||Marry Me Today|| BTS... Terminada

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Mis padres se quedaron un poco más de tiempo, gracias a que se estuvieron haciendo cargo de Jung Koo yo pasé  más tiempo con Nam Joon, en esos días no había pisado el bar, me sentía culpable cuando llegaba a casa y mi madre me preguntaba por el trabajo.

En esos días me estuvo en llegando mensajes y llamadas de Jong In, mismas que no contesté ni una sola vez. Los mensajes del número desconocido seguían llegando, a diario me llegaba una foto de Jog In con alguien más, una nota al pie de foto y ahora también la ubicación. Nunca se me ocurrió ir a los lugares que me mandaba,  solo veía los mensajes, nunca mandé  alguno de regreso. Solo los recibía.

Hoy le quitarían los puntos a Nam Joon,miro metí acompañarlo y decidimos que después de eso cada uno seguiría con sus actividades diarias. Así que hoy iría al bar, si o si. Jung Kookmy mis padres hicieron su rutina, yo hice lo que por estos días fue la mía.

—Estoy un poco nervioso.

—No lo estés.

—¡Hebe! .

—¡¿Qué?! Solo te quitaran los puntos y ya.

—¿Y si me duele? .

—Pues que duela.

—No me ayudas, Hebe.

—Tranquilo, que importa si duele, va a pasar. ¿O prefieres que se queden ahí? .

—Pienso que es lo mejor.

—No, no, no, no Nam Joon, nada de eso. No nos vamos a acobardar ¿verdad que no?  ¡Eres un hombre y podrás contra ese doctor! ¿Verdad? .

—¡Si! .

—No importa que duela como el infierno, no te vas a acobardar. ¿Verdad? .

—¡Hebe! .

—Es broma. Ya, yo voy a estar contigo. Solo no llores, si lloras me reiré de ti y se lo contaré a los chicos y tú no quieres que ellos se enteren ¿verdad? .

—¡Yah! Vamos , entre más rápido mejor.

—¡Ese es mi hombre! .

¿Yo dije eso?

Caminamos por los pasillos y, en cuanto la enfermera nos dijo que el doctor estaba por llegar nos sentamos, así como lo pidió la enfermera, a esperar por el doctor. Nam Joon se puso nerviosos cuando vio al señor de mayor edad entrar al que es su consultorio. Rápidamente nos saludo y procedió a hacer su trabajo.

—¿Te dolió? .

—Sentí extraño pero no, no me dolió.

—¿Lo ves? Y ya estabas llorando. Hombres.

Me burlé.

—Bueno uno puede tener miedo ¿no? .

—El miedo es solo para los mortales.

Sonrió.

—Vamos, te llevo al bar.

Asentí y antes de abrir la puerta de auto él me detuvo.

—¿Me permite? .

Abrió la puerta y me ayudó a entrar.

—¡Qué  amable! .

—Oye, con todo esto ya no pude decirte...

—¿Decirme qué? .

—Te ves preciosa.

Todos los días que nos vimos lo dijo, hoy no era la excepción, a pesar de eso, aún no me acostumbraba a oírlo. Siempre lo hacía de una manera diferente, lo decía y provocaba el mis sonrojo.