26. A tu lado

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26. A tu lado

Mis ojos procesaban la escena, pero no comprendía qué era lo que veía. El golpe que me dio el mercenario me desorientó de sobremanera, ya incluso siento la sangre palpitar en la zona, probablemente se me forme un gran moretón. Eso, mas el hecho de que mis ojos no paraban de lloriquear (por el golpe, el virus a modo de gripe y mis nervios), no podía ver bien con claridad qué rayos estaba pasando.

Me tuve que impulsar un poco más, lo suficiente para poder sentarme en el suelo, puesto que seguirme moviendo no parecía una opción. La cabeza no dejaba de darme vueltas. Al estar un poco más incorporada, mis ojos captaron un cuerpo en el suelo.

Mis nervios se relajaron un poco al ver que no era el de mi hermano. Stiles estaba de pie, mirando el cuerpo con los ojos bien grandes. Sorprendido de lo que ocurrió. Su rostro estaba cubierto de sangre, ésta se deslizaba por sus mejillas hasta su camiseta, ensuciándola del líquido carmesí.

Hubo un silencio espeluznante, en el cual ni Stiles ni yo supimos reaccionar. Mi cabeza no comprendía qué había ocurrido, al menos, no hasta que alguien entró a los vestidores. Un agente del CCE, con el traje amarillo puesto y una pistola en mano. Cuando vio que la amenaza había sido neutralizada, se quitó la parte de arriba de su traje, revelando su identidad: el señor McCall.

Él también tenía algunos rasgos de sorpresa en su rostro, como si no pudiera creer lo que acababa de impedir. O como si no lo comprendiera. No puedo culparle, yo misma estoy algo en shock por todo lo ocurrido. Aunque puede que el golpe de mi cabeza tenga algo que ver.

Gruñí levemente al sentir una terrible punzada en mi costado. Puede que el mercenario ya no pueda usar el anís contra mí, pero el dolor del golpe y los efectos del virus persistían. Escuchaba a mi hermano y al padre de Scott hablar, pero no comprendía sus palabras.

Las náuseas volvieron, sentía mi estómago revolverse. Me incliné hacia un lado. Tosí un poco antes de que la arcada reluciera, obligándome a expulsar nuevamente el líquido negro. Sentí que alguien me acomodaba el cabello para no vomitarme encima.

—Vamos, Sarah. —escuché con claridad. El padre de Scott estaba a mi lado, ayudándome contra las consecuencias de la infección. Sentí sus manos debajo de mis axilas, básicamente me impulsó hacia arriba, logrando que me sentara en una de las bancas.

Luego de devolver, parpadeé varias veces para que se cayeran el agua que contenían las cuencas de mis párpados, y observé que mi hermano me miraba con detenimiento. Casi como pidiendo disculpas.

Últimamente he sentido que varias veces me observa con esa mirada, pero nunca sé por qué aparenta disculparse. ¿Acaso me está ocultando alguna cosa? ¿Qué podría estar ocultándome Stiles? ¿Por qué lo haría?

—Ve con ellos, Stiles. Yo me quedaré con tu hermana. —aseguró el padre de Scott, sentándose a mi lado, procurando que no me cayera de la banca. No sé a qué se refería, si el señor McCall dijo algo respecto a nuestros amigos.

Stiles pareció comprender y aunque no parecía estar muy de acuerdo en dejarme sola, asintió y corrió hacia la salida. Supongo que habrá encontrado la respuesta para evitar que el virus prospere, algo le habrá dicho el señor McCall... No quería pensarlo demasiado, mi cabeza me estaba matando. Luego pensaría en los detalles.

Mis ojos, sin poder evitarlo, se enfocaron en el cuerpo del supervisor, inerte en el suelo. Es horrible tener que admitir que sentía alivio con su muerte, porque al fin y al cabo, es un hombre. Una vida. Pero no puedo darle el lujo de sentir pena por él. Amenazó a mi hermano. Estuvo a punto de matarlo...

Black List [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora