30. Secretos y... ¡Oh, más secretos!

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30. Secretos y... Oh, ¡más secretos!

—¿Te cubrió en gasolina? —preguntó Derek, con los brazos cruzados, mirando con atención la piel y el cuerpo del oficial Parrish, el cual asintió ante la pregunta. Lydia se quedó pendiente del análisis, se encontraba entre medio de ambos hombres, como si estuviera mediando la situación.

—Es el pelo y las uñas, ¿verdad? —cuestionó mi amiga, los ojos verdes de Derek le miraron con un leve ceño fruncido—. Las partes del cuerpo que están esencialmente muertas. —agregó para hacerse entender.

—Bueno... Deberían estar muertas. —contestó él, volviendo a observar aquellas partes de Parrish. Las cuales, al igual que todo su ser, estaban sanas y salvas. Sin indicios de haberse quemado vivo.

El oficial alejó sus manos y miró con incredulidad al lobo — Me prendieron fuego. ¡Todo yo debería estar muerto! —estipuló, casi al borde de un colapso. Era entendible que Parrish estuviera así. No sólo su compañero de trabajo decidió secuestrarle y encenderle cual fogata en invierno, sino que sobrevivió a eso y no entiende cómo. El no entender es una de las peores cosas.

—No si eres como nosotros. —estableció Scott con una sonrisa cómplice, como si estuviera tratando de vender el título de hombre lobo.

Mi mejor amigo también estaba en la sala, pues Stiles le había avisado sobre lo ocurrido en la estación y creyó que era necesario estar presente. Supongo que lo relaciona con sus responsabilidades de Alfa o algo. Cuando me enteré que mi amigo también venía, pensé en que sería algo abrumador para Parrish. Además de no entender qué rayos está pasando, tienes a adolescentes (y a Derek) ahí analizándote cual bicho raro. Por esa misma razón, me dediqué a quedarme en silencio a un costado. Mirando la situación pero sin aportar comentarios para no presionar al oficial.

Siempre me cayó bien Parrish, desde que empezó como oficial para papá. Las veces que iba a la estación me saludaba con una gentil sonrisa, y siempre que necesitaba algo ahí estaba él para ayudar. Sin mencionar que debo agradecer todo lo que ha ayudado a papá, a Stiles y a Lydia. Era un buen hombre. Se notaba que se preocupaba por otros.

Por esa misma razón, me entristecía saber que su nombre estuviera en la lista negra. No sólo porque asesinos irían tras él, sino porque aquello aseguraba que no era humano. No al cien por ciento. Y el ser sobrenatural... Pues, siempre trae problemas.

El propósito de la juntada era ayudar a Parrish, descifrando qué criatura sobrenatural era (pues el hombre no parecía tener ni una idea) y explicarle sobre la lista negra.

Mi cabeza trataba de razonar, de pensar en criaturas que conozco que pudieran ser completamente inmunes al fuego. Lo único que se me ocurría eran los cíclopes, dato que aprendí por la saga de Percy Jackson. Enfoqué mis ojos en el rostro de Parrish. No, no es un cíclope. Puedo ver con claridad sus dos ojos.

—¿"Como ustedes"? —interrogó Parrish, aludiendo al comentario de Scott. No quería ni saber qué era lo que se estaba pensando el oficial respecto a esas palabras.

Scott no le respondió, el siguiente en hablar fue Derek, quien se dirigió al Alfa diciendo que no creía que fuera como ellos, es decir un hombre lobo. Lo cual, tenía sentido. Pues, los lobos no son inmunes al fuego. El incendio ocasionado por la psicótica Argent probaba aquello. Incluso Peter Hale estuvo por años en coma por sus quemaduras.

Ante el comentario de mi novio, la pelirroja se giró y cuestionó con el ceño fruncido: — ¿Entonces qué es?

—Esa es la pregunta del millón... —murmuré, atrayendo por primera vez la atención a mí. Me acerqué lentamente al grupo—. Puede ser exactamente cualquier cosa.

Black List [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora