-¿Pero qué mierda pasa aquí?
Zack baja de las escaleras hacia donde estamos con su pecho desnudo, descalzo y con un pantalón de dormir. Su cabello está totalmente alborotado y la cara de dormido no se la quita nadie.
Por segunda vez me deshago del agarre de Chloe y le planto cara.
-No quiero que me vuelvas a tocar así –le hablo con el mismo tono que ella ocupó conmigo.
Ella se tensa y cuando ve a Zack a un lado de nosotras lanza una sonrisa de victoria.
-Zack dile a esta que se largue de aquí –habla de mí de una manera engreída.
La mira y parece más confundido ahora.
-¿Qué haces en mi casa? Te dije anoche que te fueras -la sonrisa de Chloe se le borra inmediatamente- ¿Por qué traes mi camiseta?
Chloe deja caer los brazos a un costado y parece triste, sus ojos comienzan a cristalizarse y baja la cabeza.
-Vete Chloe -aunque me dieron ganas de reirme porque al final es a ella a quien están echando, no puedo, enserio parece triste.
Pero toda la pena se esfuma cuando levanta la cabeza de golpe, tiene sus ojos rojos y lo único que desprenden es odio hacia mí.
-¡La que debería irse es ella! –chilla señalándome- ¡Solo porque estuvo contigo anoche cree que puede venir cuando quiera!
-¡No me metas en esto! –le grito cansada de que siga hablando así de mí- ¡Solo vine a buscar algo que me olvide anoche!
Su mirada no cambia.
-¡Y creo que ya sé de qué hablas! –espeta subiendo a toda velocidad por las escaleras y se escucha como cierra de un portazo la puerta de alguna habitación.
Yo me quedo atónita por todo esto. ¿Qué le pasa a esta gente? ¿Todos son así?
-¿Qué estás haciendo aquí? -me pregunta con su voz ronca.
-No encuentro mi bolso -explico- Y lo necesito.
-¿Y por qué lo buscas en mi casa?
-Anoche te olvidaste de bajarlo de tu auto
-¿Qué yo me lo olvide? –dice y me apunta con un dedo- Tú fuiste la que se durmió y ni siquiera sé dónde lo dejaste
-Está en el asiento trasero de tu auto -le expliqué- ¿Puedes traerlo así pueda irme?
Pone los ojos en blanco y hablando entre dientes va hacia el recibidor que está cerca de la entrada y recoge unas llaves, voy detrás de él. Cuando esta por abrir la puerta se escucha unos pasos provenientes de las escaleras, ambos nos volteamos y vemos a Chloe bajar a toda prisa a nosotros.
En el momento que está a unos pasos de mi me percaté de que traía algo entre una de sus manos.
-¡Aquí tienes! –me grita al tiempo que me arroja algo que parece ser ropa, la agarro antes de que llegue al suelo.
Es mi blusa.
¡Carajo! Anoche creí haberla puesto en mi bolso antes de salir de la habitación de Zack.
-¡No quiero que vuelvas! –vuelve a gritar esa molesta voz chillona que ya está comenzando a irritarme.
Lo último que quiero es volver aquí. Me gustaría decirle eso, pero me contengo de responder a sus estúpidas insinuaciones y simplemente me encojo de hombros y me doy vuelta.
Al girar me encuentro con Zack que mira completamente descolocado a Chloe. Se dirige a ella a paso firme y la toma del brazo arrastrándola a la salida.
-¡¿Qué estás haciendo?! –grita tratando de zafarse de ese agarre.
-Te he dicho anoche que te largaras de mi casa -abre la puerta y la saca dándole un empujón no tan fuerte como para que caiga.
-¡¿Por qué haces esto?! ¡La que se debe ir es ella! –su voz comienza a quebrarse y por un momento demasiado corto llegue a creer que se rebajaria a tal nivel de llorar frente a nosotros.
Zack solo se dedica a poner los ojos en blanco mientras yo observo como estos tienen su disputa.
Intenta cerrar la puerta pero ella lo impide colocando una mano.
-¡Por lo menos puedes dejar que busque mis malditas cosas! –Zack vuelve a abrir la puerta pero no la deja pasar, ambos la observamos, sigue con la camiseta blanca y sus piernas desnudas al igual que sus pies.
-Que sea rápido –dice al tiempo que se hace a un lado para que ella pase y suba la escalera.
Zack solo la observaba y respira profundo pasándose las manos por su ya alborotado cabello en señal de frustración. Si tanto le molesta que Chloe esté en su casa ¿Por qué la trae?
Larga un bostezo y se estira dejando ver las heridas de su abdomen que se están curando más rápido de lo que creí, algunos golpes no se notan mucho y otros simplemente ya no están.
-Tus heridas se curaron rápido –le digo ahora fijándome en sus tatuajes principalmente el de la fecha, que es el mismo que tengo yo.
-Sí, no creo que gracias a ti –abro los ojos por lo que dice ¿Cómo puede decir eso? Fui yo quien lo ayudó y quien lo llevó a mi casa ¿Y aun así se atreve a decir eso?
-¿Enserio lo dices? –quedo decepcionada, pensé que al menos apreciaría lo que hice por el- ¿Después de que te ayudé todo lo que pude? –niego varias veces y lo miro con desdén- Eres insensible -me doy la vuelta y camino a la salida, no pienso aguantar esto, otro día recuperaré mi bolso.
-¿A dónde vas? –escucho que pregunta pero lo ignoro y abro la puerta, pero antes de que ponga un pie fuera siento como me jala del brazo de nuevo hacia dentro cerrando la puerta.
-¿Con que cara te atreves a decir eso? Eres un presuntuoso –trato de volver a cruzar esa puerta pero él se pone frente a mi quedando demasiado cerca.
-Está bien –dice pasándose una mano por el pelo- No te aguantas ni una broma Marín.
-¡No! ¡Fíjate que no me aguanto ninguna broma! -trato de volver a salir, pero no me deja- ¡Ya déjame pasar!
-Y una mierda, me has despertado tan temprano por un maldito bolso. Ni pienses que te irás.
-¡No me puedes obligar a quedarme! -lo empujo por el pecho y apenas hago que se mueva dos centímetros- ¡Muévete!
-¡Mueveme! -me reta con una sonrisa y guiñandome un ojo.
¡Si será!
Comienzo a empujarlo, a gritarle y a insultarlo pero no logro nada. Si no se mueve lo golpearé donde más le duele.
-Vamos Ally, sigue intentando.
Estuve a milésimas de segundos de golpearlo en su amigo cuando aparece Chloe vestida con la ropa que traía anoche. Se queda viéndonos y antes de salir hecha una furia pasa por mi lado empujándome por el hombro.
Trato de salir detrás de ella pero el muy hijo de perra me sujeta por la cintura.
-Oh no, tu no te vas.
-Voy a golpearte si no me dejas. -trato de parecer muy convencida con mi amenaza.
-Intentalo -tomandome por sorpresa se agacha y me echa a su hombro.
-¡¿Qué estás haciendo?! -grito y pataleo para que me baje.
-Vamos a buscar tu bolso.
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UNIDOS. ©
JugendliteraturAlly Marín una joven-adulta de 24 años después de pasar 4 años en Florida regresara a su ciudad natal para nuevas oportunidades en la vida con la esperanza de poder volver a comenzar de cero y superar las pérdidas que sufrió. Allí conocerá a Zack Co...