34. Ayuda en camino
Dormir bien en una silla de hospital es prácticamente una misión imposible. No importa cuánto lo intentes, nunca encuentras una posición cómoda. No importa si levantas tus piernas, si te pones de costado... Nada. En un momento, hasta estuve tentada de dar por fracasados mis intentos y tirarme al suelo frío del hospital. Pero me desistí.
Con suerte, habré logrado dormir algunas horas, aunque nada de corrido. Siempre alguna extremidad me despertaba con un intenso cosquilleo, porque estaba en una posición extraña y esa era la forma de mi cuerpo de decirme "cámbialo de lugar". Ya para la décima vez que me desperté a causa de mi brazo adormilado, chequeé la hora y me mantuve despierta. Eran casi las seis de la mañana, había obtenido algo de descanso así que no podía quejarme completamente.
Me mantuve entretenida con el celular, aunque procuré no gastarle tanto la batería puesto que no tenía el cargador a mano. Observé a Stiles, él seguía profundamente dormido. Por unos segundos envidié que él hubiera estado en la camilla toda la noche, si bien no era cómoda al cien por cien, más cómoda que la silla debía ser.
En un momento, empecé a cabecear. Ya eran como las seis y media. No iba a volverme a dormir, por lo tanto, decidí ir a por un café. Así al menos tendría energías para el resto del día. Me llevé el celular por las dudas, por si alguien llamaba con algún inconveniente.
Coloqué el dinero y apreté las opciones para la bebida. Mientras se servía en un vaso de plástico blanco, abrí el ícono de mensajes, puesto que tenía un par. Algunos era de papá, chequeando si estábamos bien y de cómo iba Stiles. Le respondí honestamente, diciendo que parecía ir todo bien pero que debíamos esperar a un chequeo rutinario por parte de un doctor.
Fuera de eso, no tenía demasía de mensajes. Lo cual era entendible, pues lo de Stiles y Lydia fue casi a la madrugada, un poco más tarde. Y luego de la fiesta de la fogata, el resto estaba algo frenético. Pensando en la fiesta, bajé hacia el contacto de Liam. El chico debía estar descansando, si es que no tuvo pesadillas, así que le envié un simple: Hola Liam, ¿cómo andas?
No pretendía que me respondiera al rato, así que bloqueé el celular y tomé el vaso que contenía mi café con leche. Soplé un poco antes de dar el primer sorbo (aún así me quemé la punta de la lengua). Mientras volvía al cuarto, consideré hablarle a Derek o a Scott, pero no lo hice por las horas tempranas que eran. Ambos necesitaban un poco de descanso.
Estaba volviendo a la sala asignada a Stiles cuando Melissa caminó hacia mí. No sé cuándo termina su turno, o si ya terminó y este es otro más. Sé, por Scott quien me contó, que ella está haciendo turnos dobles y todo lo posible para traer algo más de dinero a su casa. Debía estar exhausta. Aunque por fuera, no parecía. Siempre iba bien peinada, con sus rulos perfectos adornándole. Su uniforme impecable y una sonrisa que le daba a todos. Ni siquiera tenía ojeras y no habrá dormido más que yo.
—Buenos días, Sari. —me saludó. Tenía unos papeles encima, parecía que estaba por empezar su rutina de chequeo con sus pacientes—. ¿Cómo te sientes?
Fruncí un poco el ceño — Eh... Creo que bien. —respondí, moviendo un poco el cuello, dándome cuenta de que estaba algo duro. Probablemente por cómo dormí en aquella silla.
—Me alegra escuchar eso. —comentó con su usual sonrisa—. Iré a empezar con mis chequeos. En un rato, estaré contigo y con tu hermano, ¿si?
Asentí. Me volvió a sonreír, a forma de despido, como un "hasta luego" — Melissa... —ella se detuvo ante mi llamado de su nombre. Alzó sus cejas, esperando que termine la frase—. Gracias por la ropa y... Y por todo lo que haces por nosotros. —indiqué con una leve sonrisa.
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Black List [Teen Wolf]
Fanfic[Tercer libro de la saga de Stilinski Twins] «You may have to fight a battle more than once to win it» - Margaret Thatcher Después de librarse del nogitsune, Sarah aún sigue muy afectada con todo lo que ocurrió. Abrumada por la pérdida de su mejor...