Vainilla Y Otras historias

La Madre de Las Batallas (Parte 6)

Owen se sentó con la taza de café en medio del trailer silencioso y oscuro. Faltaban más de dos horas para empezar su turno en la granja proteccionista pero ya no iba lograr dormir. Los rasguños de los antebrazos le ardían tanto como la ausencia de Claire. A veces, cuando extrañarla era tan fatal volvía a pensar porque la había dejado y el orgullo se anteponía a la tristeza.
El humo de la taza se elevó en la penumbra como el reflejo del paso lento del tiempo. Cerró los ojos, trazo cuentas mentales tratando de anticipar el futuro y estuvo a punto de escribirle para contarle de su nuevo trabajo y de lo difícil que era pero se recordó que apenas había pasado una semana y todavía estaría enojada por haberse ido sin despedirse. La granja de resocialización de animales no era un refugio común. En su mayoría los perros que llegaban estaban bastante maltratados tanto física como emocionalmente y tenían tendencias agresivas que solían llevar al limite su capacidad de contención. Llevaba marcas en los brazos y las piernas pero valía la pena recuperar la confianza en las miradas de los perros, era una algo incomparable. Necesitaba tanto compartir lo que le pasaba con Claire que una sensación de desesperación inundo su pecho.
Abrió los párpados y le pareció verla bajo las sábanas revueltas de la cama. Esa ilusión le recordó porque había decidido irse sin despertarla. De haberlo hecho, la súplica escondida en su mirada lo habría retenido. 
Trato de recordar cómo se sentía antes de Claire. No logro reconocerse en el recuerdo del hombre que pasaba varias noches a la semana con mujeres diferentes. Incapaz de sentir nada más profundo que el placer de su satisfacción más primitiva. Ninguna experiencia por sexualmente importante o atrevida se había grabado en su cuerpo o en su memoria como lo había hecho Claire Dearing. Lo aterraba la dependencia que lo atravesaba y extrañarla se hizo insoportable. El recuerdo de su sonrisa, de sus manos y de su cuerpo se habían materializado en medio del tráiler vacío. Terminó el café por inercia y escribió  rápidamente  sobre la pantalla del celular "Te extraño". Se levantó para caminar alrededor de la mesa como un autómata hasta esperar la respuesta mientras amanecía.