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Tener todo perfecto para una celebración así era desgastarse hasta los huesos, después de mi experiencia decidí si algún día llegaba a contraer matrimonio convencería a mi pareja de hacer un viaje por Europa o algo similar, para mi una fiesta es más para los invitados que para la pareja o festejado.
Perdí el conteo de las horas que habían pasado desde que salió el sol y había despertado, me hablé a mi misma diciendo que ni siquiera los pajarillos salían de sus nidos tan temprano.
La lista de las cosas en las que tenía que trabajar era más larga que una lista de supermercado de una madre con cupones y ofertas. Y ahora, en repetidas ocasiones me pregunté porque hacía esto; pero mi razón fue Hobi, quería verlo desbordando felicidad el día más importante de su vida, así que tenía que ser perfecto después de todo.

Aunque, era bastante incómodo tener a Yoongi cerca, no se si estaba molesta pero nuestro orgullo no dejaba que habláramos si no era algo referente a la boda. Creí que no iría a ayudar por el pequeño incidente del día anterior, pero me equivoqué cuando lo vi llegar por su cuenta a la recepción, no lo esperé por la mañana y me sentí mal por ello.

El día transcurrió de una manera veloz, al menos para mi, me encontraba exhausta al fulminar todo lo que tenía que hacer, y pensar que tenía que regresar a casa para asearme y asistir al evento nocturno. Antes de marcharme me senté en un escalón al pie de lo que parecía ser el escenario, deseaba tomar un poco de aire.
El salón que ambos escogieron era realmente hermoso, aún no estaba decorado completamente y ya lucia como un lugar sacado de un cuento.

Las instalaciones contaban con dos plantas que estaban directamente conectadas por una bella escalera ya decorada.
Del techo colgaban al menos cuatro candelabros que se desvanecían en algunas redes de luces de resplandor amarillo como los mechones del que se sentó al lado mío sin saludar.

Mi estómago hizo unos graciosos y extraños ruidos involuntarios —¿ya comiste?— preguntó él al escuchar aquello
—No, lo olvidé por completo, estuve tan ocupada que ni siquiera me ha dado hambre durante todo el día

—Te parece si vamos a comer antes de regresar— lo pensé durante unos escasos segundos mientras miraba el suelo que se asemejaba al mármol, al decidirlo asentí con la cabeza.


Al parecer no existía otro maldito restaurante en esa ciudad que aquel, no me quedaba otra que entrar y conformarme, como siempre esperando que Jimin estuviera lejos pero muy lejos de ahí.
Yoongi escogió una mesa cercana a la barra donde detrás de ella se encontraba la cocina. Nuestra comida no se demoró demasiado, estuve tranquila y disfrutando bastante del exquisito sabor de mis Waffles, me enamoré de la textura de los componentes cuando chocaban con mi lengua, me llamó la atención la bola de nieve de vainilla que se posaba sobre el, estuve arrepentida de no descubrir esta perfecta combinación antes.

—Veo que si tenías hambre— se burló de mi al ver las caras de placer que ponía cuando probaba cada bocado.

—Solo pienso que esta muy rico, ¿quieres probar?

—No gracias, no creo terminarme mi plato— miró de reojo el platillo de filete de res que aclamaba que lo devoraran aunque yo me percaté de que no había terminado ni siquiera la mitad —no tengo ganas de ir a la despedida— dijo después de un rato de silencio

—Yo tampoco tengo ganas de ir, estoy exhausta, pero le prometí a Hobi que iría

—¿Tan importante es?

—Si, me pidió que cuidara de Lana porque le preocupa que algo pueda pasarle, creo que es innecesario hacer una despedida pero bueno, cada quien

No se dijo nada más, observé el plato con comida que estaba frente a el.
Unos brazos le rodearon por la espalda acariciando en el recorrido su pecho, mis ojos se fueron hasta la cara de la persona responsable del acto quien ahora besaba sus mejillas. Lo que hizo que me sintiera como una completa tonta fue que Yoongi no hizo el intento de quitárselo de encima, su expresión fue totalmente nula hasta que vi como sus labios formaron una sonrisa, la sonrisa que estaba guardando dentro y que provocó el repentino afecto.
El chico de camisa blanca lo miró con gracia, recorrió la mesa sin dejar de verle hasta entrar en la agitada cocina.

Borderline | Yoongi & Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora