Después de dos horas de charla con Liz, me llevo a mi departamento. Apenas llegue me despoje de toda la ropa y me di un relajante baño para después dormir hasta el otro día.
El domingo entero me la pase en mi departamento encerrada y terminando de leer mi libro. El día paso rápido y en un parpadeo ya me encontraba de nuevo en mi ducha preparándome para la universidad y mi primer día de trabajo en la secundaria. Unos nervios irracionales comienzan a aparecer en cada célula de mi cuerpo.
Me vestí de forma sencilla y me ondule el cabello, tome el bus hasta la universidad. El campus está repleto de gente buscando sus respectivos salones, algunos llevan cajas y maletas a sus residencias.
Siempre he tenido la duda si vivir en la universidad sería buena idea, pero después de enterarme que los baños podían ser mixtos me negué en redondo a venirme a vivir aquí, aunque sería divertido tener un compañero de cuarto.
Después de buscar mis horarios pude encontrar fácilmente mi salón y tome asiento al frente, la mayoría de las personas que entraban se iban al fondo, por lo cual me di a la idea de que tal vez podría sentarme sola; pero una chica que llegó minutos después que yo se sienta a mi lado con una sonrisa radiante.
-Hola –me dice amigable.
Bacilo un poco antes de contestarle.
-Hola –le devuelvo el saludo con la misma alegría.
-Soy Anna-me extiende la mano.
«Bien... es más agradable de lo que aparenta»
-Ally -le estrecho la mano.
Me quedo mirándola durante un rato; juraría que la vi en algún lugar. Después de echarle otro vistazo un recuerdo casi borroso aparece en mi mente. Es la chica que chocó conmigo en la fiesta de Zack.
Qué casualidad... no creí que los amigos de Zack pudieran interesarse en una carrera. Aunque no parece ser como ellos, parece diferente, lo creo por su forma de vestir y hablar; lleva un vestido color salmón con flores y una chaqueta azul, su cabello rubio de diferentes tonalidades le cae en cascada sobre sus hombros y lleva un maquillaje de primavera. Es hermosa.
Si se sienta a mi lado, estoy segura que nos llevaremos bien.
El profesor de Anatomía llega y tanto Anna como yo éramos las únicas que participábamos en su clase. La hora paso rápido y me hice buena amiga de esta chica, es más simpática de lo que creí.
-Oye iré a ver a mi pareja Alex que está en el área de política ¿Quieres ir? –me pregunta con su típica sonrisa.
Vaya, parece que ya tiene la suficiente confianza como para que quiera presentarme a su novio.
-Uhm... si claro -me encojo de hombros.
Ensancha más su sonrisa y salimos del salón, caminamos un poco hasta llegar al área de Ciencias Políticas.
Anna se separa de mi y sale corriendo hacia una chica que esta poyada en una pared con los brazos cruzados. Freno en seco cuando Anna tira sus brazos alrededor del cuello de esa chica y le da un ferviente beso en los labios. La otra chica lleva sus manos a la cintura de Anna y la atrae hacia ella. Se separan después de unos minutos y Anna me mira desde su lugar.
-Ally, ella es mi novia Alex –habla con sus mejillas rojas.
Me acerco hasta ellas con una sonrisa. La tal Alex me mira de pies a cabeza, me llama la atención verla vestida toda de negro, tiene una camiseta negra al igual que sus pantalones y sus zapatillas abotinadas. Me es imposible no compararla con Zack.
-Hola –la saludo cuando ya estoy a su lado.
Sopesa antes de contestarme, mira a Anna y luego a mí.
-Hola –dice tajante.
«Bien... esta chica es la versión femenina de Zack»
-Alex ella es mi nueva amiga y compañera, Ally –me presenta y le regalo una sonrisa al escuchar llamarme amiga.
-Creí que Alex es un nombre de chico –digo en forma de broma y enserio.
Anna es la única que ríe, pero su simpática novia me miro mal.
-Es unisex –me suelta de forma cortante. Anna le da un codazo y la mira en forma de advertencia.
«Vaya... que tratable es»
-Iremos a la cafetería ¿Quieres ir? –pregunta Anna acercándose a mí.
Miro la hora en mi celular y ya debería estar preparándome para el trabajo. Además creo que no sería buena idea que este con ellas, solo sería un mal tercio.
-Lo siento debo irme, llego tarde al trabajo –me mira comprensiva y luego asiente.
Voy a los baños de la universidad a cambiarme de ropa, los baños son demasiado incómodos para cambiarme que tengo que maniobrar para vestirme. Me pongo una falda de tubo que me llego un poco más arriba de las rodillas, una camisa blanca que me ajusta un poco y unos zapatos de punta baja.
Tomo un taxi para llegar al gran instituto, es más grande de lo que pensé. Voy buscando entre los pasillos la oficina del director. Después de preguntarles a unos cuantos chicos, al fin pude encontrarla. Toco un par de veces y escucho una grave voz que me invita a pasar.
-Buenos días ¿Es la señorita Marín? –me pregunta el señor de cuerpo robusto.
Asiento.
-Sí, buenos días he venido por el puesto de enfermera.
Se levanta de su silla y se acerca.
-El señor Miller me habló de ti –me estrecha la mano- Supongo que ya te han dado tus horarios ¿verdad?
-Si señor –le digo, sintiéndome un poco rara al llamarlo así.
-Por favor dime William –me sonríe y hace un ademan para que me siente- Muy bien le explicaré lo que tiene que hacer señorita.
Después de una hora explicándome las reglas, los horarios y todo lo referido a esta institución me dejo marchar a la enfermería,por suerte no me costo tanto trabajo encontrarla.
Llegué y me puse a ordenar los medicamentos, vendajes y un montón de cosas más en lugares donde me fuera fácil encontrarlos, llené un formulario con mis datos y por último una plantilla.
Pasaron unas horas hasta que tocaron la campana de receso. Por la pequeña ventanilla de la puerta podía ver como todo el alumnado se encaminaba a la cafetería, después de que todos pasan decidí ir por un café y algo para acompañarlo.
La cafetería estaba repleta, había que dar gracias que era espaciosa, sino todos estarían amontonados y empujándose. Me quedo viendo el llamativo uniforme que traen todos.
Hago una mueca cuando veo a la mayoría de las chicas que llevan la falda de uniforma más corta, llegan a hacer algún movimiento brusco y se les ve la ropa interior. Pero bien, no le presto atención, no es algo que deba importarme.
Voy hasta la fila para el café y tan solo debo esperar unos minutos para tener el mío entre mis manos. Estoy dispuesta a volver a la sala de enfermería y disfrutar mi café ahí pero una voz me detiene.
-¿Ally?
Me detengo y miro al frente, y me encuentro con nada mas ni nada menos que con Travis y todo ese grupo.
CA-RA-JO.
-Tiene que ser una puta broma –farfulla Zack a un costado.
-¿Qué haces aquí? –Travis se acerca a mí ignorando el comentario de Zack.
-Yo... -no me salen las palabras, la verdad que me he quedado sorprendida al verlos aquí- Trabajaré como enfermera por un tiempo –consigo articular.
-De puta madre –exclama Max que también se acerca- Un notición de que estés aquí –me sonríe.
-Creo que si...-le digo dudosa, con la ligera sospecha de que me traerán problemas.
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UNIDOS. ©
Teen FictionAlly Marín una joven-adulta de 24 años después de pasar 4 años en Florida regresara a su ciudad natal para nuevas oportunidades en la vida con la esperanza de poder volver a comenzar de cero y superar las pérdidas que sufrió. Allí conocerá a Zack Co...