3. Ataque a las Calaveras

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3. Ataque a las Calaveras

Llegamos a México a eso de las seis de la tarde

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Llegamos a México a eso de las seis de la tarde. El viaje fue tranquilo, refiriéndome a que todos viajamos en silencio. Lydia nunca fue de decir demasiado cuando la situación no lo requería, Malia y Stiles sólo se daban miradas que parecían comunicar bastante pero en voz alta no decían nada. Supongo que para no ponerme más nerviosa de lo que ya estaba. Pero el tema era que yo estaba nerviosa de por sí. Las palabras de la pelirroja me daban vueltas en la cabeza. "No está muerto, pero tampoco sé si está vivo." ¿Qué rayos significaba eso?

Aún así logré controlar mis emociones, y a la vez mis inestables habilidades de hamingja. Como llegamos temprano, dimos unas vueltas por la ciudad, aprendiéndonos las rutas rápidas y dónde quedaba exactamente el club. Por supuesto, fuimos en grupos reducidos para no llamar la atención. Es decir, era un día de semana y somos adolescentes estadounidenses que claramente cruzaron la frontera ilegalmente. Podíamos meternos en muchos problemas. Pero lo único que me importaba era encontrar a mi lobo gruñón.

Una vez que cayó la noche, nos pusimos a trabajar. Estacionamos los vehículos cerca del club, a unos metros. Scott y Kira se arreglaron un poco antes de ir hasta la puerta. Ellos serían los primeros en entrar. Luego le seguiríamos Malia y yo, y por último mi hermano y Lydia. Stiles consideró que era un buen plan poner a todas las criaturas naturales, que se desplegaban bien en una pelea, en la sala de baile mientras él y Lydia trataban de negociar por la liberación de Derek.

Me cambié entre el Jeep y la pared de ladrillos del edificio del al lado. Por suerte era un callejón sin salida y los únicos seres vivientes que podían verme desnuda serían las cucarachas que se paseaban por el suelo. Intercambié los jeans que tenía por una pollera negra y mi remera básica por una más elegante y de encaje. Me había tomado en serio el comentario de Stiles sobre tener que ir bien vestidos para que nos dejen pasar.

Ya habían pasado como diez minutos desde que Kira y Scott entraron y muchos otros jóvenes ya habían presentado su entrada al club. En unos pocos minutos, tendríamos que ir con Malia a que nos dejen pasar.

Antes de que pudiera juntarme con Malia, Lydia y mi hermano, el tercero apareció delante de mí, provocándome un susto.

—¡¿Qué haces, Stiles?! —grité susurrando para no llamar la atención. Stiles alzó las cejas, sorprendido de que me haya asustado—. Estoy muy tensa por todo esto que está ocurriendo, ¿y te escabulles en el callejón para asustarme?

—¡No fue mi intención! —se excusó. Luego suspiró—. Sólo venía a pedirte un favor.

Fruncí el ceño levemente — ¿Qué ocurre?

—Sé que estás algo negada para usar tus habilidades... —lo indicó como si yo no lo supiera—. Pero puede que ahí dentro necesitemos de las habilidades de una hamingja.

Black List [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora