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Ilusiones a la orden

¡Hola! Espero estén bien.
Les dejaré esta historia pequeña de pocos capítulos que es una adaptación de la película 'Ilusiones S. A.' y después espero ya anden en mood navideño, porque yo sí y creo que ya les traeré algunas historias decembrinas. 🌚🎄
¡Los quiero!

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Odio de vos tu sonrisa ganadora
Esos ojos y tu forma de mirar
Odio de vos esos bucles De príncipe
Esa risa que es tan fresca
Tan hermoso y diferente
Odio de vos que no te odio
Ni un poquito que me gustas Y que ya no puedo mas

Había una vez un hombre con un corazón tan, pero tan grande que hizo de su vida la misión de ayudar a los demás.
Su nombre era Francisco López quien después de hacer su primera buena acción recibió una importante cantidad de dinero de una herencia así que, con recursos ilimitados y junto a su hijo, Temo López, crearon una agencia de solución de problemas al servicio de la comunidad.

Han tomado distintos casos, desde los que requieren de planes sencillos, hasta los más elaborados; todo esto en un anonimato tan hermético que sus ayudantes/trabajadores no sabían sus nombres reales; todo y todos se manejaban con códigos.

Claro que al cabo de lo tiempo, no todos estaban de acuerdo con no hablar de sus verdaderas identidades.

-¿No te cae mal que no podamos hablar de nosotros? ¿Llamarnos por nuestros verdaderos nombres? ¿Conocernos?

-No, 0702, no creo que necesitemos algo así; por algo es que no damos a conocer nuestra verdadera identidad, por seguridad.

-Pues yo no estoy de acuerdo, yo necesito amigos, quiero poder contarles mis problemas... es más, ¿sabías que mi nombre verdadero es Diego Ortega? Sí, como lo oyes; Ortega como el político que te cumple de corazón...

-¡0702! ¡¿Cómo te atreves a faltar así a las reglas?!

-¿Qué tiene? A ver, dime, ¿Cuántas personas se han enamorado de algún Diego? ¿Cuántos libros han sido escritos por Diego? ¿Cuántos árboles han sido plantados por Diego? ¡Muchos! ¡Demasiados! En cambio, nadie en esta vida ha dicho '0702 estoy tan enamorado de ti'. ¡Nadie!

Temo iba entrando a la oficina y logró escuchar un poco de aquella conversación.

-Buenas tardes... les recuerdo cuál es nuestra causa: hacer sonreír al alma; convertir los sueños en una realidad. Así que, por la causa, dejemos de hablar de nosotros y pongamos atención. Tenemos una nueva misión.- sacó un periódico al tiempo que Pancho López llegaba con dos personas más. -Léanlo por favor.

Aquel papel decía

Barco naufraga y nadie sobrevive

-Bueno... No entiendo... ¿qué tenemos que hacer?

Pancho tomó la palabra -El señor Balboa, aquí presente, nos va explicar un poco la historia. Él es un hombre muy respetable y trabajador. Ama tanto a su esposa, pero, por alguna razón, inventó a un nieto bueno y considerado. Por favor, continúe.

Un señor de tal vez unos 60 años estaba frente a todos. Se veía algo cansado y quizá un poco triste y apenado. Carraspeó un poco para tomar valor y poder contar su historia.

-Mi nieto, Cuauhtémoc Balboa, fue el hijo de mi única hija, Martha. Ella y su esposo murieron en un trágico accidente dejándonos a mi esposa y a mi como tutores responsables del entonces bebé. Lo criamos con todo el amor que pudimos, pero ya saben lo que se dice 'árbol que nace torcido...' pues... me duele recordarlo pero, cuando él tenía 15 años lo atrapé robando las joyas de la abuela. Le pregunté por qué lo estaba haciendo y sin ningún remordimiento me dijo que tenía que saldar unas deudas y quería seguir apostando. No me quedó más remedio que correrlo de la casa. La abuela casi se me muere de tristeza por la ausencia del único nieto nuestro. Fue por eso que comencé a enviar cartas a nombre de Cuauhtémoc. Lo hice el hombre de bien que debía de haber sido, un chico que viajó de México a Canadá a España. Un arquitecto respetable y exitoso y un esposo ejemplar; compañero de aventuras de Aristóteles. Un matrimonio envidiable.