Robbers y Lover fueron los más votados, así k aquí esta(:
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-Ni siquiera se porque me dolió tanto-susurró mientras le daba una mordida a un pastelillo que robó de la cocina.
El moreno suspiró.
-Acepto que Luke puede ser muy sincero y la mayor parte de las veces no mide la gravedad de sus palabras, pero, en su defensa, así nos criaron a nosotros Delilah, damos nuestra opinión de forma que a ustedes, la gente rica y con clase lo toman muy a pecho, como si quisiesemos hacerles daño, estoy seguro de que Luke no quería lastimar tus sentimientos Delilah-finalizó para darle una mordida al pastelillo de chocolate que Delilah le obsequió.
La rubia suspiró profundamente, tirándose hacia atrás, quedando recostada en el pasto.
-¿Y qué me dices de esas cosas que le dijo a su novia?-preguntó triste, Richard la miró curioso.
-¿Qué?-preguntó confundido.
-Dijo que yo era vacía, y que solo me importan las joyas y el dinero, practicamente dijo que soy una tonta y que es aburrido estar conmigo porque no tiene nada de que hablar-susurró, mirándo fijamente a las blancas nubes.
-Vaya-murmuró Richard sorprendido.-No...no tenía idea de eso Lilah-susurró.
La chica se encogió de hombros.
-Supongo que así será todo más fácil-dijo haciendo una mueca.
-Define todo-dijo el moreno con ojos entrecerrados, Delilah rodó los ojos divertida.
-La boda, saber que nunca voy a estar con él, darme la oportunidad para conocer nuevos chicos...u hombres que mi padre apruebe, intentar sentir algo por ellos para no vivir amargada e infeliz por el resto de mi vida-murmuró con ojos tristes sin dejar de mirar atentamente el cielo.
-Eso apesta Delilah-dijo sincero Richard, robándole una ligera risa a la rizada.
-Ya lo sé-susurró-Pero es el precio para vivir con los lujos con los que fui criada.
Richard la miró con una mueca.
-Lilah, ¿en serio vas a cambiar tu felicidad por unos diamantes y unos bonitos vestidos?-preguntó, la menor se encogió de hombros.
-¿Qué es una mujer sin esas cosas ah?-murmuró
-Una mujer feliz-dijo serio, la rubia negó lentamente.
-Mi madre y mi padre me enseñaron a ser feliz a base del dinero y prestigio de mi familia, no..-suspiró-No sabría como ser feliz sin todas las cosas que adoro.
-Mis padres me enseñaron a ser feliz con lo que tengo y con el amor, sobre todo-dijo el chico, Delilah le sonrió tristemente.
-Eso es porque tus padres te quieren-dijo sincera.
-Tus padres te quieren, Delilah-dijo el chico, la nombrada negó.
-Nunca he visto a un sirviente golpear a su familia, ni obligar a sus hijas a casarse con hombres mayores-dijo bromista, aunque era claro que encubría el dolor que eso le provocaba.
-Deberías considerar lo que Luke dijo-murmuró Richard levantándose de su lugar junto a Delilah-Yo debo volver a trabajar, pero me ha gustado este rato que hemos pasado juntos.
-A mi también Richie-dijo con una dulce sonrisa que el nombrado regresó.-Espero podamos volver a pasar un buen rato otro día de estos-dijo con sinceridad.
-Claro, me encantaría, ahora, saca ese librito y dibuja un poco, yo debo ir al pueblo-dijo comenzando a alejarse, Delilah se despidió de él con un movimiento de mano, hasta que ya no pudo ver su cuerpo en la lejanía.
Suspiró nuevamente,cerrando los ojos.
El día de mañana, a primera hora del día, la costurera volvería para continuar con su vestido de novia.
Incluso estando a tres pueblos de distancia, sus padres se las arreglaban para hacerla sentirse triste y similar a un objeto.
Los odiaba a veces, pero siempre terminaba llegando a la conclusión de que no puede odiar a sus padres, porque son su familia y le enseñaron a que las únicas personas que debería amar en toda su vida debían ser parte de su familia.
Abrió los ojos nuevamente y miró alrededor.
No había nadie y aún había bastante luz para ser las 7:40pm.
Y sabía que el lago se miraba muy refrescante para esa noche tan calurosa.
Tomó su 'diario' y comenzó a caminar hacia el lago tranquilamente, ella y Richard fueron a comer los pastelillos hasta una parte muy oculta del bosque que si, también se había convertido en propiedad de su padre.
Se detuvo debajo de un árbol, mirando fijamente los frutos del mismo.
Adoraba los mangos, así que subiendo su pie sobre una piedra un poco sobresalida del piso, se estiró para intentar alcanzar uno de ellos.
Cinco intentos después, al fin cortó uno lo miró con una sonrisa y continuó con su caminata al lago, sin pelar su mango, pues quería enjuagarlo.
Mientras caminaba tarareando una canción que ella acababa de inventarse escuchó voces que provenían del lugar al que se dirigía, frunció el ceño, preparándose para gritar tan fuerte que la escucharan por todo el recinto con el miedo de que fuera algún ladrón se escondió detrás del grueso tronco de un árbol viejo, asomándose ligeramente.
Arrugó aún más su frente al ver a Luke junto a la sirvienta que limpiaba su habitación, compartiendo besos mientras él cargaba una botella de color oscuro en su mano.
El rubio cayó de espaldas contra la tierra y comenzó a reír de forma ruidosa.
-Shhh, nos van a escuchar-dijo la chica, sentándose a horcajadas sobre los muslos de Luke, levantando su vestido.
Delilah abrió los ojos y la boca totalmente sorprendida, nunca, en su corta vida había visto a una chica sentarse así sobre un chico y realmente pensaba que eso era malo, muy, muy malo.
Luke solo rió nuevamente.-Lo siento-dijo hipando, Delilah levantó una ceja, así se escuchaba el día que tomó vino con ella, solo que ahora se escuchaba peor.
La sirvienta y Luke comenzaron a besarse ferozmente y a pesar de que Delilah lo quería más que nada, no podía apartar su vista de ellos, sintiendo un dolor horrible en el pecho pues podía ver perfectamente como Luke estaba manoseando a la chica por encima del vestido, le estaba tocando los pechos.
Los pechos, esa zona tan íntima en el cuerpo de una mujer.
Sus ojos se cristalizaron al ver como él le desabrochaba el corsé y ella sacaba la camisa de Luke de sus pantalones.
No pudo seguir viendo más cuando Luke dejó su pecho desnudo al aire mientras ella se lo besaba.
Tenía ganas de vomitar, pero no podía hacerlo, porque la escucharían.
Y la verían llorar como si le hubiesen enterrado una espada en el estomago.
Se quedó la siguiente hora llorando silenciosamente mientras escuchaba los jadeos, gemidos y besos húmedos que aquellos dos compartían.
El dolor que sentía era indescriptible, nunca antes lo había sentido y tenía por seguro que no quería sentirlo de nuevo.
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Chale Luke, la cagaste.
K opinan
No puedo evitar hacer a Luke pendejo, porque es lo que es asiesasies
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Lover 🌻 EN EDICIÓN
RomanceTERMINADA | EN EDICIÓN HASTA NUEVO AVISO Esta historia comenzó en el invierno del año 1809, con dos niños que vivían vidas totalmente diferentes a pesar de residir en el mismo lugar. Una era la hija de uno de los hombres más ricos de suiza y el otro...