15. Basta.

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Durante todo el trayecto hacia el centro comercial no pararon de cantar y bailar todo lo que pasaba en la radio, aunque no se supieran la letra o el ritmo.

—Sana, no seas tan amargada —se quejó Mina—. Es más, traje algo para ambas.

—¿Qué es? —cuestionó emocionada Nayeon, Mina sonrió y de su bolso sacó cerveza...—. ¡Mierda ¡Si! Me habían castigado con el alcohol —exclamó Nayeon dando un golpe sobre el volante. Mina destapó la botella y se la dio a Nayeon quien se tomó casi la mitad de un solo trago—. ¿Tu quieres Sana? —me ofreció y yo negué.

—No quiero llegar ebria al centro comercial, y tampoco quiero vomitar. Ustedes deberían hacer lo mismo.

—Nosotras somos inmunes al efecto del alcohol —rodé los ojos, ojalá fuera cierto.

—¿Que les parece tomar después de la comida? —propuse.

—Tal vez.

—Bueno, yo no les diré que no cuando escojan ropa ridícula —una mirada de pánico se apoderó de sus rostros, se miraron entre sí y guardaron la botella. El chantaje siempre funciona en estas dos.



[...]




Lo primero que decidimos hacer fue recorrer las tiendas en busca de ropa.

Nayeon y Mina probaban de todo y pedían mi opinión; no me fijaba realmente en que escogían solo me limitaba a asentir con la cabeza. Cuando fue mi turno de escoger ropa y mostrársela, ellas ponían total atención; tanta, que me hizo sentir mal.

Después de recorrer muchas tiendas y tener varias bolsas cada una ya necesitábamos comer así que entramos a un restaurante de comida italiana donde todas pedimos pasta y esperamos por la orden hasta que llegó, se veía realmente rico y olía delicioso.
Después comenzamos a conversar sobre las personas que hubieran sido ideales para nuestro "grupo".

—Yo le veía oportunidad a Jeongyeon, se ve ruda.

—Lástima que sea una matadita —soltó Mina con indiferencia.

—Oh, tal vez pudo ser Tzuyu, su mirada es intimidante.

—Muy buena opción pero su forma de pensar es una mierda —comentó Mina.

—Cambiando de tema, ¿No creen que molestar a Momo se está volviendo aburrido? —por fin ya la dejará en paz. Mina y yo asentimos—. Bueno, ya conocemos todas sus reacciones a lo que le hacemos, deberíamos buscar que otra cosa hacerle.

Es el colmo...

—No —solté en tono frío. Ya no pienso dejarla lastimar a Momo.

—¿No? ¿Qué tipo de cosa para molestar es esa Ardilla?  —Nayeon sonrió.

—Me refiero a que la dejes en paz.

—¿Por?

—Me tienes harta, no ves el daño que le haces a las personas y más a Momo.

—¿Lo dices por su fobia a que la toquen? —sonrió muy burlonamente y en ese momento tenía unas ganas impresionantes de golpearla.

Smile For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora