Capítulo 35

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Somos marido y mujer ante la ley, debo estar loca, pero de amor por este hombre. Estoy enamorada de él y no cabe duda que lo que sentimos es real. Espero que esta decisión de casarnos sin previo aviso no tenga repercusiones. No pudimos acabar con la boda sin antes tomarnos fotografías en la capilla con todos los presentes, algo que jamás olvidaremos.

3:30 a.m.

Vamos en la limosina hacia el hotel, y voy sentada en las piernas de mi esposo besándonos con devoción. Me encanta lo que siento cuando estamos tan unidos.

Lazuli: Oigan, hay presentes, ¿pueden esperar hasta llegar a la habitación? ―expresa, pero la ignoramos.

Al reponerme y mirarlos, sonrío, y quienes tampoco perdieron el tiempo fueron Goku y Milk, que también se están besando sin control.

***

Llegamos al hotel, cada quien tomo su rumbo pero Vegeta y yo no desperdiciamos los minutos, estamos bajo efectos del alcohol y tan solo llegamos al piso él me carga en sus brazos y camina sin dejar de mirarme.

Bulma: (Risas) Amor, mira para adelante si no quieres que caigamos ―digo dándole besos cortos.

Vegeta: Jamás dejaría que cayeras al suelo ―sonríe.

Me baja mientras abre la puerta, al hacerlo, lo tomo del saco para besarlo, damos vueltas mientras entramos y cerramos, él me lleva hasta la pared y besa mi cuello con intensidad a la vez que se zafa de su saco y arranca la pajarita que lleva en su cuello. Me carga en sus brazos y nos besamos con tanto deseo que las paredes son testigos, me baja de nuevo para desabotonar su camisa y yo le ayudo. Nuestras respiraciones están agitadas. Lo llevo hacia el otro extremo y él hace lo mismo conmigo, se ha vuelto una pasión desenfrenada entre ambos. Baja la cremallera de mi vestido dejándome en ropa interior y tacones, me deshago de estos para retomar de nuevo el beso lujurioso. Él me tumba en la cama posándose sobre mí besando mis labios para disponerse a bajar rápidamente por mi cuello, esta sensación de lujuria me está enloqueciendo, ésta vez me está devorando con leves mordidas, va por mi abdomen y continúa con intensidad besando cada parte de mí. Se pone de pie para deshacerse de los pantalones, su mirada es intensa, penetrante e intensificadora. Da muestras de lascivia.

Bulma: Ve, Vegeta, debo ir al baño rápidamente.

Vegeta: Esta vez no, preciosa ―expresa retomando su acto hasta quitar mi ropa interior y sumergir su tibia boca en mi zona íntima.

Bulma: Oh, demonios... ―digo entre jadeos, presionando las sabanas con mis puños y mirando como con destreza se apodera de mí.

No tengo experiencias para decidir cual es el mejor sexo oral, los he visto en videos, pero, confieso que es lo mejor que he sentido en mi vida, y si me ponen a elegir cual es el mejor entre lo que he visto y lo que él me hace, me atrevería a jurar que él lo hace mucho mejor, es perfecto en esto y en todo.

Mi cuerpo estalla de éxtasis y a la vez convulsiona ante estremecedora sensación.

Bulma: Umm... rayos... es...

Vegeta: ¿Te gusta, pequeña? ―pregunta entre besos...

Bulma: Oh si... realmente es exquisito ―confieso.

Vegeta: ¿Estás bebiendo píldoras? Las vi esa noche en tu estuche de maquillaje.

Bulma: Maldición, olvidé tomarla.

Vegeta: Descuida preciosa.

Él sube hasta mí, toma un preservativo de uno de los cajones y se lo coloca con experiencia. Esto es nuevo para mí, se ve tan experto, se introduce con dulzura y se mece despacio.

El Poder de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora