LXVI

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Afortunadamente, la audiencia ocurrió sin incidencias. Elena aún no presentaba una defensa, solo los abogados presentaron la introducción al caso.

Todos los presentes, —en especial, Eamon Kavanagh, que se mantuvo oculto al fondo de la sala— estaban anonadados por la pasiva fuerza que mostraba el abogado Erwin Krueger. Parecía apocado, cansado y sin carácter, pero durante toda la audiencia tuvo el control y habló con voz firme, fuerte y contundente con respecto al motivo de la demanda, el juicio y las consecuencias de las acciones de Elena sobre Ethan, y su familia, que terminó de ser destrozada tras el paso de Elena.

El abogado de Elena, abría los ojos desorbitados al comprender que no tenía oportunidad, así defendieran a Ethan un equipo de novatos, tienen todo a favor para ganar el caso. Pero, por ética profesional, no podía darse por vencido sin luchar, ni podía renunciar a la comisión a la que sería acreedor, solo por defender a Elena; después de todo, estaría invirtiendo dinero y tiempo.

En cuanto la juez —que también parece ser implacable—, fija una fecha para la primera fecha del juicio, y ordena cerrar la sesión, todos resoplan por lo incómodo que resultó estar cerca de Elena.

Extrañamente, la atmósfera cambiaba de forma dramática y perjudicial a su alrededor. Cómo si la sola presencia de Elena fuera capaz de alterar hasta la persona más paciente.

... O tal vez había hecho demasiado daño y varias de sus víctimas, deseosas todas ellas de justicia estaban ahí, planeando también como se le haría pagar.

Al dar la juez el último golpe con su mazo, todos se ponen de pie y se dirigen a la puerta.

Ana les pide un momento a su padre y Christian y se va junto a Kate a darle su apoyo a Ethan.

—Tranquilo, amigo. Todo se pondrá en su lugar — le susurra al oído y lo abraza.
—Gracias, Ana. Si no estuvieran tu, Kate, J. J. y John aquí, no sé cómo podría estar cerca de esa mujer.
—Lo sabemos, Ethan.
—Imagino que no eres el único que está "incómodo" [por decirlo de alguna forma] cerca de esa mujer — interviene Elliot que no perdió de vista a Kate.
—Ethan, Katerine. De nuevo nos vemos las caras— espeta una voz furiosa tras ellos.

Se dan vuelta y miran a Eamon, su padre, y ninguno baja la mirada.

—Espero que sepan lo que hacen.
—¿Y tú, Eamon?— le reta Ethan.
—¿Tu qué crees, hijo mío?— le recrimina Eamon furioso. 
—Depende... ¿Porqué nos encerraste en tu casa?— interviene Kate y toma de las manos a Elliot y Ana, que estaban por retirarse para darles su espacio.
—Era necesario.
—¿Y qué más?— le cuestiona de vuelta Ethan frustrado por la ambigüedad en las palabras de su padre.

Trataban de comprenderlo, sí, pero no podían porque él no lo permitía. Era más un desconocido, un dictador que quería hacer valer su voluntad en ellos como si deseara gobernar el mundo, sin una razón o motivación.

—Ustedes rechazaron mi protección— reprocha Eamon tratando de contener su rabia.
—Lo que rechazamos son tus métodos— aclara Kate, tan tenaz y segura como siempre.
—No tienen porqué cuestionarme.
—Yo creo que sí, Eamon— Kate se planta ante su padre.
—Que no se te olvide, Katherine, soy tu padre y me debes un respeto— exige cada vez más agitado Eamon.
—Eso repítelo tú, hasta que te convenzas y comprendas la de veces que te necesitamos y tú nos diste la espalda... O ¡cuando nos echaste a la calle!— añade Ethan furioso.

Él es quien sufrió más con las decisiones de su padre, y con todo el derecho del mundo está cabreado con él.

—Ethan, ¡estoy arrepentido! ¿qué más quieres?
—Para empezar, que no quieras lavar tu conciencia con nosotros— le dice Kate.
—Que no vuelvas a alejarnos de las personas que nos han apoyado cuando tú renegaste de nosotros, y de dejar de tapar el sol con un puto dedo, padre. ¡Soy gay! Y no me tengo porqué avergonzar por ello.
—¡Entiende que yo quería algo diferente para ti!
—¡¿Y lo que yo quiero para mí no cuenta?!
—Ethan, no sé... Yo... Es que de todo lo que podía esperar, que tú fueras...
—Se dice GAY, Eamon— le interrumpe Kate antes de que dijera algún epíteto homófobo.
—Eso... Sí...— balbucea incómodo
—Repite conmigo, G. A. Y. Gay— le interrumpe de nuevo su hija.
—Katherine, basta— pide Ethan.
—No. Hasta que él comprenda que no es malo ser homosexual. Ser homofóbico, si es muy malo.
—En cuanto a los Grey...
—¡No te atrevas a exigirnos que nos alejemos de Elliot, Ana o todos ellos!
—¡Grace Trevelyan mató a tu madre!
—¡Mi madre dejó de luchar al ver que no te importaba si vivía o moría!— grita Kate desbordada de dolor y coraje.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora