36. Olvídate de todo.

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⚠️ Nuevamente, éste capítulo contiene +18 un poco más explícito que el anterior, así que, si les incomoda indicaré el inicio y el final con este emoji "🔞" Sin más por el momento, comiencen y disfruten su lectura.

El trayecto era silencioso, ni siquiera sabía hacia dónde ir, lo único en lo que pensaba era en alejarnos lo más pronto posible.

Llegamos a una calle cualquiera, nunca la había visto y eso indicaba que estábamos lejos. Estacioné el auto, suspiré y con suavidad llamé a Momo.

—Mi amor... —apenas dije eso mi novia rompió en llanto, llevando ambas manos a su rostro tratando de reprimir sus sollozos.

—Perdón, no sabía que él iba a llegar, perdóname Sana, fue mi culpa —me quité el cinturón y me acerqué a ella.

—No no no, no fue tu culpa, ninguna de los dos lo sabía —Momo asintió.

—Yo sabía que él llegaba temprano el día de hoy, fue mi culpa por no fijarme en la hora.

—Amor, le pudo pasar a cualquiera, así que no te castigues o tortures con eso, ¿Si? —asintió y se giró a mirarme cristalinamente.

—¿Estás bien? ¿No te pasó nada? —amé la forma en la que se preocupó en mi antes que en ella, pero debía tranquilizarla.

—Estoy bien, mi vida, ¿Tú lo estás?

—Sí, solo me duele un poco el brazo pero estoy bien.

—Ahorita compramos algo para curarlo.

—No es necesario, mañana no me dolerá.

—¿Estás segura?

—Sí —sonreí con calidez y la besé castamente, con cariño, empeñándome en mostrarle mi sincero amor a través de aquella acción común en las parejas.

—Vamos a descansar ¿Quieres? —movió la cabeza de arriba hacia abajo afirmativamente así que conduje hacia casa para ir por dinero y ropa para al menos tres días para mí y Momo.

Haruka me detuvo antes de salir.

—Por favor, dame permiso —dije con tranquilidad.

—Tus padres no tardan en llegar, habla con ellos, no actúes por impulso.

—Tú escuchaste lo que quieren, soy su hija Haruka, no una estúpida herramienta —suspiré al ver su mueca de preocupación—. Regreso en dos días no te preocupes, estaré bien —el tono de mi voz era tranquilo y comprensivo con sus emociones. Asintió y me dejó ir.

—Con cuidado, mi niña.

—Claro —tomé la mochila entre mis manos y volví al auto.

—¿Tu hermana se molestará si nos llevamos su auto?

—Eso creo.

—Bien, conduce este, lo dejaremos en tu casa y le daremos las llaves a la recepcionista, ¿Te parece? —asintió—. Yo llevaré mi auto, así que en cuento lo dejemos en tu casa podemos irnos en el mío.

—Está bien.

Conducimos con cuidado y seguimos el plan tal cual se lo mencioné, ella bajó rápidamente a dejar las llaves y regresó conmigo y así comencé a conducir, busqué algo lejano, más que nada un hotel para que pudiéramos pasar unos días ahí.

Dejamos el auto donde se nos indicó y bajamos para hacer el pago y finalmente descansar. Al ser un hotel costoso no nos pidieron alguna identificación para saber si éramos mayores de edad, así que por eso no hubo problemas.

El número de la habitación era el 165, abrí la puerta con la tarjeta que nos proporcionaron en la recepción y entramos directo a la habitación con tranquilidad pues ya nos encontrábamos fuera de todo peligro o inconveniente, ahora estábamos solo nosotras.

Smile For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora