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Los rayos del sol chocaron con mi cara anunciando el comienzo de un nuevo día, domingo día de descanso, pero no para mi, mis padres estarían ausentes durante todo el día, me quedaría sola en casa.
Supuestamente Min vendría alrededor de medio día, esperaba que la suerte estuviera de mi lado y por alguna razón decidiera no venir, pero era poco probable.
Tenía miedo de verlo, pues tiene algo en su ser que me hace débil, así es como comienzo a imaginar cosas y todo se viene abajo cuando recuerdo lo que pasó hace unos días.

Escuche el timbre de la casa sonar y fui a abrir.

-Hola qué tal- lo note algo nervioso
traía puestos unos pantalones negros rasgados que hacían notar sus piernas definidas

-Hola, puedes entrar- nos dirigimos hacia mi habitación.

Pasaron tres largas horas, pues la física no es nada fácil de comprender, aún así el lograba comprender los temas fácilmente.

-Bien creo que eso es todo lo que hemos visto en clases, se ve que lo comprendes fácil, ¿porque no lo captaste antes?-

-Sabes he estado algo distraído últimamente-
Claro Min yo conozco las causas de tu distracción.

-¿enserio? ¿porque razón?- pregunte apoyando mi codo sobre el escritorio en señal de que tenía curiosidad.

-Creo que extraño mucho a mis amigos, y como no tengo ningún amigo aquí me siento algo solo-

-Pero que dices, yo soy tu amiga- sonreí

-Créeme no es bueno estar mucho conmigo-

-Bueno, he pasado todo el día contigo y nada malo ha pasado-

El simplemente sonrió comprendiendo mi sarcasmo, nunca había visto su sonrisa tan cerca era algo divino, ahora tenía envidia de quien haya tocado sus labios.

A partir de ese día comenzamos a conocernos mas a fondo, nunca hubiera imaginado que fuéramos tan iguales y tan distintos a la vez, teníamos muchas cosas en común pero nuestra forma de ser era distinta, aunque los polos opuestos se atraen ¿cierto?.

Borderline | Yoongi & Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora