Borderline | Yoongi & Tu

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—No puedo creerlo niña, estás hirviendo— mi madre toco mi frente mientras decía aquellas palabras —podría romper un huevo en tu cabeza y obtendría un omelette

Me sentía al borde de la muerte, pero estaba feliz porque la noche anterior había sido la mejor que podría haber vivido hasta el momento.

—Estarás en cama todo el día, iré a traerte algo de medicina y chocolate caliente

Mi celular no paraba de vibrar en mi mesa de noche, tanto que fue saltando hasta caer al suelo, suponía que eran mensajes de Yoongi.
Estuve así hasta medio día, había tomado mis medicamentos pero la fiebre no había bajado, de hecho había empeorado.
Espere a que llegara la hora en la que Yoongi se preocupara para ir a mi casa, esta vez había fallado, dejaría ganar a Jimin, sus juegos sucios funcionaron tal como el deseaba.

—Ha venido a buscarte—mi mamá se asomo por la puerta de mi habitación—le diré que venga a tu habitación

No demore en escuchar pasos en las escaleras, era simple; le diría que no podía ir con ellos, que disfrutaran el juego, pues les había sido difícil conseguir entradas no creía que tuvieran un problema con ello, pues podrían revenderla rápidamente.
Antes de que la puerta se abriera tome la cobija y me cubrí por completo, me daba pena que viera mi aspecto: nariz roja como la de Rodolfo el reno, ojos llorosos e irritados, estaba pálida como si hubiera muerto regresando de la tumba después de algunos días.

—¿a donde se fue?— escuché la voz de mi mamá preguntándose dónde estaba —puedo jurar que estaba aquí— le hablo a lo que supuse era el

—estoy aquí— mi voz salió como si tuviera a un demonio hablando por mi.

—No seas grosera, han venido a visitarte— me asomé como un niño pequeño que le temía al monstruo del closet, pero tenía que temerle a otro mucho más peligroso.

—Los dejare, iré a hacerte una sopa caliente— se marcho dejándome a mi suerte.

—¿Cómo te encuentras linda?, te vez muy enferma, no iremos al juego si tú estás así, nos quedaremos aquí contigo

—No Jimin, vayan yo me pondré bien, disfruten por mi ¿quieren?

—¿Estás segura?— el rubio se acercó temeroso hasta mi para acariciar mi melena desordenada —podemos pasarla genial aquí

—Si estoy segura, no te preocupes, vayan con cuidado ¿está bien?

—Regresaremos pronto— se inclinó hasta mi para besarme pero puse la palma de mi mano para evitar una colisión, cuando se dio cuenta de lo que estaba besando no eran mis labios hizo un puchero

—Se te hace tarde Yoongi

—Cuídate, te traeremos algo, te lo prometo— la hipocresía de Park me daba cancer, que pensaba traerme, que podría darme a cambio por dejar a mi luz irse junto con el, me lo recalque, era demasiado dramática solo era un juego de baloncesto.

Siendo honesta, la única medicina que necesitaba era el, toda su presencia era como un renacer, el polen para una abeja, el cielo para un ave, la lava para un volcán, la sangre para un corazón, era muchas cosas.
Decidí dormir para que mi cabeza dejara de aturdirse con los ruidos externos.
Alguien pellizcó mi hombro sin fuerza, cuando mi vista enfocó logre ver a mi tierno vecino de enfrente con un plato que contenía sopa caliente.

—Despierta dormilona

—Hola V, ¿qué haces aquí?— me estire cerrando mis ojos sentí como se acomodaban mis articulaciones.

—Pues para que más vendría, he venido a verte, tú mamá me dijo que estabas enferma así que le ayude a preparar esto— descanso el plato en el buró al costado de mi cama —no puedo creer lo malo que soy cocinando, deberías enseñarme a cocinar— tomó asiento en el sillón, si supiera lo que ocurrió el día de ayer en ese sitio —¿porque te enfermaste?