Capítulo 9

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Estoy totalmente en shock. Mi mano sigue sujetando el pomo de la puerta mientras las dos personas frente a mí me miran.

Chloe que sigue arrodillada me mira de pies a cabeza, se queda viendo la camiseta negra que llevo puesta. Frunce el ceño.

Después de estar minutos paralizada en la puerta reacciono.

-¡Dios lo siento tanto! –me disculpo cerrando de golpe la puerta y corro hasta el otro extremo del pasillo.

Me paso una mano por el pelo y la otra me la llevo a la boca. Dios ¿Como pude ser tan imprudente?

¡Zack querrá matarme!

Acabo de interrumpirlo cuando su novia estaba a punto de hacerle sexo oral.

¡Dios que eres idiota Marín!

Camino de un lado a otro con los nervios a flor de piel y la vergüenza haciéndose notar en mis mejillas rojas.

Me detengo de golpe cuando veo a Travis acercarse a mí.

-Al fin pude liberarme de ellos –dice en broma- ¿Ya le pediste las llaves?

Niego repetidamente.

-Está bien, iré a pedirle yo –gira sobre sus talones para caminar.

-¡NO! –grito horrorizada agarrándolo rápido del brazo- Él está... con su... con su novia –la voz me sale entrecortada por los nervios que sigo teniendo.

-¿Novia? ¿Zack con novia? –ríe y niega con la cabeza- Mierda esto si tengo que verlo –trata de seguir caminando pero no lo dejo.

-Esta con Chloe no vayas –le ruego y frunce el entrecejo.

-¿Chloe? Chloe no es novia de Zack –se gira para verme bien, yo lo suelto confiada de que no irá a esa habitación- Solo se echan uno que otro polvo.

¿Cómo? ¿Qué no son novios? Bueno... ahora no me siento tan culpable. Pero que no sean novios no quita el hecho de que irrumpí en una habitación cuando dos personas estaban por hacer sus cosas.

Cuando estoy por abrir la boca para hablar la puerta del cuarto de Zack se abre dejando ver a un chico caminando a nosotros sin camiseta y abrochándose los vaqueros ligeramente caídos.

-¿No sabes tocar la puta puerta? –su tono no demuestra que está enojado, pero su postura recta y sus hombros tensos me indican todo lo contrario.

-Joder Ally ¿No me digas que entraste mientras estaban cogiendo? –Travis rompe a reír y se lleva una mano al estómago para calmarse el mismo- Carajo, como desearía haber visto tu cara.

-¿Qué mierda quieres? –ignora las burlas de Travis hablándome con dureza.

Trago duro.

-Yo... quería... -me cuesta sacar las palabras, y no es por el tono en el que Zack me está hablando, sino porque no tengo cara para pedirle algo después de que casi lo veo desnudo.

-Préstame las llaves de tu auto –me ayuda Travis notando que no me salen las palabras.

-¿Para qué? –pregunta con su mirada puesta en mi.

-Ally quiere regresar a su casa –responde poniendo las manos en los bolsillos de su chaqueta- Y me ofrecí a llevarla.

Su atención va directo a Travis.

-No, de eso nada –contesta sin más.

-¿Cómo? –hace una mueca con los labios- ¿Por qué no? Siempre me has prestado tu auto.

-Has bebido.

-¿Qué? Solo bebí dos cervezas y un vaso de vodka, sabes que se necesita más que eso para que este borracho. –se defiende confundido por el comportamiento de su amigo-

-¿Y? Eso no quita el hecho de que tomaste ¿Mira si te pilla la policía? Me quitarían mi auto y a ti te llevarían por ser menor –se hace un corto silencio- Yo puedo llevarla.

-No jodas, tú también eres menor -contradice- Además ¿Qué no estas con Chloe?

-Pero no he tomado alcohol –vuelve a mirarme- Iré a buscar las llaves –camina de nuevo a su habitación ignorando el tema de Chloe.

Travis larga un suspiro pasándose las manos por el pelo.

-¿No te molesta que te lleve el?

Me encojo de hombros quitándole importancia. La verdad es que no me importa quién me lleve, solo quiero regresar a casa y descansar.

-No, está bien para mí.

-No sé cuál es el maldito problema de Zack, siempre me a dejado conducir su coche, no importa en el estado en el que este.

-Tal vez él tiene razón, tanto tu como yo podríamos tener problemas si nos pilla la policía.

-¿Cuántos años tienes? –pregunta curioso-

-Veinticuatro, hace poco los cumplí.

-¿Veinticuatro? -enarca una ceja. Yo asiento- Pareces de menos.

Lo miro sin expresión alguna, no es la primera vez que me dicen que no aparento la edad que tengo.

-Gracias... supongo –digo mientras me acomodo un mechón húmedo que estaba sobre mi cara.

Me mira frunciendo el ceño y me examina de pies a cabeza.

-¿Por qué tienes el cabello mojado? –señala con un dedo la parte de mi pecho- ¿Esa no es la camiseta de Zack?

Me tenso. Miro la camiseta sin saber como explicarme.

-Espera, espera -vuelve a hablar- ¿Has estado con Zack?

Mieeeeeerdaaaa ¡Tragame tierra!

-¡No! ¡Por el amor de Dios no! -grito- ¡Solo me tiraron una bebida encima! Y Zack me dejó darme una ducha y me prestó su camiseta.

No le doy mas información de lo que necesita saber. Aunque ni se porque le doy explicaciones, pero tampoco quiero que piense que estuve con Zack.

-Ya veo... -dice no muy convencido.

¡Oh vamos! ¿Enserio no me cree?

Bueno, ya le dije suficiente, si ni con eso le alcanza pues ¿Qué más da?

-¿Qué harás mañana? –me asombra el cambio tan rápido de tema.

-Estaré un poco ocupada -limito decir- ¿Por?

-Quería invitarte a una cafetería que está en el centro de la ciudad.

-Pensé que a ustedes no les gustaba ese tipo de lugares –digo recordando las palabras que dijo Zack esta tarde.

Ríe sin ganas negando un par de veces con la cabeza.

-En realidad al que no le gusta es a Zack.

¿Cómo no puede gustarle? Si son los lugares más tranquilos que pueden existir.

Recuerdo que mi padre solía llevarme a una cafetería al menos cuatro veces por semanas para que lea un libro en paz.

-¿Y bien? ¿Aceptas? –insiste.

-Uhm... creo que estaría bie... -no puedo terminar cuando escucho a Zack cerrar la puerta de su habitación de un sonoro portazo.

No parece muy contento.

-Andando -me sujeta con cuidado de la muñeca tirando de mí para que camine.

Me giro para despedir a Travis con un movimiento de mano. Estoy aliviada de que Zack apareciera justo a tiempo, no sabía si aceptar esa invitación, mañana estaré hasta las manos de ocupada.

UNIDOS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora