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No hubo una cosa más incómoda que encontrarse en el asiento trasero del coche donde viajaban, se dirigían hacia un muy cotizado club de tres pisos que se encontraba al sur de la ciudad.
De alguna forma Yoongi sentía que lo llevaban contra su voluntad, pero sabemos que el mismo tomó esa decisión... ¿por Jimin?.
Claro, tenía miedo de que el pelinegro le dejara el daño emocional o que le rompiera el corazón tal y como se lo hizo a él, le ardía el pecho como si abrazara el sol y este penetrara a través de su ropa de algodón.

Que mentira tan más cruel, no podía engañarse a sí mismo diciendo que quería proteger a su mejor amigo, lo único que deseaba era deleitarse con el perfume al que temía, cuando su aroma se paseaba entre sus fosas nasales no podía evitar recordar lo peligroso que era su portador.

Podía escuchar la conversación entre aquellos dos, en la que no era partícipe, solo esperaba llegar a aquel centro nocturno. Sabemos que Hobi iba a darse el lujo de tener el lugar solo para sus invitados esa noche.

Las gotas de sudor se deslizaban sin parar por la frente de Jimin, la primera parte del plan iba marchando tal y como ellos deseaban, pero tenía miedo de que por alguna razón eso terminara muy mal, entiendo sus temores, pues, Yoongi es inteligente y no se confiaba con facilidad así que tenía que ser mucho más inteligente que el, teniendo a Jungkook diciéndole que hacer era una ventaja, al igual que la presencia del mencionado era desventaja porque el rubio aún le tenía rencor o al menos eso creía.

Desgraciadamente la vista a la ventana comenzó a aburrirle al de mechas descoloridas, así que sin objetivo alguno puso su vista en el parabrisas, donde las pequeñas gotas de lluvia caían, sus ojos se dirigieron hasta el retrovisor donde se encontró con la incómoda mirada de Jungkook el que le sonrió con los ojos.

Solo bastó un semáforo más para estar en el club, el auto se deslizó por el pavimento hasta el estacionamiento subterráneo que estaba justo debajo del edificio, al salir del coche los tres caminaron sin prisa, había un silencio profundo en el lugar que fue interrumpido por el coche cuando este fue cerrado.
Al subir se percibía la música proveniente de sitios cerrados porque las paredes temblaban gracias a ello.

Un tipo se encargaba de la gran entrada que era de cristal en su mayoría, al parecer sus nombres estaban anotados en una lista pues al escucharlos dejó que el trío entrara sin problema alguno.
Se sentía un ambiente tranquilo al recorrer un gran pasillo de alfombra que llevaba hasta el recinto principal, las paredes estaban iluminadas por rojo neón que lastimaba la vista.

Lo primero que podía notarse al entrar, eran a las chicas que paseaban de un lado a otro con bebidas embriagantes en sus pequeñas manos, tan lindas que parecían muñecas, vestidas con delicados conjuntos que resaltaban sus figuras, cualquiera babearía en la presencia de tantos ángeles vestidos de demonios.

Jungkook ignoró todo a su alrededor para seguir a una linda chica morena, de cabello rizado que llevaba unos tragos en sus manos, sus intenciones fueron desconocidas para los otros dos, así que lo ignoraron en cuanto desapareció con ella entre la multitud.

—Diablos— pensó Jimin, pues Jungkook poseía la siguiente parte del plan, cómo fue tan ingenuo para dejarlo ir —Ya vuelvo, Jungkook tiene mi celular, capaz y se lo roban— fue la única excusa que se le ocurrió, los labios de Yoongi formaron una sonrisa forzada después de ese gesto partió en su búsqueda.

Al quedarse solo en aquel lugar, decidió sentarse en uno de los bancos tapizados con tela carmesí, algo bastante elegante a la vista; estos se situaban frente a la zona donde habían al menos cuatro mujeres bailando en diferentes zonas del lugar, una de ellas llevaba un traje rojo bastante ajustado el cual resaltaba su figura, sus movimientos de cintura seducían a los hombres que la observaban sin dejarla escapar.
Vaya que ella sabía lo radiante que lucía, por eso era tan solicitada en su trabajo, pero esa noche en cuanto se cruzó con esos ojos rasgados que brillaban pero estaban apagados, notó de inmediato el desinterés de su parte, fue tan extraño para ella, así que decidió sacarle las malas vibras acercándose hasta el con movimientos suaves pero peligrosos, al ver sus intenciones Yoongi no sintió emoción o sensación al verla, lo único que le traían eran recuerdos, veía a su chica aunque esta no fuera en lo mínimo parecido a ella, pero, verla bailar si le llenaban sus brazos de recuerdos.

Borderline | Yoongi & Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora