¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓN

XLIII

Anastasia llega cansada después de su visita plenamente vigilada por los guardias de Christian, Reynolds y Sawyer, que son buenos amigos de ella y está satisfecha con lo que pudo hacer en su día, que Christian la dejo descansar después de que toda la semana lo estuvo acompañando a Grey House.

Ajenos a todo lo demás, no notaron que no muy lejos de la mansión Grey estaban siendo vigilados por un hombre montado en una moto que a través de unos prismáticos tomaba nota mental de cada movimiento de los habitantes en esa mansión.

Mientras, Anastasia entraba corriendo a la mansión para ir al encuentro de Christian y deseaba comunicarle algo que seguramente él también se interesaría.

Lo encuentra de pie en el salón, que también casi como que sentía como se acercaba su chica con aroma a manzanas, o es que solo deseaba que regresará a sus brazos para sentirla a su lado.

—¡Christian!— chilla al verlo frente a ella.

Con una ansiedad que se podía sentir en el aire, solo atinó a tenderle la mano para invitarla a acercarse a él y sin más se refugia en su pecho y aspira su aroma.

—Te eché de menos, amor— murmura Christian al aspirar el aroma de su cabello.
—Yo también te extrañé mucho, bebé— responde ella.

Solo levantó la mirada un momento para poder besarlo y sentir que estaba justo en el lugar correcto: en los brazos de su amor.

Christian la abraza con fuerza y no se aparta de sus labios a la vez que juguetean con sus manos y el dulce estremecimiento que los recorre completamente cuando se tocan y logran apartarse tras escuchar los pasos de varias personas que también se reúnen en el salón.

—Te quiero contar algo, Ana...— comienza Christian.
—Yo también— añade Ana con su frente pegada a la suya.
—En mi habitación después de la cena, ¿Vale?
—Vale.

Se acercan Elliot, Jack y Mia y en ese instante se siente la tensión en el ambiente. Elliot aún no ha hablado con Jack con respecto a la relación que tiene con Mia, y no se hace a la idea, pero tiene que dejar de entrometerse.

—Elliot, buenas tardes— le salida Mía.
—Hola. Jack— responde Elliot y a continuación se dirige a Jack,— quisiera hablar con ustedes, vamos al despacho de papá— les indica y se adelanta.
—¿Y Kate?— pregunta Ana.
—Con su hermano y su papá... Creo que aún están dando su declaración con respecto a la demanda contra Elena— les responde Elliot sin detenerse.

Jack toma a Mia de la mano y van tras Elliot. Mientras Christian se va con Ana a la sala a esperar a sus padres y preparar algo de comer. Ana está hambrienta y quiere disfrutar la compañía de Christian.

[...]

Después de cenar, Ana ayuda a Christian a acomodarse en la cama y cree que es momento de conversar de lo que hizo en su día, pero Christian en ese instante se da cuenta de que tiene que decirle a Anastasia lo que le sucedió a él.

—¿Porqué tienes los ojos rojos, Christian?— le pregunta Ana.
—Fue un día pesado, y aún cuando dormí un rato después del trabajo, me siento agotado— le explica Christian y se deja caer sobre la silla de su habitación.
—Christian, sabes que debes de mantenerte tranquilo...— comienza a reñirle Anastasia, sabe bien que se debe de cuidar.
—Nena, si supieras...
—¿Qué pasó?— le pregunta al verlo resoplar y frotarse la cara con frustración.
—Tuve dos visitas inesperadas en el día y las dos me alteraron bastante.
—¿Problemas en tu empresa?
—Ya quisiera que fueran de mi empresa.
— ¿Entonces?— le pregunta Ana intrigada.

No suele inmiscuirse en los asuntos de Christian, pero le intriga qué pudo ser lo que alteró tanto a Christian.

—Me fue a buscar el exesposo de Elena, y me dijo que él fue quien le hizo llegar las pruebas en contra de Elena a tu amiga— comienza por lo más sencillo, pero ya llegará al punto que si lo alteró.
—¡¿Qué?!
—Si, y me confesó de dónde y cómo la conoció...
—¿De verdad?! ¿De dónde?
—Elena es una huérfana de Nueva York, sin familia, que trabajaba en un burdel de mala muerte.
—¿De mucama?— pensó Ana con ingenuidad.
—No, era una de las prostitutas.
—¡Me dejas sorprendida!
—Si, Timber se enamoró como un demente de ella y la sacó de ahí para darle una mejor vida, pero ella prefirió tener todo lo que deseaba y que le faltó en la vida en lugar del amor que Timber le daba— continua contándole Christian.
—¡Dios, mío!— exclama Anastasia aún sorprendida.