Observo la ropa que sigue en la cama, me ha dejado una de sus camisetas negras, un pantalón de chándal azul y un bóxer del mismo color.
Mis mejillas se tiñen de un pequeño color carmín, no creo que sea necesario cambiarme la ropa interior, lo único que necesito es esta camiseta. Me cambio lo más rápido que puedo y me acurruco sobre la gran cama. Cayendo en un sueño profundo.
***
Me limpio las lágrimas que brotan de mis ojos sin parar y me observo fija en el espejo, el golpe que tenía en el ojo derecho ya está desapareciendo, casi ni se nota, mi labio partido e inflamado ya se está curando, los hematoma de un color verde que estaban en mi vientre y abdomen están ausentándose y mis brazos y piernas ya están tomando su color natural.
Me sigo mirando en el espejo sucio y lo único que puedo sentir es pena por mí misma, no me gusta para nada la imagen que tengo.
Estoy muy delgada, si levanto mis brazos se pueden notar mis cosillas, las ojeras de mis ojos se notan cada vez más, mi cabello esta todo enmarañado y mis piernas fácilmente podrían ser comparadas con unos palos de escoba.
No he comido durante semanas, ni siquiera he salido a la luz del sol. Ya han pasado dos años desde que mis padres fallecieron en ese maldito accidente de autos, y yo con mis 16 años de edad sigo sin poder superarlo.
Y ya hace como dos meses que ha comenzado una nueva tortura.
Escucho como una puerta se abre y seguido de eso unos pasos acercándose. Me pongo en alerta y con toda la rapidez que se me es posible emplear me voy hacia un rincón del baño y me acurruco ahí, agarrando mis rodillas con los brazos y escondiendo mi cara en las piernas. Tengo miedo...; tengo muchísimo miedo.
Los pasos se hacen más audibles y cercanos.
-¿Ally? –escucho que pregunta esa asquerosa voz detrás de la puerta- ¿Estás ahí linda? –me quedo callada y me tapo la boca con una mano para sofocar los sollozos.
Intenta abrir la puerta pero no puede, ya que la he cerrado con pestillo para poder estar a salvo. Sin embargo eso no lo frena, el pomo de la puerta comienza a moverse de manera violenta y escucho patadas que se dan contra la madera.
-¡¡Abre la puerta maldita sea!! –grita mientras sigue y sigue golpeando hasta que logra tirarla.
Me ve y sus ojos destilan ira, se dirige hacia mí y me toma del cabello con fuerza.
-Ya te he dicho que odio que te escondas pequeña –dice con un intento de voz dulce y me acaricia la mejilla.
-No me hagas nada –trato de que mi voz no quiebre y suene firme, pero fracaso.
Se levanta de golpe y por el tirón que siento en mi cabeza me obligo a hacer lo mismo. Me arrastra hasta afuera del baño y me lleva a mi pequeña habitación.
Me tira con fuerza en el suelo haciendo que suelte un quejido de dolor. Se sube a horcajadas encima de mí e intenta levantarme la camiseta.
-¡No! –le grito forcejeando contra su mano para que me suelte- ¡No me toques! ¡Suéltame!
Una de sus manos va hacia mis piernas y comienza a tocarme. Me dan arcadas.
Antes de que pueda seguir gritando y pedir ayuda siento como me da una fuerte bofetada en la cara. No tardo en sentir el sabor a sangre en mi boca.
-Ultima vez que te escondes –dice contra mi oído. Se levanta y me da otro golpe pero esta vez en el estómago.
Me quedo en el suelo viendo cómo sale por la puerta dejándome sola en la oscura habitación. Las lágrimas no tardan en salir.
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UNIDOS. ©
Teen FictionAlly Marín una joven-adulta de 24 años después de pasar 4 años en Florida regresara a su ciudad natal para nuevas oportunidades en la vida con la esperanza de poder volver a comenzar de cero y superar las pérdidas que sufrió. Allí conocerá a Zack Co...