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Delilah corrió lo más rápido que pudo hasta la entrada a la enorme villa de su padre, aún estaba descalza por lo que sentía el pasto debajo de sus pies, estaba un poco húmedo.

El recinto completo estaba a oscuras, eso le causaba algo de miedo, pues además de la luz de la luna, no había absolutamente nada que le permitiera mirar a su alrededor.

Ya encontrándose a cien metros de su libertad no podía importarle menos que solo se distinguieran sombras.

Fue imposible que una enorme sonrisa no se formara en sus labios cuando pudo tocar la cerca con sus propias manos.

Cerró los ojos, inspirando ese olor tan característico de ese lugar, olía a flores, césped y tierra mojada, también había un ligero olor a paja fresca y a neblina.

Se permitió mirar por una última vez el lugar que en un momento fue su hogar, en lugar en el que nació y creció, donde conoció a su primer y único amor, donde sufrió tanto y celebró también, lugar en el que se despedía permanentemente de su familia y su buen amigo de infancia, ese lugar había sido tanto un infierno como un paraíso para ella y finalmente podía decir que se iba.

Con una sonrisa un poco más triste, comenzó a caminar hasta el lugar que había acordado con Luke.

Sus sentimientos eran agridulces, por un lado estaba triste por dejar a su familia sin si quiera despedirse, pero por el otro lado estaba tan feliz que podría brincar de alegría, pues por primera vez en su vida haría algo que ella quería hacer.

Se sentía bien dejar ese peso caer finalmente de sus hombros, vivió tantos años actuando como se le ordenaba, haciendo las cosas que se le imponían, que simplemente se sentía como una bocanada de aire fresco librarse de toda esa reprensión que sintió.

Caminando rápidamente y manteniéndose alerta, llegó hasta aquel tronco caído, donde una figura masculina descansaba su peso.

-Luke.-susurró sonriente, corriendo hacia él.

El mayor respondió la sonrisa, tomándola por la cintura para cargarla hasta su altura.

-Lilah.-susurró agradecido.-Por un momento creí que te habían descubierto.-se sinceró, dejándola de pie sobre sus propios pies.

Delilah se paró de puntitas lo suficiente como para dejar un beso sobre su mejilla.

-Mi madre esperaba por mi en la cocina.-Luke la miró sorprendido.

-¿Qué como se ent...-la dulce voz de Delilah lo interrumpió.

-Nos escuchó hablando en mi habitación.-respondió, sentándose sobre el tronco, comenzando a calzarse los zapatos.

-¿Y no dijo nada?-estaba confundido, sorprendido y extrañado.

-Me ha deseado una linda vida a tu lado.-murmuró, saltando sobre la tierra, ahora con sus zapatos puestos.

Luke elevó las cejas, abriendo levemente su boca.

-Vaya, ciertamente nunca lo hubiera esperado.-la menor asintió.

-Lo se, también me ha sorprendido.-respondió comenzando a caminar, con Luke siguiéndola a su lado.

-Me contaras la historia completa en cuanto estemos en el tren ¿está bien?

Lover 🌻 EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora