XXVI

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Ana mientras vuelve a casa trata de sacar de su mente las palabras del misterioso mensaje que transcribió para los hermanos Grey:

Sabemos qué te está haciendo Elena, y que necesitas ayuda. No te atrevas a dejarle nada, no lo merece, no lo necesita y no te va a dejar tranquilo hasta que esté segura de que no te necesita...
¡Recapacita, Christian! Sabes que nos tienes contigo.
Tus hermanos.

Suspira y se bebe de un trago su gran vaso de té helado para darse un baño y ver cómo ocupa su tiempo, porque por orden de Flynn tuvo que tomar dos días de descanso.
Mira el restaurado piano en un rincón de su casa y trata de tocar a la vez que se martiriza recordando a Christian... detesta recordar cómo es que le pidió que se fuera y se resistía a sentir amor... Le oprime el corazón imaginar a Christian solo y derrotado... Sin ella. Anhelaba sus besos... Sus caricias. Sus manos recorriendo su cuerpo, anhelaba hacer el amor y gritar de placer que le hacía sentir él.


Se deja llevar por las sutiles notas de piano y cierra los ojos. Piensa en su padre, las clases de piano que tomaba en su infancia... En Christian cuando tocó para ella en Aspen y en como la envolvió en sus brazos durante la noche. Cuando la besó y acarició ésas ocasiones en las que hicieron el amor...

¿Y si es una llamada de ayuda?

Piensa de pronto y pierde la concentración, presiona teclas al azar hasta que decide ocuparse de algo.

—No lo voy a olvidar si me quedo aquí... Lo extraño tanto...— susurro mientras sus lágrimas empezaban rodar por sus mejillas.

Limpia sus lágrimas y decidida busca su teléfono y de inmediato llama a Flynn. Va a tomar la propuesta que le ofrecieron hace tiempo de irse a Nueva York, seguir preparándose y tal vez olvidar lo poco que vivió con él.

Solo nombrarlo y pensar en Christian, él fue quien la alejó de su lado y aceptó volver a vivir en soledad... Se rindió y se abandonó a su propia miseria y como único gesto de generosidad la dejó ir.

Me pidió irme cuando yo quería quedarme a su lado, no le importó mis sentimientos hacia él.

—John, por favor dame los requisitos para esa beca en Nueva York...— le pide avergonzada.
—¿Estás segura?— le responde Flynn dudoso de sus palabras. 
—Si, por favor dame la información.
—Bien... Tus documentos regulares para cualquier empleo y dos referencias laborales.
—Mierda... Solo he trabajado contigo— gruñe tras escuchar eso.
—¿Porqué no le pides referencias a Taylor?— le sugiere John pensando en que necesita un empujón para dejar de lado su orgullo— Tengo entendido que tenían una relación cordial y no dudo que quiera apoyarte.
—Vale...
—Te voy a redactar la referencia de parte mía, Ana... Pero sabes que eres mi mejor enfermera y me cuesta mucho dejarte ir.
—Lo aprecio, John. — No quería mencionar el motivo por el que quería irse.

Corta la llamada para no tener que hablar y dar inicio a una sesión de terapia telefónica con su jefe.
Se aparta del piano y de todo aquello que le recuerda a Christian para darse una merecida ducha y buscar esa carta de referencia de parte de Taylor. Solo espera no encontrarse con Christian, aunque se moría de ganas de ver con sus propios ojos si él estaba bien.

***

Christian está sentado frente a su piano cuando escucha el timbre del ascensor, como no tiene idea de quién pueda ser se levanta del banco del piano y se acerca hacia el vestíbulo.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora