59

48 4 6
                                    

Una elegante limosina aparcó frente a mi casa, yo era dama de honor y me sentía especial pero no tanto como la hermosa novia que esperaba en los asientos tapizados de un negro lúgubre, subí sin prisa y mi primera impresión fue la de varias chicas que también eran las damas vestidas con tela fina.
Lana se veía tan alegre cuando me recibió con esa sonrisa semejante a las perlas de un calmado mar, el vestido perfecto para su figura ocupaba gran parte de los asientos, cientos de brillitos caían de el cuando su cuerpo temblaba.

—No puedo creer, te ves tan preciosa— le dije mirándola de pies a cabeza, mis palabras fueron sinceras y solo logré ver cómo sus mejillas cambiaron de color ante el cumplido.

—Tu también te ves increíble— fue lo que decidió responder, estaba tan feliz de que Hobi estaba a punto de compartir su vida con alguien así.

El viaje se tornó largo gracias al tráfico que había en ese momento, pero no íbamos tarde a la iglesia, aún quedaba tiempo para admirar las calles iluminadas por los rayos del sol. Comenzamos a charlar sobre la recepción y algunas otras sorpresas que se llevarían a cabo durante la fiesta.
Como normalmente lo hacía, tomaba mi celular para revisar si tenía algún mensaje, desde que había despertado me esmeré en mi imagen, después de tomar una ducha y desayunar; me dirigí al salón de belleza así que me olvide de la existencia de este.

Tenía una notificación de Yoongi, fue cuando recordé lo que había sucedido el día anterior y si su mensaje no era una disculpa o algo parecido no me molestaría en responder. Vaya sorpresa me lleve cuando vi una foto de él sobre aquella cama.

                                 "Lo amo"

Mi expresión fue nula, no pude ser más obvia ante el cambio de humor, pero que se suponía que tendría que pensar con eso, acaso estuvo con alguien o sólo era una broma; ahí fue cuando reaccioné.

—Jimin— solté sin pensar y todas voltearon a verme.

—El amigo de Hobi, si, le enviaron su invitación— creo que ellas hablaban sobre los invitados, pero yo decía aquel maldito nombre porque sabía la escoria de persona a la que me estaba enfrentando.

Lo único que quería hacer al verlo era reclamarle y tal vez gritarle, pero, no podía hacer aquello y armar un drama en un día tan especial para mi familia, igual existía una explicación coherente. Claro, ingenua, trataba de justificar sus acciones; lo único que me quedaba era dar una sonrisa falsa las siguientes horas. Pero iba a obtener explicaciones si o si.

¿Tenía derecho a sentirme traicionada?, la noche anterior un striper de piel morena se tomaba la libertad de danzar para mi, no recordaba todo con totalidad, la única prueba fue un video tomado por Andy, mi cabeza sólo tenía recuerdos borrosos y confusos, pero estaba segura de que mis acciones no fueron graves.

Me consumí demasiado en mis pensamientos que solo me di cuenta de que ya estábamos en la iglesia cuando el coche frenó y me hizo saltar un poco del asiento, dos de las damas bajaron antes para ayudar a la novia con su vestido.
No me había acostumbrado por completo a los tacones altos, hice mi esfuerzo para caminar de forma natural y no forzada, recuerdo perfectamente la expresión de la madre de Lana cuando llegó hasta nosotras; podría jurar que se puso sentimental y algunas lágrimas quería escurrir su maquillaje costoso.

—Bien señoritas, entren por favor y tomen sus lugares al costado del altar— todas caminamos con nuestros tacones escandalosos, chocaban con el piso de baldosa, era molesto aunque camináramos al costado izquierdo de las bancas donde elegantes personas esperaban para presenciar la unión de carne y hueso.

Finalmente llegamos a nuestro sitio, cuando mire al frente la primera cosa que presencié fue a mi mamá con su cámara enfocándome como un maldito paparazzi, pero que iba a decir, se veía tan feliz.
Un Yoongi de traje negro y dorados mechones estaba sentado con sus padres; que también eran invitados, leí sus labios.

Borderline | Yoongi & Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora