Capítulo 25

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Vegeta me lleva cargada por la cintura.

Bulma: ¡Maldita sea Vegeta, suéltame porque la voy a destruir!

Vegeta: ¡No vas a destruir a nadie, esto es un entrenamiento!

Bulma: Pues esa estúpida no lo ha entendido, al momento de entregártela se zafó e hizo trampa.

Vegeta: ¡Ya basta!

Bulma: ¡Ya bájame!

Vegeta: Vaya que tienes autocontrol.

Bulma: ¡No me molestes con idioteces!

Me ha llevado a una parte oscura por donde están los vehículos resguardados. Me toma del brazo.

Vegeta: Escúchame bien Brief, no te voy a permitir ese comportamiento irrespetuoso.

Bulma: Tú me irrespetaste primero. Exiges respeto y no lo das.

Vegeta: ¡Ya cállate!

Bulma: ¿Por qué me tengo que callar, si sabes que es la verdad?

Vegeta: Tú te lo buscas, actúas como una niña y no como una mujer que eres.

Bulma: Y si es así ¿para que me besas entonces?...

Vegeta: Eres una consentida mimada y yo te voy a quitar eso ―se acerca más a mí y el ambiente se tensa

Bulma: ¿Ah sí? Quítamelo pues...

Me atrae fuerte hacia su cuerpo.

Vegeta: No me provoques...

Bulma: ¿Que no te provoque? Para que si quizás lo que dicen en los pasillos es verdad.

Vegeta: ¿Qué dicen?

Bulma: Que quizás no te gustan las chicas... ―le digo cerca de su boca y suelto una risa.

Vegeta: ¿Ah sí? ¿Eso crees tú? A Leah no le constaba eso. ―expreso con el ceño fruncido.

Me carga en sus hombros y se adentra en una especie de cueva, la atravesamos y salimos al otro lado de esta, y escucho el sonido de una cascada.

Bulma: ¡Vegeta, ya bájame!

Vegeta: ¡Respondeme! ―inquiere a la vez que baja conmigo a cuestas por unas rocas ―¿Ya olvidaste que estuve a punto de hacerte mía cuando te hacías pasar por Leah?

Bulma: Eres un imbécil, te enamoraste de Leah...

Me baja bruscamente y pierdo el equilibrio a punto de caer, estamos a la orilla de una cascada, está oscuro pero por la luz de la luna se puede apreciar la hermosa laguna.

Él se quita la malla de latex que lleva puesta y la tira a un lado, dejando desnudo su torso definido. Se va a cercando a mi como acechándome con una sonrisa malvada, yo retrocedo, demonios su torso marcado es espléndido.

Vegeta: ¿Por qué te alejas, tienes miedo?

Bulma: No te tengo miedo.

Me toma fuerte en sus brazos.

Vegeta: ¿Que dijiste hace unos minutos?

Bulma: Que te enamoraste de Leah.

Vegeta: ¿Y si así fue, que pasa?

Bulma: Imbécil ―intento alejarlo de mi pero me presiona fuerte contra él.

Vegeta: ¿Estas celosa de ti misma?

Me aferra con rudeza a su cuerpo y me besa impetuoso. Su mano recorre mi espalda y sujeta mi cabeza para controlarme. El vaiven de sus labios y lengua causan un estallido de sensaciones en mi boca, aunado a esto, un cosquilleo se origina en mis entrañas recorriendo todo mi cuerpo y como resultado ante tal sensación mis piernas flaquean y lo rodeo con mis brazos en su cuello aferrándome a él. Unos minutos después nos alejamos por falta de aire y el aprovecha para musitar junto a mis labios.

El Poder de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora