El Llamado (4 parte)

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Owen preparo una segunda taza de café negro y se apoyó en el respaldo de la cama, intentando evitar que Claire se despertará. La miró y sintió una melancolía extraña en el pecho similar a la que había experimentado debajo del agua. Apuró un sorbo de café deseando mirarla toda la vida y eliminar de su mente ese hechizo de despedida que lo atrapaba.
En la mano derecha de Claire estaba su celular con la pantalla iluminada. Se lo sacó con suavidad y observó que el navegador estaba abierto sobre un blog que hablaba sobre los avistamientos que había hablado el guardabosques McKenzie.
"... Escuché un llanto de mujer..."
"...algo me impidió salir del agua..."
"...Tenía problemas para dormir y si lo hacía la sentía..."
Owen apenas respiraba concentrado en los distintos testimonios del blog y se sobresaltó cuando Claire le tocó la mejilla.
-Lo...me...me sorprendí...lo...siento- murmuró Owen de forma extraña. Claire se incorporó con preocupación y busco su mirada. 
-Owen?...que...algo te pasa?...
Owen volvió a tomar café antes de contestarle -No...nada...de verdad- aseguró y terminó la tasa demasiado rápido.
-Café negro?...antes de dormir?...nunca tomas café por las noches. Nunca- aseguró Claire mientras se sentaba en sus piernas para obligarlo a verla a los ojos.
Owen rehuyó una vez más su mirada, incómodo y algo avergonzado. Claire detuvo su barbilla con un poco más de fuerza de la debida pero lentamente la sujeción se volvió caricia.
-Owen...-
-Es...no...
-Qué?
-Ehhh...Ni yo estoy seguro...-comenzó a decir Owen- es algo...me pasa algo...
Claire se acercó a él estudiando las líneas marcadas de  su frente -Que es?- le preguntó casi susurrante sintiendo el abismo del miedo en la boca del estómago.
-Creo...creo que es el fantasma...
Claire esperó unos segundos, convencida de que se trataba de una broma pero no encontró el dibujo de la sonrisa en los contornos de los labios de Owen y estiró sus manos para atraerlo hacia su pecho.
-Owen no...no es posible...es una leyenda...es el estrés... parte de la tensión de lo que pasó en la isla está volviendo y...
-No. Te juro que no...
-Owen -suspiro- en menos de dos meses pasamos tantas cosas que finalmente tu cuerpo está procesando todo...
Owen negó lentamente estrechando sus brazos alrededor de Claire habló con un miedo profundo.
-Es...es un llamado...un llanto...que me impulsa...-Owen se hundió en el hueco de su cuello- es una mujer Claire...lo puedo sentir y si duermo me llama...y...y no puedo dejar de buscarla.
Claire sintió la leve presencia de los celos pero la reacción temerosa de Owen le inspiraban un sentido de protección casi maternal  -Necesitas dormir un poco...
-No quiero.
-Tenes que hacerlo -Claire dejo de abrazarlo, acomodó las almohadas hasta recostarse se 
sobre el respaldo de la cama. Volvió a abrazar a Owen como si se tratará de niño pequeño. Luchó brevemente con su resistencia hasta obligarlo a apoyar su cabeza en su pecho.
El cansancio era tal que apenas Owen rozó con su mejilla el esternón de Claire cerró los ojos vencidos dejando que las caricias sobre su cabello lo hundieron en el sueño.

