Este amor que yo sentí cuando te ví ya está asomando
Al segundo yo sentí mi corazón late que late
Y asi fue como escapé lo que siguió fue mi rescate.
Y la vida y la vida se detuvo para siempre en tu mirada
Y tus ojos y mis ojos me dejaron como tonto hipnotizado
Y de a poco de a poquito nos buscamos un lugarcito pequeñito para amarnos
Aay que bella que es la vida, Aay me estoy enamorando
Como la luna y el mar asi soy yo tan pegaditos
Y ese día llegara y te sabrán a sol mis besos
El perfume de mi piel tendrá el olor de los cerezos
Aay que bella que es la vida, nuestro amor esta creciendo-¡No puede ser! ¡Ya es tardísimo! No voy a llegar a mi primera clase.- se paró de inmediato Temo López. Corrió al baño y en 10 minutos salió de la ducha. Después de vestirse fue a la cocina a comer algo rápido.-Si Papancho me viera, de seguro me mata y me regresa a Toluca de un zape.- y salió corriendo de su departamento en Ciudad de México.
En cinco minutos se encontraba en el metro. Eran las siete de la mañana y no cabía ni un alfiler en ningún vagón.
Por fin llegó uno vacío. Con calma entró, como no alcanzó asiento, se quedó parado y recargado en la parte lateral, iba escuchando música, iba en su mundo pensando en las miles de cosas que tendría que hacer en el día.En eso, un muchacho de su misma edad entró al vagón. Desde que lo vio hubo algo que lo hipnotizó, tanto que no podía quitarle los ojos de encima.
Aún así, dejó de verlo, no quería que pensara que era algún loco.En la siguiente estación el metro casi se vació, pero dos estaciones después se volvió a llenar. La entrada de tantas personas hizo que Aristóteles Córcega quedara frente a él. Sus ojos chocaron por un segundo, pero Temo se puso tan nervioso que quitó la mirada.
Decidió cerrar las ojos y sentir la música.
Pero, como es costumbre, el metro frenó bruscamente haciendo que Aristóteles perdiera el equilibrio casi haciéndolo caer en Temo. De hecho, sus labios quedaron muy juntos, tanto que casi chocan, de no ser por que Aris puso las dos manos en el vagón para detenerse, acorralando a Temo entre sus brazos. Los dos pudieron percibir el perfume del otro, era el olor más dulce que habían olido alguna vez.Sus ojos inevitablemente chocaron de nuevo. Quedaron en shock, nadie dijo nada, no hacía falta pues fue como si el mundo se detuviera y solo existieran ellos dos.
Es raro cómo funciona la vida o aquello que llamamos destino.Cuando el metro reanudó su marcha, por fin hablaron.
-¡Perdón, perdón!- dijo algo apenado Aristóteles.Temo sólo pudo pensar que aquella voz era la más dulce que había escuchado.
-Si, si, no te preocupes, no pasa nada.Sonrieron y se dejaron de ver.
Después, Aristóteles se tuvo que bajar. No supo cómo actuar, ¿se tendría que despedir? ¿Diría algo? Lo único que pudo hacer fue dedicar una rápida y tímida sonrisa que Temo correspondió de la misma manera.Cuando le tocó a Temo bajarse, sacudió la cabeza y regresó a su mundo. ¿Qué estaba haciendo? Necesitaba correr o si no llegaría. Y así se olvido de lo que había pasado en el metro. Pasó el día con naturalidad.
Pero al día siguiente cuando entró de nuevo en el transporte lo recordó. Una sonrisa pícara se dibujó en su cara... ¿Dónde estarás, niño bonito?
Pasaron semanas donde la vida de los dos siguieron su curso.
Hasta que de nuevo se volvieron a ver en el metro.Esta vez, no iba tan lleno, así que cuando Aristóteles subió, lo vio y le sonrió. Temo devolvió la sonrisa y desvió la mirada.
Y entonces comenzó un juego de miradas y sonrisas.
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Playlist Aristemo
FanfictionOne shots e historias cortas AU Aristemo inspirados en canciones. 'Dejemos que el destino sea el principal cómplice que nos haga coincidir una y otra vez en cualquier vida, en cualquier galaxia y bajo toda circunstancia.' *Todos los personajes perte...