27. El peor plan en la historia de los planes

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27. El peor plan en la historia de los planes

No me animé a dejarle solo por la noche. Pedí algo para cenar, miramos una película cuya trama ya ni recuerdo y luego nos acostamos en su cama. Por alguna razón, él se durmió al instante. Yo tardé un tiempo en conciliar el sueño. Mi mente iba a mil por hora, pensando en lo que Derek me había confesado. Ya sabía lo de sus ojos, lo de su sentido del olfato. Pero no pensé que también se extendería a sus otras habilidades, a su velocidad, a su curación...

Procuré ser precavida, acariciarle el rostro con suavidad para no despertarle. Lucía tan pacífico que no quería molestarle. Necesitaba una buena noche de sueño. Yo también la necesitaba, para ser sincera, pero no podía dormirme. Sé que tengo que aprovechar, pues las veces que duermo sin tener pesadillas, es cuando estoy al lado de Derek. Pero en ese momento, al cerrar los ojos, se me venía a la cabeza el cuerpo del supervisor, el de los PSATs.

Intenté modificar las imágenes de mi cabeza, pensar en otra cosa. Salvo que, si no pensaba en ello, mi mente iba a la situación de Derek o a la ansiedad que sentí cuando creí que perdí a Stiles. Me moví varias veces en el colchón, tratando de buscar distintas posiciones para así poder sumergirme en mis sueños.

Bufé cansinamente y tiré las sábanas a un lado. Todo con precaución de no hacer demasiado ruido. Me levanté de la cama, dejando a un Derek muy dormido en ella, y caminé hacia la cocina. Tal vez tomar un vaso de agua me relajaría. Tomé mi celular de la mesa de luz antes de salir, para concentrarme en otra cosa.

Chequeé la hora, no era ni de madrugada, sin embargo, sentía que eran como las tres de la mañana. Fui hacia la aplicación de mis mensajes. Le había enviado varios a Malia, esperando que me respondiera. Probablemente esté enojada conmigo, ya que yo también le oculté el hecho de que Peter era su padre. Solo podía rogar que no estuviera haciendo ninguna estupidez.

Justo, de repente, me llegó una llamada entrante de Scott. La atendí al instante — ¿Scott?

Sari. —sonó a un suspiro aliviado—. Pensé que estarías durmiendo. Stiles me dijo que fuiste al departamento de Derek.

—Sí... —asentí a lo mencionado. Me pasé una mano por el rostro—. Él está dormido, pero yo... No podía dormirme. Tengo demasiado en la cabeza.

Te entiendo. Yo también. —me confesó casi con vergüenza—. Vaya día el de hoy, ¿no?

—Ni que lo digas. —bufé levemente. Me acerqué a la nevera mientras sostenía el teléfono con mi hombro. Saqué una jarra de agua y luego busqué un vaso—. ¿Llamabas por alguna razón? —cuestioné tratando de no sonar ruda.

Sólo quería saber cómo estabas. —sonaba sincero—. Estuve hasta recién con mi papá... Hablamos de lo que ocurrió. —me relamí los labios. Supongo que habrán hablado del hecho de que su padre le dio un tiro al mercenario, salvando la vida de mi hermano—. Stiles me insistió que estaba bien, pero sé que no es así.

—Pasamos por cosas peores, Scott. —le aseguré, sin necesidad de recordarle que hace unos meses no diferenciábamos la realidad de la fantasía.

Se quedó en silencio unos segundos. De alguna forma, sabía que no sólo me había hablado por eso. Parecía necesitar a alguien para ventilar, pero Stiles debe estar sumido en su mundo por la reciente ausencia de Malia.

Black List [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora