XXXI

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—¡Mierda!— exclama aterrado un tipo que cubre su rostro con un cubrebocas y una gorra negra.

Suelta lo que tenía entre las manos y sale corriendo del departamento empujando a Mia y haciéndola caer junto a la puerta. Afortunadamente no se hizo daño, solo se torció una mano, pero sé apresura a ponerse de pie y va tan rápido como puede tras el sujeto y lo ve salir con dirección al ayuntamiento.

Vuelve al departamento asustada y nerviosa y ve el celular tirado bajo una mesa de la sala.

—¡Mia, responde!— escucha la voz frenética de Jack.
—Cariño... Estoy bien...— le responde su Huracán con voz nerviosa.
—¿Que sucede, amor?
—Alguien... Alguien entró a nuestro departamento y no pude verle la cara...— le dice Mia tratando de contener el llanto por el miedo que sintió.
—¿Segura que estás bien?— insiste Jack al escuchar a Mia tan asustada.
—Si, cariño. Tranquilo... Pero debo llamar a la policía— le dice ella tratando de calmarse.
—Estaremos ahí de inmediato— más que un aviso, le promete Jack.
—Si, aquí te espero.

Mira el entorno asustada y nerviosa. Suspira y mira al cielo mientras se frota la mano derecha, que al parecer se lastimó al caer cuando la empujó el tipo ese. Teclea del teléfono fijo al servicio de emergencias y les informa lo sucedido.

[...]

—Al verme soltó no sé qué cosa justo del lado del sofá y se acercó a mi... Creí que me atacaría, pero solo me dió un empujón que hizo caer, y salió corriendo. Traté de alcanzarlo, pero era muy rápido... Lo ví que iba hacia el noreste, por la calle del ayuntamiento, y cuando salió del departamento ví que cayó de su chaqueta eso...— señala hacía el suelo y los policías que entraban y salían del piso miraron hacia donde apuntaba. Encontraron una cartera vieja a nombre de José Luis Rodríguez Jr. Y también encontraron una identificación de empleo, también a su nombre, pero emitida por Maderas Lincoln.

Declaraba Mia ante el detective Clark y el jefe de seguridad de Christian, Welch. Jack se mantuvo cerca de Mia. Carrick le indicó a los oficiales que revisarán las habitaciones y encontrarán lo que sea que les resulte de interés y uno de los oficiales volvió con los diagramas de un helicóptero, un Eurocopter EC-135.

—Eso no es mío— exclama furioso Jack cuando mira las hojas.
—Lo sabemos, señor Hyde-Grey... La perito tomo ya huellas digitales y no coinciden por lo pronto con las huellas de usted o su acompañante— réplica el detective Clark.
—Tranquilo, hijo...
—Quiero que encuentren a ese tipo... Entró a mi casa y pudo haber atacado a Mia.
—Estoy bien, cariño.
—Esto no fue un robo, amor... Estaban sembrando evidencias. No nos falta nada, y aparecen esa billetera y esos diagramas...
—¿Quieres decir...?
—Trataban de incriminarnos en el atentado de Christian.
—Hijo, eso es muy apresurado.
—Pero lógico, papá. Mira... Ya revisé el departamento de arriba a abajo, no tocaron la caja fuerte, ni las joyas de Mia, mi computadora y tampoco entraron al estudio, pero mi mujer, tú hija encuentra a un cabrón encapuchado que la pudo haber herido y aparecen ese diagramas y la billetera. Conozco a todos mis vecinos en este edificio y créeme: ninguno se llama José Luis Rodríguez Jr.
—Tranquilo, Jack...
—No, Mia. Ahora no solo Christian está en peligro. Todos estamos expuestos.
—Dios...
—Welch, ¿ya están todos los miembros del equipo en posición?
—Si, señor Hyde-Grey... Pero necesitaremos más gente.
—Contrata gente que sea de tu entera confianza. Lo dejo en tus manos.

Carrick se frota la cara con ambas manos y Mia se da calor a si misma envolviéndose con sus brazos, Jack suspira y mira el entorno con frustración y miedo por lo que pudo haber sucedido. Se detiene al ver a Mia y repara en su mano vendada. No piensa más que en ella y la abraza.

Mia al sentir los brazos de Jack a su alrededor por fin llora y lo abraza con fuerza. Al sentir a su preciosa Mia tan frágil y asustada se siente tan impotente y no puede hacer otra cosa más que abrazarla.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora