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—¿Y no le puedes decir que lo revisaras desde aquí? .

No estaba ayudando en nada, eso lo sabía muy bien. Estábamos a unos días del cumpleaños de los mellizos y Nam Joon se encontraba preparando sus maletas porque debía de salir de emergencia del país. Se iría un día después del cumpleaños de nuestros hijos, eso me entristecía.

—No puedo, es mi trabajo. Además, Yoon Gi va a acompañarme, así haremos más rápido el trabajo y regresaré en cuanto antes.

—Pero... Pero...

—He llamado a tus padres, vendrán a ayudarte con los mellizos y las chicas.

—Yo... Entiendo que sea tu trabajo, pero... Te voy a extrañar.

No pude evitar las lágrimas, una lágrima comenzó a resbalar por mi mejilla y después le siguieron otra y otra hasta ya no poder más. Era un mes el que Nam Joon se tenía que ir.

—No llores, mi amor, ya veras que el tiempo pasara muy rápido.

—El tiempo no pasa rápido si tú no estás aquí.

—Mi amor, yo también los voy a extrañar, pero... Es mi trabajo, me pueden despedir y hasta demandar si algo sale mal... Princesa, me apuraré y regresaré lo antes posible.

—Está bien.

No podía impedir que se fuera. Ya resignada comencé a ayudarle a empacar. Mi llanto aún no paraba, pero lo hacía con gusto, pues sabía perfectamente que el ama su trabajo así como yo amo el mío.

Los mellizos gateaban por toda la habitación, baby se encontraba obstaculizando la puerta y nosotros solo hacíamos lo nuestro. Los bebés no daban ningún indicio de querer hablar, eso solo nos mantenía ansiosos, podía que en cualquier momento saliera laguna palabra así como también podía que no pasara nada. Terminando de empaca bajamos junto a los mellizos a la sala de estar, la señora Lee, la que me ayudaba con la limpieza en la casa estaba haciendo lo suyo en la cocina, pero había dejado sus herramientas de trabajo en la sala. Dejamos andar a los mellizos y estos comenzaron a jugar, paseándose de un lado a otro. Tae Hyung estaba a un lado de baby, la abrazaba por el cuello y abría lomas que podía su pequeña boquita, buscaba desesperado algo que morder, ya no se aguantaba la comezón de las encías, sus deditos no alcanzaban a llegar a donde él quería rascar y eso le molestaba y provocaba su llanto; esta vez, con una presa fácil de alcanzar, tomó a baby por el cuello la apretujó más hacia él y comenzó a buscar algo que morder. Al tener a la vista la oreja de la perra sus ojitos se iluminaron y su boquita se abrió aún más, estaba a punto de morder la oreja de baby pero la perra logró moverse, estaba tan cerca... No se daría por vencido, siguió insistiendo.

La pequeña Tae Yeon curioseaba por el resto de la casa. Encontró en su camino la aspiradora, la observó, la estudio y decidió poner manos en el asunto. Como toda una experta comenzó a mover los botones que el aparato poseía, presionaba y reía cada vez que estos emitían un leve "clic", un botón rojo llamó su atención, junto de este había uno verde, se debatía mentalmente cuál debía de presionar primero y el elegido le hizo sobresaltarse. Había presionado el botón de encendido, la aspiradora comenzó a hacer ruido y ella aterrada comenzó a gatear por su vida. Nam Joon y uno reímos por las acciones de nuestros hijos, sobre todo por la de Tae Yeon. Como toda hija consentida por su padre llegó a todo lo que sus manitas y piecitos le permitían, jaló del pantalón de su padre ya con lágrimas en su rostro y si pequeño labio formando un puchero. La aspiradora comenzó a moverse y casualmente iba en dirección a ella, con la desesperación a tope, jaló más del pantalón de su padre, al no ver respuesta gritó, gritó tan fuerte que nos sorprendió. Nunca lo había hecho. Nam Joon la levantó y la señora Lee corrió a apagar la aspiradora. La pequeña se oculto entre los brazos de Nam, quien hacía una cuna con ellos, la arrullaba, pero ella no se calmaba.

||Marry Me Today||  BTS... TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora