Cuestiones De Trabajo

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Cuestiones de Trabajo

Claire se quedó paralizada en el umbral de la puerta con el teléfono en la mano. Owen se estaba abrigando para llevar a Zack y a Gray al colegio. Cuando la vio, tan pálida y los hombros rectos de tensión, sintió miedo.
-Quieren que vuelva...Masrani tiene un puesto en para mí en San Diego...- susurró Claire y abrazó a Owen desorientada.
-Que querés hacer?
-No se...no se hacer otra cosa Owen... Quién me va a contratar después de lo que pasó? Quizás sea la última oportunidad.
Owen se apartó y la miró a los ojos -Cuando tenes que estar?.
-Cuanto antes...- respondió Claire y desvío la mirada con preocupación.

Karen se abrazó a Claire llorando de la misma forma que cuando se vieron después del incidente de la indominux en el hangar. 
Zack y Gray se despidieron de Owen con miles de futuros encuentros de Playstation y sin parecer tan emotivos como su madre y su tía.
Karen despidió a Owen, estuvo a Punto de decirle algo pero se arrepintió en el último segundo. Los había observado mucho durante el tiempo que pasaron en su casa para saber que estaban enamorados. Solo restaba rezar para que no se mataran el uno al otro por la diferencia de personalidades.

Uno de los puntos en el contrato de Claire Dearing había sido un departamento en la Ciudad se San Diego, cerca de las oficinas regionales de Masrani INC. El Punto había sido incluido por Simón personalmente cómo un reconocimiento al trabajo arduo de su empleada.
El departamento era absolutamente  diferente a lo que Owen hubiese imaginado. Era colorido y cálido, llenó de detalles campestres.
-No te gusta?- le preguntó Claire con timidez.
Owen se volvió sonriendo -Es diferente a lo que me imaginaba...
-No tiene tanto blanco -ironizo Claire mientras revisaba los mensajes en el celular- parece que no pueden esperar...
Apenas terminó de pronunciar las palabras el timbre sonó.
Un hombre de casi cuarenta años estrecho su mano sonriendo -Soy Michael Harris, abogado de Masrani INC. Encantado.
Claire lo invito a pasar y cuando los ojos del abogado se toparon con Owen un gesto incómodo invadió sus modales.
-Lo siento, pensé que estaba sola...-
-Sr. Harris el es Owen Grady mí novio- dijo Claire con cortesía.
Owen se la quedó mirando unos instantes ante la presentación que le había brindado y estrecho la mano del abogado con cordialidad.
-Voy a terminar de acomodar las cosas, los dejo- se disculpó Owen y se dispuso a investigar el resto de la casa en tanto les daba espacio para hablar de trabajo.

-No es exactamente así pero si, volvió a ser la misma- dijo Owen apoyando la cabeza en el respaldo del sofá de Barry. 
Una de las pocas ventajas de haber vuelto a San Diego era tener a su amigo para escapar del hastío y la soledad de la casa Claire. 
En menos de un mes los viejos hábitos de la manager de Mundo Jurassico habían regresado. La estricta y ocupada agenda de trabajo, el silencio continuó, la rispidez en su trato y el constante mal humor. 
Las reuniones con Harris eran una constante al menos tres o cuatro veces por semana y Owen se sentía tan fuera de lugar que intentaba cruzarse lo menos posible con Claire, apenas podía abrazarla por las noches y sentir por un rato que las cosas no habían cambiado.
-Es en serio lo del trabajo?- le preguntó a Barry con la esperanza de mantener la cabeza ocupada y evitar pensar en ella.
-Sí. De verdad. Mañana puedo coordinar la entrevista con Julia la responsable y no creo que haya problemas.
-Un trabajo es lo que necesito- aseguró Owen.

Claire llegó a su casa pasadas las doce de la noche. El silencio le anticipo que estaba sola. No esperaba menos después de las semanas que paso intentando procesar la naturaleza de su nuevo trabajo. Estaban desarmando el grupo de empresas de Masrani y ella era la encargada de comunicar los despidos y las fusiones y también tenía que resolver personalmente los casos de las víctimas del parque.
Harris se había comportado como un encantador de serpientes convenciéndola de que resolver cada eslabón de las negociaciones impulsaría nuevamente su carrera cuando lo único que hacía era poner la cara en el peor momento.
Cerró los ojos con la esperanza de detener las lágrimas, no tenía fuerzas para contarle a Owen lo que estaba atravesando y tampoco quería hacerlo. Pensaba que afrontar ese horrendo trabajo era parte de un proceso de expiación de la culpa.
No estaba dormida cuando Owen se acostó a su lado y volvió a llorar cuando no la abrazó. Quizás perderlo era parte de lo que "merecía".

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