29. Too many thoughts

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29. Too many thoughts

Estábamos en un cuarto del hospital. De una forma u otra, siempre terminamos en el mismo lugar. Si no es por un plan para agarrar al Benefactor, es porque uno de nosotros está herido. Ya se me hace tedioso pisar las baldosas blancas, mirar las mismas paredes con aquél color apagado, como si te estuviera dando una bienvenida lúgubre al lugar.

La ambulancia logró estabilizar la herida del hombro de papá, pero les era imposible quitar la bala sin un procedimiento quirúrgico. Por lo tanto, lo llevaron al hospital. Y ahí nos encontrábamos nosotros, con papá ya vestido con la usual bata, con una gasa blanca cubriendo su herida. Estaba recostado en la camilla, y en su brazo le habían inyectado ciertos tubos por intravenosa.

Stiles y yo, naturalmente, estábamos a su lado. El doctor Vandenberg, el encargado de su salud, apareció en la sala con un conjunto de papeles, los cuales se los entregó a papá. Debían ser las típicas cuestiones que se deben tener en cuenta a la hora de una cirugía.

Mientras papá leía los variados papeles de forma rápida, el doctor se acercó hacia los tubos y modificó algo en su conteo de gotas. No sabía qué era lo que hizo, pero supongo que él al ser doctor tenía idea de lo que estaba haciendo.

—De acuerdo, señor Stilinski.

—Shérif. —indicó mi hermano, de brazos cruzados. El doctor le miró sin comprender por unos segundos. Stiles alzó el rostro y volvió a decir: —Shérif Stilinski.

El doctor asintió y se disculpó de su error con una mano levemente alzada — Shérif Stilinski, tiene turno con el cirujano a primera hora de mañana. Desafortunadamente, va a costar quitarle la bala del hombro. Parece estar algo enredada en sus fibras musculares. —cerré los ojos, tratando de pensar que no fue mi culpa ello, que yo, con mi fuerza telepática no hice eso. Porque si lo pensaba como que yo ocasioné tal dificultad... Tal vez me pondría a llorar ahí mismo.

—Sí, está bien. —indicó papá, aunque no podía decir demasiado—. Una cosa. ¿Qué es esta parte de aquí? —cuestionó señalando una línea de los variados documentos que le dio el doctor.

—"Responsabilidad del paciente." —leyó el doctor Vandenberg en voz alta—. Se refiere a que parte del procedimiento y del hospital no están cubiertos por una compañía de seguros.

—¿Y esa parte es grande? —preguntó entonces papá, mirando el rostro del hombre—. ¿De alto costo?

El doctor apretó levemente los labios — Eso es algo entre usted y su seguro, me temo. —papá asintió, terminó de leer lo que le quedaba y firmó al final. El doctor tomó los papeles y miró la bolsa de la intravenosa–. La morfina se empezará a sentir en unos minutos. Intente descansar, señor... Shérif.

Y con eso, el doctor salió del cuarto, cerrando la puerta detrás de él. El silencio reinó nuevamente en la sala. No era capaz de mirar a papá en el estado en el que estaba. No es la primera vez que tiene puesta una bata y está recostado en una camilla del hospital; después de todo, su trabajo tiene cierto riesgo que desgraciadamente le deja en el hospital de vez en cuando.

Pero esta vez, si bien no fue enteramente mi culpa, pues la bala que lanzó Haigh no es algo que yo ocasioné; sí me llevo algo de crédito del daño cuando quise quitar la bala con telepatía. Dios, ¿en qué estaba pensando? Estaba claro que sólo le haría más daño.

Sólo quería ayudar, pero claramente no sirvo para ello. No puedo salvar a Derek, no pude salvar a la madre de Kira, y ahora, no puedo curar a mi padre. No puedo salvar a nadie. Ese sentimiento de impotencia, de culpa... Hacía mucho que no sentía aquello. La última vez que me sentí así, de forma tan intensa... Fue... Fue en el funeral de Allison.

Black List [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora