Cuñados

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Quiero dedicarle esta historia a OfeliaPinedaLopez ¡feliz cumpleaños atrasado! Espero te guste. Gracias por siempre estar y leer y hacerme reír incluso cuando intento ser seria. Nunca cambies :).

También, va dedicada para eliolvecarr por siempre estar aquí, leer y comentar. sé que nunca te pierdes mis historias, ¡gracias!

Aclaración: Aristóteles y Cuauhtémoc —> 29 años
Julio, Lupita y Arquímedes —> 26 años

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Que curiosa La vida que de pronto sorprende con este loco amor
Y es que todo se acaba y termina si dejo de ser lo que soy
Bésame, no dudes ni un segundo de mi alma
Alteras mis sentidos liberas mis alas
No cabe tanto amor en esta cama si me dejaras
Que bueno es sentir que suspiro de nuevo
Que tu roce y mi roce juntos forman fuego
Delicada llama que nunca se apaga
Sin ti yo me pierdo, sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno, no entiendo el despertar

Los López eran una familia grande e inseparable, pero después de una serie de eventos no tan afortunados, a Francisco López, el jefe de familia, le nació la idea de irse lejos, lejos de Toluca.

Por esos años, Cuauhtémoc, su hijo, estaba por terminar la preparatoria. Siendo mayor de edad, tomó la decisión de no acompañar a su papá y hermanos a tan grande aventura para comenzar la suya en la Ciudad de México.

Pancho, con todo el dolor pero todo el amor que su corazón pudo sentir, lo dejó volar.

Y ahora, a sus 29 años, Temo López iba entrando a la casa de Oaxaca sólo para encontrarse con demasiadas noticias y sorpresas después de tantos años fuera.

La más grande e impactante de todas era que su hermana, Lupita, se casaría con un joven que conoció en este bello Estado.
Francisco López le daría la noticia.

Los Córcega eran otra familia bastante grande, dueños de un edificio que rentaba departamentos, lugar al que casualmente llegaron los López.
Ahí nació y creció la bella historia de amor de dos adolescentes que después de 11 años de conocerse, decidieron unir sus vidas en matrimonio.

-¡Temo! ¡Pásale, ándale! Te estábamos esperando. - decía Pancho, dándole la bienvenida más cálida a su hijo.

En realidad, ellos no habían dejado de verse por mucho tiempo. Los López seguían reuniéndose en Toluca, era su 'punto medio', por así decirlo. Sólo que Temo nunca había estado en Oaxaca.

-¡Papancho! - Se abrazaron.
Al soltarse, este inspeccionó el lugar con la mirada, sonriéndole. -¡Órale! Está muy bonito todo, me gusta lo que hiciste con este espacio; definitivamente es más bonito verlo en 'persona' que por fotos.

-Me alegra que te guste tanto, mi Temochas. Mira, ese será tu cuarto por la temporada que te quedes. Por ahí está el de Lupita y ese es de Julio. Le sigue el mío. Pero ven, siéntate, por favor, hay algo de lo que quiero hablar contigo.

-Claro, claro. ¿Qué pasa? Suena serio.

-Lo es, mijo, lo es. -su voz se cortó al tiempo que Temo se iba sentando; no estaba entendiendo mucho, sólo sabía que su papá lo necesitaba demasiado en ese momento. Tomó su mano para que pudiera sentir su apoyo y entonces el hombre continuó. -Lupita, tu hermana pequeña, bueno, ya no tan pequeña... se nos casa.

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