Smile For Me | Samo

20. Primer beso.

—Claro, lo que tú quieras —se mordió el labio antes de hablar.

—Ya no me pidas permiso para tocarme —el color rojo comenzó a notarse en sus lindas mejillas, y más feliz no podría estar; estoy más que segura de que lo que siento por ella es amor—. Antes de que me preguntes por qué —se apresuró a decir—, simplemente me gusta que lo hagas... —sonreí y me acerqué más a ella.

—Y a mí me gusta hacerlo —acaricié suavemente su mejilla provocando que ella esbozara una linda y brillante sonrisa.

—Será mejor que entre ya —dijo Momo y tomó mi mano para apartarla con delicadeza.

—Claro el baño está junto al armario, puedes usar mi uniforme de repuesto.

-De acuerdo, muchas gracias —asentí y me levanté para ir hacia mi clóset y sacar el conjunto de esas prendas y dárselo.

—Tal vez quieras cambiarte dentro —asintió, así que me acerqué a ella y le entregué el uniforme.

—Voy a salir para darte privacidad, deja tu uniforme en el cesto para que puedan lavarlo y secarlo ¿Okey?

—Okey, gracias Sana.

—De nada —entró al baño y yo salí de la habitación para indicarle a Yuu que tendría que lavar y secar un uniforme a lo cual asintió entrando a mi habitación y retirando el uniforme que ya se encontraba en el cesto de afuera.

Minutos después Momo salió de la ducha con el uniforme, tenía el cabello húmedo cayendo sobre sus hombros y su rostro, la piel completamente limpia y pálida y una sonrisa tímida al verme frente a ella.

—¿Por qué me miras así? —cuestionó, ahora un poco nerviosa.

—¿De verdad quieres saberlo? —asintió y decidí no callar lo que pensaba y sentía en esos momentos—. Eres muy hermosa —sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo y lentamente bajó la mirada—, Momoring, mírame, no bajes la mirada.

—No.

—¿Por qué?

—Porque me da vergüenza.

—¿Vergüenza de que te vea sonrojada? —asintió—. Pero así te ves más hermosa y adorable —ahora Momo parecía una botella de ketchup.

—¡Sana yah! —exclamó cubriéndose el rostro.

—Okey, ya, vamos a la escuela, el uniforme no va a estar listo hasta después de clases.-

—¿Ehhh? —casi muero de risa por su reacción. Apreté los labios para reprimir una carcajada.

—Tenemos que irnos ya, te daré el uniforme después o puedes quedarte con ese y yo me quedaré el tuyo —comenzó a susurrar lo mismo de siempre en japonés—. Recuerda que te entiendo.

—Lo siento —se disculpó en japonés.

—No te preocupes —sonreí mientras respondía en el mismo idioma—. Deberíamos irnos ya —seguí hablando en japonés, por lo que recuerdo le gustaba hablarlo.

Estiré mi mano derecha para que ella la tomara lo cual hizo, provocándome un cosquilleo en la punta de los dedos que solo me confirmaba que ya no había punto de retorno con ella, que mi corazón y mi cuerpo la habían aceptado y decidían reaccionar ante ella; estaba completamente enamorada.