Black List [Teen Wolf]

1. No rest for the wicked

1. No rest for the wicked

Volvía a estar en el campamento de Oak Creek. Reviviendo la escena. Una y otra vez. Pero esta vez no estaba arrodillada esperando el golpe de la espada del oni. En realidad, ni siquiera estaba ahí. Era como si estuviera viendo una película pero le hice zoom a cierta escenografía de la misma. Isaac, Kira y su madre tampoco estaban. Sólo Allison. Y el oni que la mató.

El cielo estaba oscuro, la noche ya había llegado. Había una brisa fresca, ésta movía los cabellos de Allison levemente. También su falda. La escena estaba en pausa, Allison me miraba con ternura. Una sonrisa victoriosa después de haber lanzado la flecha que mató al oni que estaba por atacarme.

Se veía tan hermosa. Sentí alegría en mi pecho. Habíamos matado a un oni. Se podían matar, el nogitsune no ganaría.

La alegría se esfumó en cuestión de segundos. Como si alguien hubiera apretado "play", la escena siguió su transcurso. Ya sabía cómo terminaba la historia, cómo la espada atravesaba el abdomen de Allison y ella moría a manos de Scott. Esta vez lo veía todo, sin desmayarme ni aparecer en aquél campo con el Nemeton.

Le grité, como hice también cuando viví esto por primera vez. Grité su nombre. El miedo invadió la boca de mi estómago, sentía náuseas. Allison se giró hacia la sombra que captó de reojo. Pero ya era muy tarde, no logró esquivar el golpe.

La espada penetró su cuerpo. Escuché el ruido de costillas rotas, el de sus órganos siendo perforados y el del líquido carmesí deslizándose por su piel y atuendo. Tenía un vestido color violeta oscuro, decorado por pequeñas flores; una campera de cuero, sus guantes para arquería y unas botas oscura. No había podido apreciar su atuendo antes. Allison siempre se vestía bien.

El oni quitó la espada de su estómago. Más sangre cayó a los alrededores, como salpicaduras de pintura en un lienzo oscuro. El ruido del metal cortando aún más la piel de Allison me hizo cerrar los ojos y apretar los puños. Se sentía como si alguien con uñas muy largar arañara un pizarrón de piedra.

Allison cayó en cámara lenta al suelo, el oni se disipó como la sombra que era. Miré hacia la reja que estaba a unos pocos metros de Allison, ¿dónde estaba Scott para agarrarle antes de que cayera?

Mi mejor amigo no aparecía. Fue cuando pude mover mi cuerpo y corrí hacia Allison. La tomé antes de que cayera contra el duro cemento. Me arrodillé, incapaz de mantenerla de pie. Ella apoyó su espalda en mis muslos y su cabeza en el brazo que se encontraba debajo de su nuca.

Estaba más pálida. Sus labios estaban rojos, por el leve maquillaje que se había puesto y porque su boca largaba unas gotas de sangre. Una de sus manos fue hacia su herida y pronto se empapó de sangre. Mi mano, la que no sostenía su cabeza, se acercó a la herida. El vestido estaba rasgado, había tanta sangre que no podía ver con exactitud qué grande era la herida. Acerqué mi mano y cerré los ojos.