Playlist Aristemo

Frente a dos tazas de café

Marry me Today and every day Marry me If I ever get the nerve to say "Hello" in this cafe Say you will Together can never be close enough for me Feel like I am close enough to you You wear white and I'll wear out the words I love you And you're beautiful Now that the wait is over And love and has finally shown him my way Marry me

Todos los días, la misma rutina. Así es mi vida. Soy una persona bastante predecible. Voy al mismo café todas las mañanas, pido lo mismo diario (capuchino con dos de azúcar) y un sandwich; me encamino a la escuela. Después de clases, voy a lecciones de piano, luego paso a la panadería familiar Córcega a ver a mi mamá. Llego a mi departamento y ayudo con tareas del hogar. Después de la comida, tarea y... a dormir.

Hasta cierto punto, mi vida puede verse algo aburrida, es por eso que, cuando me topo con el par de ojos más hermosos que he visto en mi vida, mi mundo se detiene y como si fuera magia, cambia por completo.

¿Quién era el dueño de tan preciosos ojos que me quitaban el sueño y me robaban el aliento? No lo sé, solo sé que quiero verlos toda mi vida.

Uno de los baristas que atienden en la mañana es algo así como un amigo para mí. Se llama José y estoy seguro de que él podría ayudarme.

-Aristóteles ¿estás loco? ¿por qué te diria el nombre del chico misterioso que se sienta todos los días en la misma mesa con una libreta y un café con leche?

-¡José! No te burles de mi, bro, agarra la onda. Es el ser más bello que he visto en mi puta vida. Necesito saber de él, conocerlo, has paro, güey.

-¿Qué chingados? Eres un stalker, Ari, me das miedo. Mira que quedarte viendo a ese chavito y saber tantas cosas de él... yo si tendría miedo.- rie.

-Ya, no seas así. ¿Ayudarás o no?

-¿No es más fácil que te le acerques un día de estos y le preguntes tú mismo?

-Es que... - suspiro- escucha, yo normalmente soy muy torpe, ahora imagíname intentando hablar con el chavo que me gusta. La voy a regar, eso es seguro. Y que pena, de seguro también se asusta y me odia. ¡O yo que sé! Las cosas podrían salir mal de mil maneras.

-Bueno y ¿cuál es tu plan? ¿Quedártele viendo como menso todas las mañanas? ¡Haz algo, Ari! – niega con la cabeza –nunca te había visto así, bueno, nunca me habías hablado de alguien que te gustara y mira que te conozco desde hace tiempo... y ahora que lo pienso, tú y yo conocemos a todos los que viven en el centro de Oaxaca, y a él nunca lo había visto. Definitivamente es nuevo en la ciudad... ¡Uuuy ya me dio curiosidad! No entiendo cómo es que a ti con tantas cosas que hay por saber de él, no te gana la intriga e insistes en no hablarle.

En eso, llegan muchas personas y José debe ir a atenderlas, dejándome con la intriga. Antes de que me vaya, me suelta el nombre, que más bien suena a apodo del dueño de mis suspiros: Temo.

Desde ese momento, la curiosidad me consumía de a poco cada día. José tenía razón, yo debía ser el que se acercara.

Pero no podía, no soy tan valiente. 

Todos los días, ese era mi propósito para la mañana: lograr vencer mis miedo e inseguridades y actuar, hablarle a Temo. Pero siempre fracasaba en el intento. Me tenía que conformar con ver al chavo de mis sueños a lo lejos en el café de siempre.

Hasta que un buen día, la suerte se puso de mi lado. ¿Ya dije que soy algo torpe? Pues esa torpeza fue la que hizo que el amor de mi vida y yo, por fin, nos conociéramos.

Me desvelé haciendo tarea, pues mis tíos necesitaron ayuda extra en la pandería familiar. Eso hizo que mis actividades diarias se retrasaran un montón.