12. No eres como ella.

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—Momo... —llamé y ella levantó la mirada, conectándola con la mía.

—Dime.

—¿Por qué no le dices algo a Nayeon o a alguien? Deberías defenderte.

—¿Tendremos asesorías esta tarde? —cuestionó Momo, tratando de ignorar mi pregunta.

—No me cambies el tema, Momo. Nayeon te trata horrible,al menos puedes decirle algo.

—¿Qué gano haciéndolo?

—¿Qué ganas? ¡Por dios! Ganas que deje de joderte.

—No es para tanto.

—¡Creería esa mierda si no te hubiera visto llorar porque te llamó lesbiana! —y de la nada Momo se soltó a llorar, no sabía qué hacer ante ese cambio de ánimo tan repentino, sabía que estaba sensible debido a lo que mis amigas hicieron hace unos momentos con ella, pero no para llorar por cómo le pedí que se defendiera—. Momo, tranquila —simplemente no escuchaba así que me arrodillé frente a ella—, respira Momo, no llores —tapó su rostro con ambas manos y comenzó a negar lentamente, después dijo algo que apenas entendí.

—Quita las manos de tu rostro —negó—, por favor —volvió a negar, me acerqué más a ella y con cuidado tomé sus muñecas, ella se tensó un poco pero no hizo un intento por apartar mis manos, de esa forma descubrí su rostro; mirando cómo sus lágrimas caían y ella bajaba la mirada.
Dejaré que llore, es una manera de desahogarse, solo que ella lo hace muy a menudo.

—¿Ya te sientes mejor?

—Si, gracias —sonrió y yo asentí— ¿Ya quieres ir a la biblioteca?

—¿Podríamos no estudiar hoy?

—No —dijo fingiendo autoridad lo cual me hizo reír un poco.

—Bueno, al terminar las clases te veo allá.

Asintió y se levantó dejándome sola y yo me dirigí a mi casillero, ya no iba a regresar a clase, no podía seguir viendo a Nayeon normalmente después de ver lo mucho que a Momo le afecta todo lo que le hacen… No quería que Momo se diera cuenta pero en realidad estoy enojada con Nayeon y Mina, odio que se la pasen molestando a Momo, odio que nadie les ponga límites, odio que crean que tienen a todos a sus pies como malditos esclavos, odio que Momo no se defienda, pero lo que más me desespera es que me importe tanto; odio sentir la necesidad de protegerla, tal vez es el cargo de conciencia de que no pude hacer nada, y a lo mejor eso me hace pasar más tiempo con ella... No lo sé.

Estaba camino a la salida, solo para perder el tiempo hasta que la siguiente clase comenzara, nada parecía estar fuera de lo normal ya que todos los alumnos responsables se encontraban dentro de su salón, no como yo que decidí salir, pero era por una buena causa. Estaba por ir hacia las canchas o la parte trasera de la escuela cuando alguien tomó mi muñeca con fuerza provocando que me detuviera, me viré hacia esa persona y se trataba de Tzuyu...

—¡Suéltame! —le grité, pero ella me ignoró.

—¿¡Qué carajo le hiciste a Momo!?

—¿De qué hablas?

—¡Está empapada! La encontré de camino a clases.

Smile For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora