Ally:
Pasé toda la semana junto a Christian, lo llevé a conocer todos los lugares más hermosos de Nueva York, nos divertimos mientras recorremos las calles de esta inmensa y alborotada ciudad. Aun no puedo creer que el este aquí conmigo, en estos meses que estuve alejada de Florida lo he extrañado mucho, principalmente sus malos chistes.
–Esta ciudad sí que es muy... –se calla unos segundos observando los edificios a su alrededor y tumultos de personas pasar por nuestro lado apresuradas–. Agitada ¿Cómo es que te acostumbras a esto?
–Tantos años aquí supongo. –digo y envuelvo mi brazo con el suyo, como siempre suelo hacer–. Y si vas a quedarte a vivir aquí tendrás que hacerlo tú también.
–No creo poder hacerlo, pero supongo que tú me ayudaras ¿Qué no bonita? –inquiere en un tono inocente que me causa gracia. Deja un beso en mi cabello antes de reír el también.
Cuando recibí la noticia de que se mudaría a mi ciudad para conseguir trabajo no pude evitar llenarme de regocijo y saltar a sus brazos para envolverlo en un enorme abrazo. Al fin no estaría tan sola aquí.
Caminamos por las calles de camino a mi departamento, hoy es viernes, y por todo este tema del regreso de Christian se me ha olvidado que hoy es esa tal fiesta en la piscina en la casa de Zack. Había pensado en no ir y pasar todo el día con Christian, pero Travis no ha parado de mandarme mensajes diciendo que debo ir y el pasaría por mí en una hora. Aun no le he dicho nada sobre Christian.
–Hey ¿Quieres ir a una fiesta en la piscina? –le propongo a Christian cuando llegamos a mi departamento. Su expresión cambia de inmediato, es como una de: ¿Qué coño dijiste?
–¿Fiesta en la piscina? ¿De qué hablas? –me siento con él en el sofá para explicarle.
–Veras, un amigo me ha invitado a una fiesta de piscina hoy y quiero que vengas conmigo, dentro de poco vendrán a buscarnos. –ahora parece desconcertado.
–No sabía que habías hecho amigos ¿Por qué no me dijiste? –inquiere.
Me encojo de hombros: –Estuve muy distraída contigo que se me olvidó mencionarlo. Y no lo considere importante.
Está a punto de decirle algo, cuando sentimos un ruido proveniente de la cocina y después vemos a Melanie emerger de ella con un delantal envuelto en su cintura.
–Al fin llegan, estoy preparando la cena, estará pronto –nos informa, con una sonrisa genuina en su cara.
–¿Adivina quién ha hecho nuevos amigo? –habla Christian con burla–. Así es, Ally.
Melanie me mira, por unos momentos sorprendida, pero luego su cara se ilumina.
–¡Eso es bueno Ally!
–Pero eso no es todo –continua–. La han invitado a una fiesta en la piscina esta noche.
–¿Fiesta en la piscina? –me mira confundida por unos segundos. En seguida se da la vuelta y camina a la cocina–. Ally ven un momento por favor.
Bufo y me levanto del sofá, no sin antes darle a Christian una mirada de reproche. Esto es lo malo de él, a veces suele ser muy entrometido a lo que mi vida respecta.
Llego a la cocina y Melanie me espera de pie con pura preocupación en su semblante.
–Ally... –comienza, pero la corto antes de que pueda continuar, ya me imagino lo que me dirá.
–Escucha, no necesito que me des un sermón sobre esto ¿Okey? Ya estoy bastante mayor y se cómo funcionan las cosas, ya no soy aquella chica que sentía inseguridad sobre sí misma y lloraba por los rincones de un psiquiátrico por sentirse asquerosa e insuficiente; Ya no– no puedo terminar mi oración, Melanie ha venido hasta mi en grandes pasos para darme un abrazo y hacerme callar. Una ola de familiaridad me asoma y no tardo en abrazarla también, acaricia mi cabello despacio y con aprecio haciendo que cierre mis ojos.

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UNIDOS. ©
Ficção AdolescenteAlly Marín una joven-adulta de 24 años después de pasar 4 años en Florida regresara a su ciudad natal para nuevas oportunidades en la vida con la esperanza de poder volver a comenzar de cero y superar las pérdidas que sufrió. Allí conocerá a Zack Co...