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Dos semanas después

La avalancha humana se abalanzaba sobre la apenas resistente estructura que separaba la cocina de las mesas. ¿Porque eran así de salvajes?, claro era martes de tacos.

—Deberíamos salir juntos a algún sitio— propuso Michelle acariciando el cabello de Jimin, ambos se observaban con deseo, parecían un par de tórtolos embelesados.

—Ustedes dos— apuntó Yoongi con su tenedor —me dan náuseas— hizo cara de asco y pretendió tener arqueadas.

—Yo no tengo la culpa de que ella no te mime— el tono del pelirrojo fue un tanto molesto —además, ¿cuándo serán novios? creo que yo estoy más emocionado con eso que ustedes—

Ya no estaba segura de que éramos, no éramos amigos aunque lo pareciéramos; los amigos no van a besarse a la sala de computación, los amigos no aparecen en tus sueños de forma frecuente, los amigos no te espían por la ventana de su habitación.
Pero tampoco éramos novios; los novios son exclusivos, nosotros no, pero yo no necesitaba tener alguna etiqueta para saber lo que yo sentía por Yoongi.

El aroma de su blanca piel hacía que choques eléctricos subieran por mi columna vertebral. Todo él hacia que yo me sintiera débil, frágil, me volvía sumisa con su sola presencia.
Pero lo que más me gustaba de él definitivamente era lo que tenía en su interior, la pasión con la que veía la vida, la sonrisa que se dibujaba en el cuando hablaba de el futuro, cuando dejaba ver su intelecto, las veces que se quedaba en mi habitación e intentábamos aguantarnos la risa para que mis padres no nos descubrieran, las veces que me atrevía a decir lo lindo que se veía con esa chaqueta negra y el se volvía tímido, sus mejillas se tornaban rosadas, yo no me cansaba de estar con el, las horas del día no eran suficientes tratándose de nosotros dos.

Estábamos estancados, era cierto que desconfié anteriormente, pero eso quedó en el pasado, confiaba completamente en el; pero ninguno era capaz de dar el siguiente paso.

—¡Vaya!— quebré el silencio —se acerca el festival anual de fuegos artificiales, que rápido se pasa el tiempo— cambie de tema, pues me puse nerviosa ante el cuestionamiento de Jimin.

—¡Tenemos que ir juntos!— ahora Jimin sonaba emocionado —la vamos a pasar muy bien, cada año se hacen cosas diferentes—

—¿Cuándo es?— me alegraba que Min estuviera interesado, si decidía ir, tal vez yo le diría de alguna forma que lo que quería era tener algo formal.

—Es este... domingo— contestó la castaña.

—Entonces, vayamos juntos—

  ***

—¡Estoy en casa!— aviso Yoongi al cerrar la puerta color café. No hubo respuesta alguna, no le dio importancia y se dirigió hacia la cocina por un bocadillo.

Se encontró con su mamá cocinando, el olor era delicioso y atractivo.

—Hola cariño— ella le regaló un beso en su mejilla —¿cómo te fue hoy?— siguió meneando la sartén.

—Ya sabes, como siempre, de no ser por...— carajo, si su madre se enteraba de que estaba enamorado se pondría a cuestionarlo como periodista en busca de una noticia jugosa.

—¿De no ser porque cariño?— se volteo hacia el cruzando sus brazos en su pecho.

—De no ser por mis amigos y la clase de artes— sonrió asustado.

Borderline | Yoongi & Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora