Lover 🌻 EN EDICIÓN

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Luke y Delilah caminaban tomados de la mano en su camino por el bello pueblo hasta llegar al 'local' de compra y venta de propiedades.

Aún llevaban sus respectivos bolsos de tela con su equipaje dentro, llamando la atención de unos pocos pueblerinos, pero era solo porque sus rostros no les eran conocidos, en ese pueblo todo el mundo se conocía.

Luke le abrió la puerta del lugar a la menor, dándole un beso en la frente en cuanto ella se adentró al local, que se parecía al recibidor de su antigua casa, solo que unas siete veces más pequeño.

-Buenas tardes, ¿en que puedo ayudarles?-preguntó una mujer sentada en los sillones de la sala de espera, con otras dos mujeres más.

Estaban bebiendo té.

-Buenas tardes.-saludó a las tres Luke.-Estamos interesados en comprar una propiedad en el pueblo, leímos un par de anuncios en el periódico.-murmuró, balanceando su mano de adelante hacia atrás.

Delilah solo lo miró con una sonrisa dulce, por alguna razón amaba que siempre hablaba en plural, lo mejor era que era cierto.

Habían hecho todo juntos, habían dado sus opiniones y llegaron a una conclusión en la que ambos estuvieron de acuerdo.

-Oh claro, discúlpenme un minuto.-murmuró cabizbaja caminando hacia una oficina sin puerta que no habían notado hasta ese momento.

En cuanto se alejó un incómodo silencio se formó en la sala de espera, pues las mujeres incómodas de continuar hablando de tonterías frente a un hombre fingieron estar demasiado ocupadas en beber su té.

Aunque se escuchaba a la perfección como la mujer le comunicaba al dueño del lugar que tenía clientes, era como si estuvieran justo a un lado de ellos.

-Mi amor, ¿quieres que cargue tu bolso?-preguntó, acariciando un mechón de cabello de la menor, quien negó sonriente.-¿Segura?

-Segura.-respondió picando su mejilla.

-El señor Cornell les pide que pasen.-murmuró la desconocida en cuanto salió de la supuesta oficina.-¿Gustan té, café?

-No gracias.-murmuró Delilah.

-¿Y usted señor?-preguntó sin mirarlo a los ojos.

-Estoy bien, muchas gracias.-murmuró, comenzando a caminar hacia la oficina.

Ambos adolescentes se sentaron frente al hombre de tal vez unos cuarenta años.

-Buenas tardes, ¿En que puedo ayudarles?

-Vimos este anuncio en el periódico.-murmuró Luke dejando la hoja de papel en el escritorio.

-Ya veo...busca una granja.-ambos asintieron, aunque el solo miraba a Luke.-Bueno, tengo unas tres disponibles a las afueras del pueblo, dos son algo económicas, sin embargo la de este anuncio tiene un precio muy superior.

-¿Cuál es el motivo?-preguntó Luke interesado.

-Pues equivale al terreno de ambas granjas, además de que los anteriores dueños construyeron una casa enorme, oh, y al precio se suma el de los caballos pura sangre de los dueños, que son los únicos animales que poseían.