9. límites.

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Por la mañana seguí la misma rutina de siempre, pero esta vez tomé la chamarra que me regaló mi mamá hace unos meses ya que hace demasiado frío.
Tenía mucho sueño ya que por la noche los pensamientos y la búsqueda en Internet no me dejaron dormir hasta tarde, supongo que en la madrugada.

—Señorita Minatozaki —era la voz del chofer, me había quedado dormida. Abrí los ojos poco a poco y me encontré con la blanca piel del señor—. Siento despertarla, pero... Ya llegamos a su colegio —asentí y salí del auto un poco aturdida.

Sé porque el chofer es cuidadoso conmigo, pues hace unos meses era demasiado grosera con él... Recuerdo que una vez le hice un escándalo por llegar tarde a la fiesta de Mark.

Llegué tarde así que tomé rápidamente los libros de mi casillero y corrí hasta el aula de Formación... Si, hoy a primera hora me tocaba formación. La puerta del salón ya estaba cerrada así que di tres golpes cuidadosamente y segundos después me abrió la maestra.

—Llegas tarde, Sana.

—Lo siento, tuve un pequeño problema —mentí, pero ella asintió y me dejó pasar.

Dentro del salón ya estaba Nayeon, en el lugar de siempre; me dirigí hacia ella ya que mi lugar usual es a su lado, aunque no pienso dirigirle la palabra, sigo molesta por lo que le hizo a Momo.

—Sana, me gustaría que te sientes al lado de Momo —dijo la profesora antes de que tomara asiento con Nayeon. Asentí y me dirigí al lado de Hirai.

—¡Suerte con la Lesbiana! —gritó Nayeon desde su lugar y todos comenzaron a reír.
Me molestaba que tan temprano empezara a joder.

—Señorita Im, ¿Cuál es su problema? —cuestionó la maestra con evidente molestia y todos pararon de reír.

—Ninguno profesora —el tono de Nayeon era retador, lo cual supongo que hizo enojar a la profesora.

—¿Podrías repetir lo que le dijiste a tu compañera? —la maestra no le quitaba la mirada a Nayeon... Nunca la había visto así de molesta.

—Claro, entiendo que no haya escuchado claramente —se puso de pie y miró a la chica a mi lado—. Zorrita Momo, eres una maldita lesbiana —dijo descaradamente.

Me giré hacia Hirai quien ya tenía lágrimas en los ojos... En verdad es muy sensible, iba a llamarla pero antes de que pudiera hacerlo salió corriendo, provocando risas en todos. Son unos estúpidos, no veo la gracia.

—¡Ve a la dirección por tu reporte, y quiero que le digas la verdad al director!

—Como diga —Nayeon tomó sus cosas y salió del salón.

Por otro lado yo me levanté y fui con la profesora.

—¿Puedo? —pregunté refiriéndome a ir por Momo, ella asintió y salí del salón.

Siento que cada día más, Nayeon rebasa los putos límites con Momo: primero golpearla todos los días, segundo romperle el labio y tercero insultarla así frente a todos...

Encontrar a Momo no fue tan difícil ya que escuché sollozos en el baño que está junto al salón de inglés, entré y efectivamente ahí estaba Momo, abrazando sus rodillas y su cabeza entre estas, me acerqué a ella y al parecer no notó mi presencia, o eso creo.

Smile For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora