Después de Medianoche

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Charlie hablaba con Claire con auténtica soltura. Era algo inusual en él, verlo interactuar con alguien con tanta naturalidad. 
Emily los observaba intrigada -Increíble- le dijo a Owen.
-Mmm no tanto. Están hablando de trabajo. Son tal para cual- le respondió mientras intercambió una mirada sonriente con Claire que estaba disfrutando la pasión con la que Charlie había armado su negocio de cabañas de medio tiempo.
-Le tenés que decir...es una chica especial- comenzó a decir Emily pero Owen la interrumpió muy serio.
-Es muy especial. Por eso la traje...pero si le digo...no sé qué podría pasar.
Emily lo miró con preocupación y siguió maravillada de ver a su marido charlar abiertamente.
-Va a intentar venderte un tiempo compartido- dijo Owen con tranquilidad mientras seguía cenando. Claire giro sus ojos hacia atrás y negó divertida -Para nada. Es un negocio más que interesante!
Charlie miró a Emily con orgullo -Creo que es la primera vez que Owen trae a alguien tan inteligente y agradable.
Emily levantó la copa -Absolutamente.
Owen se tapó los ojos con vergüenza -Si no fueran mis AMIGOS, tendría que levantarme e irme.
Claire sonrió un poco perdida en medio de la charla pero agradeció que todo ese intercambio divertido la alejara del recuerdo del acoso de la prensa y el recuerdo de las víctimas que había padecido aquella tarde.
Se despidieron de Emily y Charlie y cuando emprendían el camino a la cabaña una mujer rubia les cortó el paso.
-Owen? No sabía que estabas- le dijo en tanto se acercaba a besarlo y por una fracción de segundo, a  Claire le pareció que iba a hacerlo en la boca.
-Hola Lisa...si vine por unos días...estamos de vacaciones- comenzó a explicar Owen mientras tomaba de la mano a Claire- ella es mi amiga Claire.
Lisa la observó detenidamente mientras susurraba la palabra "amiga" como si se tratase de una broma. 
-Lo siento pero estamos un poco agotados. Nos vemos- se despidió  Owen de forma cortante, dando por terminado el encuentro y abrazando a Claire camino a la cabaña.
Owen se aclaró la garganta -Lisa...la conocí hace mucho tiempo...antes de enrolarme en la marina...fuimos amigos...hace mucho...
-Ahora yo soy tu amiga?.
-Si!...No...-Owen se puso nervioso. No sabía que responder y en un punto esa suerte de tortura divirtió a Claire. Cuando intentó besarla ella lo evadió y le recordó que era su amiga.
-Claire No!...lo siento- intentó justificarse sin darse cuenta de que ella se reía dándole la espalda -Ehhh quería decirle que sos "mi novia"…pero no lo hablamos…entonces…no quiero presionarte
De pronto las palabras de Owen opacaron la sonrisa de Claire que se volvió y busco sus ojos -Tu novia?...En serio?-
Él la miró con miedo y asintió de forma tan lenta que el tiempo se detuvo.
Cuando Claire lo besó dejo de sentir ese temor persistente, paralizante y prácticamente la levantó en brazos de la felicidad.

El cielo de la madrugada estaba tan iluminado por la luna que, sumado al insomnio, impulsan a Claire a salir de la cama. Se movió lentamente, eludiendo los brazos de Owen que la aferraban para dormir. Aun dormido se disgustó de su ausencia y por un breve lapso de tiempo dudo en levantarse.  Ese abrazo nocturno, esa necesidad de saber que estaba allí siempre le había llamado la atención. Y siempre tenía la impresión de que Owen conciliaba el sueño suspendido en el perfume de vainilla que tanto lo obsesionaba. Era un gesto tan íntimo que aun la sonrojaba. Se inclinó y acaricio su frente. Volvió a dudar de sí misma.
No iba a despertarlo para contarle que está vez no había padecido una pesadilla sino que había soñado con Zara, su asistente. La había visto con su traje de bodas hecho trizas, con la punta de los zapatos manchados de sangre y una mirada vacía y triste.
Claire secó sus lágrimas mientras se vestía con la camisa de Owen y se envolvía en una manta para salir de la cabaña y ver el cielo.
Creía que quizás tanta vasta belleza pudiese ahogar esa sensación de dolor indefinido que le provocaba la culpa.
Caminó un poco bajo los árboles y rápidamente llegó al borde del lago. Entonces vio a Emily sentada bajo las estrellas -Claire- la llamó y aunque no lograba verla en la penumbra se dio cuenta de que sonreía con amabilidad.
Claire se sentó a su lado -Me cuesta un poco dormir- se justificó.
Emily tomó su mano con dulzura -Lo imaginó. Lo que les pasó, lo que te pasó fue una tragedia y las tragedias nos cambian.
Claire derramó un par de lágrimas en silencio. La noche silenciosa se abrió paso entre ambas y se perdieron contemplando el ondeado leve en la superficie del lago. Las estrellas se movían por el cielo con parsimonia pero con el propósito de desfilar antes que el sol. Emily inició un relato aletargado de su propia falta de sueño.
-Hace años, mi hijo desapareció en Medio Oriente. Era una incursión de exploración y perdió contacto con su convoy. Vivimos los peores días de nuestras vidas. Esperando ese llamado que terminara por confirmar la peor noticia. Y la espera, por momentos, era más dolorosa que “saber”. Charlie también lo padeció pero cuando mi hijo volvió fui yo quién lo escuchó relatar esos días como un infierno y desde entonces me cuesta dormir pensando en él. En todo lo que pasó...
Emily tomó una pequeña piedra y la lanzó al lago -Solo deseo que logré ser feliz en su vida...que encuentre alguien especial que lo haga olvidar el infierno...-se volvió hacia Claire y sonrió.
La brisa movió levemente el cabello de Claire que aún estaba conmovida por las palabras de Emily y cuando hablo lo hizo en un murmullo envuelto en algo de vergüenza -Ojala tu hijo encuentre a esa persona...Voy a volver antes de que Owen despierte -se sonrojó y bajo un poco la mirada- él es mi persona especial.
Emily la miró a los ojos con ternura, estrujó su mano en forma de despedida  y la vio desaparecer por el camino antes de que el amanecer comenzara a dibujarse en el horizonte.

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