El llanto. Otra vez el quejido doloroso y a la vez magnético de esa vos profunda de mujer. Owen se retorció y estrechó sus brazos alrededor de la cintura de Claire sin despertarla. Esta vez sus pupilas se abrieron dentro del sueño y logro ver la expresión atormentada de la mujer. Su belleza estaba suspendida en el aire, como si la textura del agua hubiese pasado a su esencia volviéndola una onda etérea y tétrica. Volvió a llamarlo y el instinto por escucharla lucho unos minutos con la sensación verdadera de la piel de Claire en sus manos. Se desprendió de ella con una pena profunda y se incorporó perdido entre el sueño y el despertar. El llamado era más agudo, más insistente, más constante. Salió del trailer descalzo y apenas vestido con un pantalón y una remera. El frío de la madrugada le erizó la piel y con los ojos vacíos sus pasos se dirigieron al lago. 
Claire despertó sobresaltada cuando el frío de la noche toco su pecho revelando la ausencia de Owen. Apenas logró ponerse las botas sin abrochar cuando la brisa que entraba a través de la puerta abierta le hizo saber que Owen había salido del trailer. Comenzó a correr sin pensar que no tenía linterna y ni siquiera estaba del todo vestida. La remera enorme de Owen era un abrigo pobre para el frío de la madrugada. En algún momento frenó su carrera para recobrar el aliento y gritar su nombre pero el silencio se mezclaba con los ruidos de la naturaleza ajenos a su desesperación. Siguió caminando casi a tientas, cada vez más rápido, cada vez más desesperada.
-Owen!...Owen!
Se detuvo para concertar la atención en el más mínimo registro sonoro y le pareció escuchar el crujido continuo de unos pasos que volvieron a reiniciar  su búsqueda 
-Owen!
Claire se paralizó cuando lo vio caminar lentamente hacia las aguas del lago helado -Owen!!- gritó con todas sus fuerzas pero no logro detenerlo.
Owen sintió el dolor del frío en la piel hundiéndose irreversible en la carne como un cuchillo. Una caricia helada se elevó a través de su pecho y le comprimió el cuello con una dulzura tétrica.
Claire apenas vio la estela circular en el lago se sacó las botas y tiritando de frío corrió hacia el lago.
El aliento se cristalizó una última vez antes de que sumergiera en el frío oscuro del agua. El estertor helado le aceleró el corazón y abrió los ojos para intentar ver en la sinuosa realidad sumergida. Un brillo pálido llamó su atención e intento regular el esfuerzo de nadar cuando vio la silueta de Owen detenida en lo profundo.
Claire notó que sus brazos se cansaban con rapidez presos en una resistencia extraña. Cerró los ojos para alejar la desesperación y continuó nadando hasta llegar exhausta hasta Owen. Rozó su espalda y la rigidez de su postura no se modificó, cuando rodeo su cuerpo el aire de sus pulmones salió despedido a causa del miedo. La traslúcida presencia de una mujer rubia se enlazaba al cuello de Owen con una mirada encantadoramente muerta. 
Claire intentó acercarse y los ojos vacíos y negros del espectro la paralizaron de miedo. La falta de aire se combinó con la adrenalina en su sangre y sus brazos recobraron fuerzas. Se quedó suspendida detrás de Owen y extendió las manos para tocarle el cuello. Su piel helada se contrajo bajo la presencia de sus dedos y lentamente se volvió a verla. Sus ojos helados recuperaron el brillo y nado hacia ella para abrazarla. 
El agua alrededor de ambos se volvió turbia, aún más helada y espesa. Un sonido profundo se amplifico en el líquido de forma ensordecedora, Owen tomo los hombros de Claire e intento nadar hacia la superficie. El impulso apenas los elevó unos centímetros cuando una fuerza Empujó a Claire hacia abajo, obligándola a luchar. Owen volvió hacia ella e intento sostenerla entre sus brazos cuando 
Otro tirón la empujó hacia abajo y las pocas reservas de aire salieron de su cuerpo irremediablemente. Su mirada se opacó de pronto y con desesperación Owen tiró de sus brazos una última vez para comprobar que su cuerpo había quedado inerte apoyado en su pecho. Nado con fuerza, sintiendo que cada segundo helado pasaba con una lentitud aterradora. Le pareció escuchar de nuevo el llamado y estrujó a Claire en sus brazos hasta llegar a la superficie.
Él cuerpo de Claire le pareció espantosamente liviano. La apoyó en la tierra y acarició su rostro. La piel pálida y los labios azules encendieron sus lágrimas internas.
Apoyó sus labios cerca de los de Claire para comprobar con horror que ya no respiraba.
Las manos unidas sobre el esternón, tres bombeos, insuflar tres veces. Sabía el proceso, conocía el protocolo y lo repetía con eficiencia. Cuando dejó de perder la cuenta de cuántas secuencias se sucedieron sin lograr hacerla reaccionar comenzó a llorar.
-Uno...dos...tres...vamos...vamos- suplicó sintiendo que la garganta se le cerraba a causa de las lágrimas.
-Uno...dos...tres...Claire por dios!...
Sobre el camino la linterna errante del guardabosque se abrió camino en la oscuridad. 
-Mi dios!- suspiró Makenzie y se quitó el sombrero al accionar su radio -Necesito una ambulancia con urgencia para la entrada norte del lago. Urgente!.
-Uno...dos... tres...amor por favor!
Owen siguió con las maniobras pero ya no tenía fuerzas para hablar en vos alta, las lágrimas habían anegado las palabras.
El guardabosque apoyó la mano en su hombro para intentar disuadirlo y por un segundo Owen se quedó paralizado mirando a Claire. Se secó las lágrimas con furia y retomó el rcp.
-Uno...Claire amor...por favor... necesito que vuelvas...
-Uno...dos...tres...
Cuando ya no logro contar por las lágrimas y la tristeza, Claire abrió los ojos desesperada y tosió el agua atrapada en sus pulmones. 

-Hijo?!...vamos... tenés que dejar que la revisen los médicos...- dijo el guardabosques intentando que Owen soltara a Claire para que los médicos la viesen, la tenía abrazada contra su pecho intentando contar una y otra vez los latidos de su corazón.
-Ooo... Owen- susurró Claire adormilada  levantando la vista lentamente -Owen, estoy bien...van a ser solo unos minutos- le dijo recorriendo con la punta de los dedos el contorno de sus labios.
Owen parpadeó en parte cansado, en parte desconcertado y una débil sonrisa acompañó un asentimiento del que se arrepintió en el instante en que dejó sus brazos.
-Hijo tranquilo -le dijo Makenzie alcanzándole una manta. Se sentó frente a él intentando atraer su atención que estaba fija en Claire.
-Que fue lo que pasó?- pregunto el guardabosques abriendo un termo con café caliente.
Owen aceptó la taza y se refregó los ojos -No...no estoy muy seguro...
El guardabosques miró el borde del lago entrecerrando los ojos con desconfianza -Sos el primero que sale del agua vivo...-apuro el café con resignación- John Rubisntein no tuvo la misma suerte el otoño pasado...
-Es...no puede ser...es imposible -Owen respiró profundamente- pero está ahí -señalo el lago- es... aterrador
El guardabosques se acurrucó en su abrigo. De pronto sintió que el frío se hizo más profundo -Lo sé...la he visto hijo...pero yo ya no tengo la edad para ella...
Owen sostuvo su mirada, identificado con la sensación de espanto de haber visto lo imposible.
Claire bajo de la ambulancia y se quedó de pie envuelta en una manta. Por una fracción de segundo Owen tuvo la sensación de haber vuelto en el tiempo y estar de nuevo en el hangar de la isla Nublar. Se levantó, dejando el abrigo y el café, olvidando todo a su alrededor y dejándose llevar por la necesidad de protegerla. Intento escuchar, las indicaciones y las recomendaciones médicas en medio del alivio de tenerla de nuevo en sus brazos.

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