ray y mira la foto que está en la mesa de noche.

Son Anastasia y él, ella con un inmaculado uniforme blanco de enfermería. Ray sostenía una blanca cofia con un emblema que comprueba que Anastasia es una enfermera capacitada en medicina general. No deja de mirar a Raymond y piensa en como podría haber sido su vida si no hubiera dado todo por su país...

Se estaba arrepintiendo porque su hija aún sabiendo la verdad de porque las abandonó no le permite ser parte de su vida, el porqué aún no lo ve como a un padre y no contiene las lágrimas.

Carla lo alcanzó deseando reñirle por los problemas que le pueda ocasionar con Anastasia, pero verlo de rodillas, en el suelo, con el retrato de su hija y su mejor amigo en las manos, le hizo entender que Franklin estaba rebasado y muy dolido por las consecuencias de sus decisiones.

—¿Qué he hecho? Mi hija... Ella simplemente no me deja ser parte de su vida...

—Frank... ¿Que sucede?

—Anastasia está en peligro por su relación con Christian Grey y aún cuando ya fue víctima del desgraciado tras ese sujeto, se niega a dejarlo... No me permite protegerla... Y yo... Yo... Carla... ¡Yo no sé que hacer!

—Franklin...

—Ese tipo tiene muchos frentes abiertos, ¡tiene una diana en su cabeza, por Dios! Y no sé por dónde empezar a protegerlo! Mi trabajo y mi nula vida privada se han hecho un desmadre porque mi hija fue a caer sobre un objetivo... Y debo protegerlos a ambos... Pero me siento de manos atadas.

Carla se acerca a él, pero trata de no tocarlo. Su vulnerabilidad la ha dejado desconcertada. Franklin jamás se había mostrado vulnerable, desesperado o a punto de dejarse derrotar. No sabía cómo apoyarlo... Nunca se lo permitió.

Si, fue muy machista de Franklin tenerla al margen. Ahora, viéndolo bien, lo comprendía finalmente.

Carla entendió que a diferencia de Ray, a Franklin no lo conoció en realidad. No sabía quién era, y comprendió porque no fue difícil para él alejarse de ella y Anastasia:

Eran dos desconocidos.

Franklin miraba el retrato y alternadamente el entorno. Fotos aquí y allá de Ana y Ray. Pero en todas ellas era fácil entender que Ray fue un padre para Anastasia en toda la extensión de la palabra. Y él, solo era un desconocido que como gato boca arriba daba pataletas para llamar su atención y hacerse un lugar en su vida: el lugar que le dejó a Ray y él tomó sin pensarlo dos veces.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora