Capítulo 35.

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—No, Jimin.—la voz de Hoseok se oyó ligeramente irritada—.Es así.—hizo el movimiento por décima vez, con mayor lentitud—.Debe ser más suelto, no rígido.—explicó—.Inténtalo una vez más.

Las prácticas habían comenzado y con ello el estrés de llevar todo lo que hacían a la perfección, o al menos acercarse lo máximo posible. Debían preparar las nuevas presentaciones y debían hacerlo con tiempo, por ello las interminables horas de práctica.

—Jimin.—Namjoon caminó con cansancio hacia el menor—.Mejor toma un momento de descanso, y luego sigue.

Jimin asintió, realmente necesitaba un momento de calma y relajación mental, las prácticas lo estaban sobrepasando, pero no eran las prácticas lo que realmente lo afectaban, ni el hecho de tener que madrugar, sino el no haber cruzado palabra con Jungkook en días, teniéndolo tan cerca.

Entonces él supo el significado de aquella frase tan famosa "Tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos".

La frustración que sentía al ver a Jungkook y no poder hablarle era mayor que el cansancio en sus músculos, pasaba noches en vela pensando en si podría ir a la habitación del menor y poder hablar con él, pero enseguida se arrepentía. Jungkook lo había evitado durante todo aquel tiempo, desviaba su mirada cuando sus ojos se encontraban, cambiaba de sitio con alguno de los miembros cuando estaban uno al lado del otro, se iba a otra habitación cuando coincidían en un mismo espacio, para Jimin aquello era más que suficiente para comprender que él menor no quería ni respirar el mismo aire que él.

Colocándose en una de las esquinas, se dejó caer al suelo doblando sus rodillas y dejando su cabeza caer entre estas, con los ojos cerrados, tratando de conseguir algo de calma, algo de concentración, llevaba más de media hora tratando de conseguir realizar el maldito paso de forma correcta, fracasando en todos sus intentos. Despeinó sus cabellos con frustración, deseaba estampar su puño contra el suelo para hacerse daño y despertar.

—Hyung.—la suave voz que tanto tiempo no había escuchado ser dirigida hacia él hizo que olvidara todo y mirara hacia arriba—.Ten.

Una botella de agua fue dirigida en su dirección, que Jimin se apresuró a aceptar—.Gracias.—susurró.

Jungkook se sentó a su lado, mordiendo su labio inferior, gesto que no pasó desapercibido para él mayor, con nerviosismo.

—Solo concéntrate, Hyung.—susurró sin mirarlo, su mirada puesta en el suelo—.Tu puedes hacerlo perfectamente, solo debes concentrarte y dejar tu mente libre de todo.—lo miró un momento, una leve sonrisa en sus labios—Figthing.—y sin más, Jungkook se levantó para salir de la sala de prácticas.

Jimin lo siguió con la mirada hasta que este desapareció de su vista, volviendo su mirada a la botella de agua en sus manos.

—Jimin-ah.—Hoseok caminó hacia él, sonriéndole—.Creo que ya tuviste el empujón que necesitabas.—le sonrió burlón—.Ahora levántate y vamos a por esos pasos.

Jimin salió de sus pensamientos y sacudió la cabeza ligeramente, sonriendo y más animado que antes. Quitando la tapa de la botella de agua le dio un gran sorbo antes de dejarla a un lado y seguir los pasos de Hoseok, él iba a conseguir dominar esos pasos esa misma noche.

Y lo hizo, dominó los pasos en cuarto de hora, sorprendiéndose a si mismo, solo necesitó de las palabras de Jungkook para tomar la energía e iniciativa necesaria y conseguirlo. La sonrisa no desaparecía de su rostro aún cuando estaba sudado y cansado, sus músculos doliendo por la ejercitación y la presión recibida en las últimas horas, pero nada de eso le importó, porque al final había conseguido hacerse con los pasos, y aún algo más importante, había vuelto a cruzar palabras con Jungkook.

Él sabía que él menor no podía ver a ninguno de ellos mal, incluso si él propio Jungkook estaba mal, él haría lo que fuera para subirles él ánimo, para hacerlos reír y que se olvidaran de lo malo.

—Tan idiota.—susurró para sí mismo cuando recordó que había perdido a Jungkook, él ya no era su novio.

—Vamos, Jimin.—Hoseok caminó detrás suya, golpeando su cabeza.

Ni siquiera se quejó, por alguna razón Jimin comenzaba a pensar que él realmente merecía un par de golpes para poder dejar de comportarse como un idiota.

Cuando llegaron a su casa, tanto él como Hoseok fueron directos a darse una ducha, quitándose él olor a sudor y dejando que él agua los refrescara, Hoseok fue el primero en terminar, llendo a la cocina y preparando algo para comer, para él y para Jimin.

Jimin lo siguió minutos después, vistiendo ropa holgada pero cómoda, había liberado cierto estrés con aquella ducha.

—¿Donde están todos?.—Jimin preguntó al mayor, sentándose a su lado en la mesa de la cocina.

—Jin está tumbado en la sala, lleva la ropa del mismo color que el sofá por eso no lo viste cuando pasaste.—se rió haciendo un gesto hacia la sala, a la vez que comía—.Tae se fue a comer fuera, no aprendió de la última vez que cogió aquella infección.—negó con la cabeza—.Namjoon está en su estudio, trabajando en algo.—lo miró, masticando—.Jungkook y Yoongi están durmiendo.

—Oh.—Jimin asintió.

—¿Que harás después?.—quiso saber Hoseok.

Jimin se encogió de hombros, masticando—.Me iré a dormir, estoy algo cansado.—hizo un ademán con la mano—.¿Que hay de ti?.

—No es muy tarde, iré a hacerle una visita a Namjoon.

Jimin asintió, terminando lo último que había en su plato y se levantó dejándolo en el fregadero.

—Que descanses, Jimin-ah.

—Tu también.—se despidió con la mano.

La dirección que escogieron sus pasos no fueron hacia su habitación sino a la habitación de Jungkook, abriendo la puerta con sumo cuidado y sin producir ningún tipo de ruido.

—¿Jungkook?.—llamó suavemente, la habitación totalmente a oscuras, cuando no recibió respuesta alguna decidió darle al interruptor y encender la luz.

El cuarto estaba ligeramente desordenado, aparatos en un lado y en otro, la mesa llena de objetos, cables y cámaras enredados en una esquina, los zapatos tirados con desinterés, y en la cama, acurrucado, se encontraba Jungkook.

Se acercó con pasos lentos y silenciosos, asegurándose de no hacer algún ruido que pudiera despertar al menor. Cuando estuvo al otro lado de la cama, viendo el rostro dormido y apacible del menor se sintió desfallecer, hacía tanto tiempo que no tenía la oportunidad de ver a Jungkook de aquella manera, lo anhelaba tanto.

Estaba cubierto con la manta hasta la cintura, una enorme sudadera cubría su parte superior, la capucha arrugada, el cabello oscuro desordenado y sobre él rostro blanquecino. Las manos de Jimin picaron por tocar aquellos suaves y brillosos cabellos, aquella suave piel, y no se contuvo, llevando su mano con lentitud a los oscuros cabellos los acarició y los peinó, apartándolos del rostro dormido.

Cuando el rostro del menor quedo al descubierto, dirigió sus manos a las sonrojadas mejillas, acariciándolas con suavidad, disfrutando del tacto, sus ojos se fijaron en los labios abultados, rojizos como la sandía.

Ni siquiera lo pensó dos veces cuando se inclinó y pegó sus labios junto a los del menor, un simple toque, sintiendo la calidez de estos. Cuando se alejó se sintió insatisfecho, quería más de aquellos dulces labios, necesitaba más.

Una vez más, se puso de rodillas e inclinó su rostro juntando sus labios, ésta vez por más tiempo, tratando de que la calidez lo consuma más, sintiendo la respiración del menor contra él. Alejándose solo unos centímetros, cerró los ojos, tratando de recobrar algo de sentido común, aquello que estaba haciendo no estaba bien, por mucho que lo necesitara.

Cuando al fin abrió los ojos, se congeló al encontrarse con los oscuros y brillantes ojos del menor, quien lo miraba con el ceño fruncido y algo confuso, la bruma del sueño aún prevaleciendo en él.

—¿Jimin?.—susurró, confusión tintando su voz.

Jealous.  ∆Jikook∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora