Capítulo 41

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El trayecto se ha hecho largo, pero finalmente llegamos. Puedo apreciar una hermosa casa de dos plantas. Los agentes a cargo de la seguridad nos abren el paso. Nos estacionamos y bajamos, es completamente preciosa con un amplio jardín y piscina. 

Mientras caminamos Vegeta se detiene y se gira hacia mí

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Mientras caminamos Vegeta se detiene y se gira hacia mí.

Vegeta: Quería que esto fuera una sorpresa, espero te guste. —confiesa invitándome a entrar.

Bulma: Espera, ¿quieres decir que ésta no es tu casa habitual? —pregunto un tanto sorprendida.

Vegeta: Así es, es nuestra casa, es mi regalo de bodas junto a esto. —confiesa sacando un hermoso anillo de compromiso con diamantes. Toma mi mano y lo desliza en mi dedo anular junto al anillo de bodas.

Bulma: ¡Por todos los cielos! —expreso un tanto anonadada. —Vegeta... —susurro con un nudo en la garganta mientras que mis lágrimas hacen acto de presencia. —Te amo... —expreso abrazándolo seguido de un beso.

Vegeta: ¿Te ha gustado? —pregunta mirándome fijamente.

Bulma: Si mi amor... me has sorprendido por completo. Este momento es perfecto. —admito limpiando las lágrimas.

Vegeta: Entremos —dice tomando mi mano.

Es bellísima, un hermoso piso de mármol abarca este hermoso hogar, cómodos sofás adornan los espacios con lindos cuadros de diferentes texturas que decoran las paredes de marfil.

De pronto, Vegeta me toma entre sus brazos y me lleva hasta arriba. Entramos a una habitación amplia con un pole en el centro, sofás que lo rodean, totalmente capacitada.

Vegeta: ¿Te gusta? Escogí este espacio para ti, para que bailes cuando desees.

Bulma: Es bellísimo amor. —digo observando el lugar.

Camino hacia el pole y miro a mi esposo con una mirada llena de perversidad a la vez que enrollo mi pierna en éste.

Vegeta: ¿Qué haces? Ven aquí... —dice a la vez que sus ojos brillan.

Camino hacia el reproductor de Ipod y coloco mi smartphone en este, y escojo una música que para mi sorpresa se escucha por toda la sala, pues, las paredes tienen parlantes incorporados.

Bulma: Ponte cómodo —musito y a él se le dibuja una sonrisa llena de complicidad mientras va caminando hacia el sofá y se sienta con los brazos cruzados.

Bajo lentamente los tirantes de mi vestido, a la vez que muevo despacio mis caderas de un lado a otro, desabrocho cada botón hasta bajar y quedar en el suelo, lo hago a un lado con mi pie. Mi ropa interior de encaje, color negro causa efecto, Vegeta me observa con detenimiento, sus labios se separan un poco, y se remueve en el sofá intentando calmar su excitación. Subo hasta la cima del pole y me estiro hacia atrás quedando sostenida por mis piernas, miro a Vegeta mientras estoy de cabeza. Mis pechos quedan a su merced. Me deslizo a la vez girando y me pongo de pie, tomo el pole entre mis manos quedando de perfil, abro mis piernas y bajo lentamente mientras el pole roza mi entrepiernas, lo miro y tiene las piernas cruzadas al igual que sus brazos, su sonrisa de medio lado me pone aún más ardientes. Quiero aumentar un poco más su pulso, estando a bajo moviendo mis caderas, deslizo mi lengua sobre el frío aluminio del pole para provocarlo y subo deslizándola por éste sin quitar mi mirada de reojo de Vegeta. Él se descruza las piernas y se inclina hacia adelante, se pone de pie y viene caminando hacia mi quitando su camiseta negra y tirándola hacia un lado. Me pongo de espaldas meneando mis glúteos y en ese instante me convierto en su presa, me toma fuertemente de la cintura a la vez que muerde mi cuello y besa mis hombros.

El Poder de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora