XI

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Anastasia se mantiene despierta escuchando música clásica en su iPod. Se deja llevar por las suaves notas de Chopin y lee uno de sus clásicos favoritos de Thomas Hardy. Cuando está por cambiar de página escucha como se hace más fuerte el sonido del piano y continua leyendo hasta que ve como se apaga el dispositivo y continuan escuchándose las notas de un piano.

Hipnotizada por la música, sale de la habitación y va a la sala, se oculta tras un pilar y escucha hasta que en un arranque de valentía sale de su escondite y se sorprende al ver a Christian sentado frente al piano y tocando con maestría.

Ya lleva varias noches escuchando el piano a esas horas, ella se mantenía alerta durante las noches, y Gail y Jason lo vigilaban durante el día. Así lo acordaron cuando Christian se puso agresivo y distante.

Ésa era la primera vez que se armaba de valor para salir de la habitación. La visión que tiene de Christian es casi onírica: él, sentado en el banquillo, con el piano a su frente. Solo vestido con un pantalón pijama, con el torso desnudo y la tapa abajo para aislar un poco el ruido. La luz de la luna se cuela por los enormes ventanales y se ven más pálidas sus cicatrices en el pecho y la espalda.

Él continúa tocando, aunque se dió cuenta de que Ana lo está observando. Así como también se dió cuenta de que instaló un monitor en su habitación y otro más en el estudio para mantenerlo vigilado. Sigue tocando, y después de que ya cree que fue demasiado por esa noche, va directamente hacia su habitación ayudado con su bastón.

***

Christian se levanta al escuchar el ya familiar ruido que hacen Anastasia y Gail todas las mañanas al ayudarlo a levantarse. Gail se dirige al baño y abre la llave de la tina, Anastasia entra con un vaso con agua, sus vitaminas y su maletín con su estetoscopio, el baumanómetro, y con su medidor de glucosa.

-Buenos días, señor Grey- le saludan a la vez.
-Buenos días, señoritas- les responde.

No se molesta en preguntar la hora, ambas son más que precisas al iniciar su rutina. En cuanto Gail termina de preparar el baño, Anastasia se apresura a ayudarle a desvestirse y le da la privacidad que puede.

Cada vez que ayuda a Christian a quitarse o ponerse ropa -según el caso-, siempre se gira para mirar a otro lado y tararea una canción infantil.

-¿Porqué haces eso siempre que me desvisto?- le pregunta a Anastasia, irritado por ese hábito.
-¿Hacer qué, señor?- le replica ella al no saber de qué habla.
-Cantar esa horrible canción- responde gruñendo.
-No es horrible- Ana le discute, pero sabe que es una canción muy boba.
-¡Por dios! Tienes casi veintidós y cantas esa horrible canción infantil...
-No es horrible.
-Si, lo es.
-¿Nunca cantó canciones infantiles?- Anastasia le pregunta para entrar en controversias por el mensaje de su canción.
-No- responde mientras le señala a Ana el vestidor y saque su ropa del día.
-Pues tal vez es lo que necesita para alegrarse la vida un poco- le dice Ana y toma en un puño un boxer demasiado pretencioso para su gusto.
-Que bien se te da cambiar el tema- le dice Christian al sentirla cerca de nuevo.
-Lo sé.
-Da igual. ¿Porqué siempre que me ayudas a bañarme y vestirme cantas esa horrible canción infantil?- insiste porque le molesta demasiado que cante mientras lo atiende una canción infantil.

Hay tantas "canciones para adultos" que puede cantar, pero la señorita me desviste mientras canta la canción de unos elefantes meciéndose sobre una telaraña... Piensa Christian mientras espera una respuesta.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora