LIX

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Christian acompasa su respiración con el sonido de la música que Grace le pone en el iPod. Carrick le ha dejado cerca los periódicos y los leen para él.

Ross, su vicepresidenta, le ha estado visitando todas las tardes para darle un informe detallado sobre las actividades de Grey Enterprises Holdings.

Andrea toma nota desde la oficina vía WebEx sobre la agenda y Barney junto con Fred le cuentan eufóricos los progresos sobre la línea de dispositivos braille que han comenzado a desarrollar.

Todo parece ir bien, y hasta el momento, no ha habido nada de que preocuparse. Ni brechas en la seguridad, ni amenazas a nadie de la familia.

Lo único que tiene a Christian agobiado es el hecho de que no se puede quitar las vendas y se le hacen eternos los días.

Anastasia ya ha sacado su carácter Steele y con férrea disciplina ha hecho que Christian acate las indicaciones de sus médicos a rajatabla. No le ha dado oportunidades de querer desobedecer. Le ha hecho relajarse estableciendo una rutina para él y por el tono de su voz al reñirle porque se excede en sus reuniones, sabe bien que no está jugando.

Sí. Anastasia está cumpliendo el compromiso de hacer todo lo posible para que Christian se recupere.

En las mañanas, lo levanta, le da un baño de tina con sumo cuidado de no mojar los vendajes y tras terminar, lo viste con ropa cómoda del guardarropa de Christian (lo único en lo que cedió ante la perspectiva de que Christian mostrara sus atributos y el trasero en el hospital) y le sirve un desayuno por demás sustancioso y nutritivo preparado por Gail.

Taylor y Claude Bastille le ayudan con ejercicios suaves para mantenerlo activo, pero sin agitarlo. Ya que tras unas valoraciones hechas por Flynn, descubrieron que entre todas las cosas que le suceden a Christian desde su llegada a la familia Grey, es que es hiperactivo. Por eso mismo le es tan difícil estarse quieto y que parte de ello contribuye a que le dé vueltas a las cosas, que siempre esté trabajando y manteniéndose ocupado. 

Después de su rutina de ejercicio, lo llevan de vuelta a la habitación para que junto a Olivia, Sarah y Jack, se pongan al día con respecto al trabajo de la empresa. Terminan a medio día sin excepción y mientras sus padres, sus hermanos o Anastasia le hacen compañía leyendo o escuchando música junto a él.

Retoman trabajo a las diecisiete treinta que llega Ross de la empresa para el informe diario y se conectan por video llamada con los jefes de departamento y Andrea para preparar el trabajo del día siguiente. Tras una hora. Anastasia de forma inflexible los retira a todos para que Christian medite y se relaje.

Christian ya está de los nervios.

Y yo que pensaba que soy un tirano... Y mi dulce chica de aroma a manzana ¡es diez veces peor de lo que pude ser yo! Resopla Christian cuando escucha la puerta cerrarse y Anastasia le lleva a tumbarse en la cama.

Mientras Ana le da un suave masaje en la cabeza a Christian, escuchan un delicado y tímido golpeteo en la puerta.

Ana resopla molesta porque le enfada que no dejen a Christian descansar. Se levanta de la cama y va a abrir la puerta y al ver quién es su visita, el enfado se esfuma de un plumazo.

—¡Hola, Ana! ¿Puedo ver a Christian?
—¿¡David!?— exclama Christian desde su cama al reconocer la voz del niño.

Se acerca a él y pide permiso para tomarlo de la mano.

—Me sorprende que te acuerdes de mí — le comenta Christian al sentir sus pequeñas manos entre las suyas.
—¿Tus ojos?— David se preocupa notablemente al ver los enormes parches y vendas sobre el rostro de Christian.

¿Amor a primera vista? TE VEO CON EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora