||Marry Me Today|| BTS... Terminada

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Como en toda película y en uno que otro libro es descrito, desperté por la mierda de sol que me daba a la cara. Si, no pude descansar como debía, o mejor dicho, como quería, gracias al maldito sol y la gran culpa de quién haya dejado la maldita cortina abierta. ¿A quién se le ocurre dejar abierta la cortina? ¿Qué no ven que si llegan noche y se cambian la pijama en el cuarto alguien los puede espiar? Alguien podría estar observando los movimientos que uno hace cada que se le de la maldita gana. Pero bueno, era un nuevo día, con un sol infernal y los malditos pájaros molestando con su odioso canto. ¿Por qué no se murieron con el frío? .

Había amanecido con un humor un poquito malo, me dolía la cabeza, mi boca estaba seca. Era el maldito infierno.

—¿Mal sueño? .

—Déjame dormir.

La voz de Lay me asustó, además de molestarme por haber causado una punzada en mi cabeza. Quería morirme,

—Hebe...

—Vete de aquí y déjame dormir.

—Ésta es mi habitación, de mi departamento de mi edificio.

—¿Tienes un edificio? .

—¡Eun! .

—¡Ay ya! Ya entendí, pero no me grites, no grites por favor, me duele la cabeza.

Me acomode boca abajo, con una al oyen la cabeza. No quiero oír nada más.

—¿Por qué será? .

Pregunto burlón.

—No te interesa.

Contesté.

—¿Por qué no me avisaste que vendrías? .pude haber acomodado la otra cama.

La maldita almohada no ayudaba, aún así escuchaba la molesta voz de mi mejor amigo. Pero algo me hizo pensar.

—Espera.

Aventé la almohada por alguna parte de la habitación, quité las cobijas que me cubrían y observé mi cuerpo. Tenía una pijama.
Toqué mi cabeza y era todo un caos, mi cabello estaba horrible. Mis manos. Busqué en mis manos algun rastro que me dijera que lo que soñé, solo fue eso, un sueño. Pero no encontré el anillo.

—¿Qué ocurre, te duele algo? .

—No.

Lay tenía razón, no estaba en mi habitación como supina, estaba en el departe de Lay, en su habitación.

—¿Qué pasó? .

—Dímelo tú, acabo de llegar y tú estás aquí, en MI habitación.

—No recuerdo nada.

—Dime que no hablaste idioma mounstro.

—Nah, no lo hice.

—¿Y cómo lo sabes? No recuerdas nada de lo que hiciste ayer, ¿cómo vas a saber si hablaste o no? Además, esa no es tu ropa, ayer traías un vestido.

—¿Y mi vestido? .

—No lo sé.

—¡Me asaltaron! .

—Hebe, no seas ridícula.

—No tengo mi vestido, ni mi anillo. ¿Y mi celular? ¡¿Dónde está mi celular?! .